“Diana, el musical”: nuestra reseña de la obra de Broadway en streaming

No es una caricatura o la historia real de la princesa Diana. “Diana, el musical” es una película original de Netflix que se centra en el drama entre la pareja real británica Camilla Parker Bowles y el príncipe Carlos, e inspira con una puesta en escena fresca y dramática, donde no caben las comparaciones entre el original y el ‘bamba’, sino los potentes mensajes de sus canciones en la voz de actores de Broadway.

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El musical de Broadway iba a estrenarse originalmente solo en el teatro en marzo del año pasado, pero debido a la pandemia y el cierre de las propuestas teatrales, el productor Frank Marshall y sus socios pensaron en lanzarlo a una audiencia más grande, apropósito de la fiebre de “The Crown”, pues les caería a pelo. Así, a inicio de octubre el drama llegó a Netflix, y aunque no ha tenido la mejor crítica, no vale la pena desmerecerlo.

El primer musical de Broadway en formato original de streaming abre el telón en medio de reflectores que simulan los flashes de los paparazzis, y en el primer plano, vemos a la cantante y actriz Jeanna De Waal (Diana). El primer conflicto que marca la historia más importante se centra en la decisión de la corona británica, el momento en que el heredero al trono inglés ‘Carlos de Gales’ habla con su madre, la reina Isabel II, sobre su deber patriótico: contraer matrimonio.

Hay tres cosas puntualmente que reflejan la historia que escritores, publicistas y cineastas han contado de la vida de Diana Spencer a lo largo de los años: su trabajo, su pasión y su fortaleza. Y estos se resumen en un musical que utiliza recursos modernos y es minimalista en el sentido de crear el drama basado en los textos, mas no en hacer una replica del original en dos horas. “Es la mejor mujer para el peor trabajo”, “Para mí es un lujo la felicidad”, “El amor es poder”, dicen los mensajes de las canciones con letras de David Bryan.

Y estos tres elemento dramáticos refuerzan la historia, donde se dice todo, o por lo menos lo más interesante: el matrimonio fallido, los embarazos de Diana, el romance entre Camila Bowles y el príncipe Carlos, el supuesto amorío entre la princesa y el oficial de caballería James Hewitt, el contacto con el escritor y biógrafo Andrew Morton, las obras de caridad para enfermos de sida, lepra, y la transformación de una adolescente que con el tiempo entendió la dureza de la vida a la fuerza, pero nunca se dejó caer por completo.

El primer quiebre en “Diana, el musical” es cuando la princesa, a pesar de su lucha por enamorar a su propio esposo, descubre que él aún ama a Camila Parker Bowles, y ese fue el golpe más fuerte para el personaje. Algo similar ocurre en la obra biográfica de Andrew Morton sobre la princesa, cuando el símbolo dramático de la ruptura es el aparador que ella rompe con su puño, lo cual le provoca un sangrado en la mano, mientras los vidrios rotos caen al suelo. En el musical, eventualmente ocurrirá lo mismo, pero después de que Diana estallara de impotencia.

Al simple vista, pareciera que Jeanna De Waal (Diana) se lleva la mayor parte de los minutos en la obra, pero no es así. Es innegable el talento vocal y el nivel teatral de Erin Davie (Camilla Parker Bowles), en quien en gran medida recae el conflicto mayor. Porque nunca hemos volteado un centímetro a ver el papel de Camila en esta historia basada en la realidad, el de una mujer que estaba profundamente enamorada de Carlos. No le hemos prestado atención ni en la ficción ni en la realidad. Y Davie se luce con el personaje.

Desde pequeños, Camila Parker Bowles y el príncipe Carlos eran inseparables y “Diana, el musical” desarrolla el romance imposible de una pareja acostumbrada a la diplomacia y las superficialidades. “Te extraño más los domingos, porque es un día ocioso”, canta Davie. Porque todo empezó planeando un amor de cuento de hadas que debía ser el deber patriótico del hijo de la reina: conseguir una esposa digna y que todos quisieran, Diana. La amante probó una cucharada de su propio chocolate y no lo pudo soportar. Así, la pareja quedó atrapada en una situación que ellos mismos crearon.

Y aunque el mayor logro en la vida de Diana no fue contraer matrimonio con el hijo de la reina, como le dice su marido, Lady Di no se echará para atrás en este conflicto. Ella se vuelve una mujer tan empoderada que es capaz de enfrentar a la propia reina Isabel II y se desquita con la prensa, que la convierte en un ícono de la moda, cuando ella actuaba por impulso. Si bien pasa por muchas depresiones que traen trastornos, como la bulimia, nunca deja de lado su espíritu altruista y defensor de los derechos humanos.

“Diana, el musical” es una puesta en escena inspirada en los reflectores que hicieron a la princesa visible y pública, y no le permitieron ser quien era durante más de 10 años. Pero también valida el romance tormentoso de una pareja que solo quería estar junta, y en el intento, sufrió de igual manera.

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