“Beckham: Salva a nuestro equipo”: ¿ver o no ver la docuserie con el astro inglés?

David Beckham, un jugador que ha trascendido más allá de las canchas, al punto de convertirse en toda una celebridad, vuelve a conectarse con el deporte al que le debe todo. Y esta vez no lo hace a través de la creación de una franquicia multimillonaria en Miami o reuniéndose con el resto de sus colegas exfutbolistas, sino mediante una docuserie. “Beckham: Salva a nuestro equipo” trata sobre la incursión del deportista en un equipo sub-14 de la Echo Premier League, liga en el que él se dio a conocer ante los ojeadores de las grandes canteras del fútbol inglés.

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Los Westward Boys del Este de Londres reciben inesperadamente la visita de David Beckham a su vestuario. Antes de que esto suceda nos ponen rápidamente en situación; este joven equipo lleva una muy mala racha desde su ascenso a la máxima categoría de la Echo League, y tienen serias chances de descender si no revierten la situación. Ante la mirada atónita del grupo de adolescentes, se presenta quien será su guía en el camino de salvar la categoría.

Desde el principio, la serie toma a Beckham como el protagonista. Todo gira en torno a sus impresiones y cómo él las proyecta. Sin embargo, además de aquella anécdota en la que cuenta (en repetidas ocasiones) que un entrenador le dijo que no llegaría a ser profesional porque de pequeño era muy flaco y debilucho, Beckham habla más de su experiencia profesional antes que de la formativa. Esto hace que proyecte escenarios que vivió en el Manchester United o en el Real Madrid, en jóvenes que apenas están dando sus primeros pasos en el fútbol profesional.

A pesar de su discurso plano y poco inspirado, se ve a simple vista el respeto y admiración que sienten los jóvenes del equipo hacia él. La serie se encarga de presentarnos uno a uno a los jugadores que integran la plantilla del Westward, explorando su mundo interior y mostrándonos lo que les impide desenvolverse con soltura en el campo de juego. Problemas de confianza, mala gestión de emociones, desconcentración y dificultades para acoplarse al grupo, son algunos de los problemas que se abarcan.

Este tratamiento tan personal con los jugadores, en el que incluso sus padres toman la palabra para explicarnos qué es lo que sienten, hace que poco a poco nos vayamos enganchando a este equipo. Hay dos historias que sobresalen por encima del resto; una es la de Río, el delantero centro quien es uno de los mejores del grupo y vive solo con su madre. Un jugador que le cuesta sobrellevar la presión y cargar con la responsabilidad de anotar para los suyos.

La otra historia que llama la atención es la Kuro, quien aparte de jugar fútbol escribe poesía y cuenta abiertamente que sus 12 años ya ha sufrido ataques racistas en la calle. Un chico frustrado por los pocos minutos que juega con el equipo. Y así somos testigos de los problemas y aficiones de cada jugador que conforma la plantilla.

Con experiencias que los llevan desde patear penales en el entretiempo de un partido de fútbol profesional y conocer a sus ídolos de la selección, somos testigos de la transformación de este grupo de un equipo condenado a descender a una comunidad de jóvenes que aspiran a cumplir sus sueños. Si bien la pieza gira alrededor de Beckham, al final son los chicos quienes se roban el espectáculo.

BECKHAM: SALVA A NUESTRO EQUIPO/ NETFLIX

Sinopsis: David Beckham vuelve a casa. Esta temporada, el futbolista se une a Westward Boys, un equipo de East London que compite en la misma liga en la que empezó David de pequeño: Echo Premier League. Westward no ha ganado ni un solo partido en toda la temporada y el peligro de descenso es inminente. Ahora, David se enfrenta a un reto descomunal.

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