No puedo vivir sin ti
☆☆☆☆
2024
Netflix
Director:
Santiago Requejo
Actores:
Adrián Suar, Paz Vega
Género:
Comedia, Romance
Duración:
98 minutos
Clasificación:
+13
"No puedo vivir sin ti": Tráiler de Netflix
"No puedo vivir sin ti": Tráiler de Netflix
Redacción EC

“Lo primero que hago al despertar y lo último antes de dormirme, es mirar mi móvil”, dice Carlos, el protagonista de “No puedo vivir sin ti”, la nueva comedia de Netflix que pelea el ranking de lo más visto junto a “”, la millonaria cinta de acción de Halle Berry y Mark Wahlberg.

Estamos ante una producción que tiene como protagonistas al actor argentino Adrián Suar y a su colega española Paz Vega. En poco más de 90 minutos, la cinta dirigida por Santiago Requejo aborda una temática a priori interesante: la adición al celular. El problema radica en cómo se presenta este problema. Es lo que intentaremos comentar a continuación.

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No puedo vivir sin ti” transita dos caminos que tienen siempre a Carlos como eje central. En el primero, lo vemos como el funcionario que busca tener siempre contento a su jefe (Alejandro) y así ser nombrado socio de la firma en el corto plazo. En el segundo, el protagonista sufre un desmoronamiento familiar, personal, a causa de su dependencia del teléfono móvil casi 24/7.

En su decisión por centrar casi todo el peso de la historia en Carlos, la película de Netflix hace prácticamente a un lado a todos aquellos que lo acompañan en casa o en la oficina. Adela (Paz Vega), presumiblemente la principal perjudicada por vivir junto a un adicto al celular, tiene una presencia intermitente durante casi toda la primera mitad del filme. A regañadientes acepta que este priorice sus necesidades, y calla o se pone de costado cuando se trata de las de la familia.

Paz Vega demuestra su talento, pero tiene poco espacio en la historia. (Netflix)
Paz Vega demuestra su talento, pero tiene poco espacio en la historia. (Netflix)
/ David Herranz / Netflix

Lo mismo ocurre, pero en magnitudes aún más grandes, con Jaime y Teresa, los hijos de la pareja. Enviados a estudiar en el extranjero ni bien comienza la cinta, ambos apenas hablan cuando vuelven a su casa de Pamplona para visitar a sus progenitores. Esa sensación de ‘personajes prescindibles’ se repetirá con un pretendiente de Adela, con su amiga del hospital donde trabaja, y con los compañeros que Carlos hará en la terapia para “adictos al móvil” a la que ha logrado inscribirse, y de la que hablaremos más adelante.

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En medio de todos estos personajes que acompañan –solo por denominarlo de alguna manera—al protagonista de esta historia, sí hay un elemento de presencia casi permanente: el celular. Y es quizás este el principal (¿y único?) acierto de la película de Santiago Requejo: la sensación de dependencia respecto de un objeto. Porque como le pasa a Carlos, muchos de nosotros dormimos con el celular bajo la almohada, nos desesperamos porque carga muy lento, o estamos pendientes de adquirir su más reciente versión en nuestra tienda de confianza.

Adrián Suar –reconocido en su país no solo como actor, sino como productor y directivo de televisión—intenta personificar a alguien que necesita del aparato móvil cerca para sentirse completo. El problema es que todos los hechos que suceden alrededor suyo, o son muy livianos o simplemente no dan risa. Y si esto último pasa en una comedia, estamos en problemas.

Adrián Suar en una de las peores escenas de "No puedo vivir sin ti". (Netflix)
Adrián Suar en una de las peores escenas de "No puedo vivir sin ti". (Netflix)
/ Unai Mateo /Netflix

Pasa, por ejemplo, cuando el protagonista de esta historia se mete en una maratón oficial solo para capturar con sus propias manos al ladrón del su nuevo “Daiafon 17″. Lo que podría ser un suceso divertido, se transforma en un correteo interminable, en el que nadie parece siquiera inmutarse ni del delincuente ni de su víctima. Y todo, además, transmitido por televisión nacional.

Una escena en el mismo sentido tiene que ver con algo ofrecido incluso en el tráiler de “No puedo vivir sin ti”: la boda de la hermana de Adela. Si ya es raro ver cómo un dependiente del celular sale de su casa y llega al lugar del matrimonio sin darse cuenta de que no tiene el equipo móvil en ninguno de sus bolsillos, el transcurrir de los minutos nos prepara algo peor: Carlos se aleja de la ceremonia para recibir una llamada y cuando su esposa lo descubre, esta le arrebata el celular y lo lanza a un lago. El ademán de Paz Vega para lanzar dicho objeto, y el grito celebratorio (¡y en cámara lenta!) de Adrián Suar al extraerlo de las aguas, tienen tanto de inverosímil como absurdo.

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Asustado porque siente que pierde a su familia, Carlos decide acudir a una terapia para adictos al móvil. Allí, rodeado por una serie de personajes que parecen extraídos de la más común de las comedias noventeras (por su apariencia y accionar), el protagonista de esta película de Netflix debe contar su patología para, desde el reconocimiento del problema, probar posibles soluciones y, quién sabe, salir airoso.

Partiendo de la premisa de que al contar tu caso en público y sumarle un movimiento de brazos al son de “Puedo vivir sin ti”, dejarás casi mágicamente la dependencia del móvil, esta ‘terapia’ parece poco a poco dar resultados en Carlos. El funcionario se anima a escribirle una carta a mano a sus hijos, retoma sus paseos en bicicleta, y empieza a prestarle atención a las personas que tiene al frente. Así, pues, conforme nos acercamos a la hora y media, todo en esta película sigue una trayectoria predecible y anodina.

Los compañeros de Carlos en la terapia para dejar la adicción al móvil. (Netflix)
Los compañeros de Carlos en la terapia para dejar la adicción al móvil. (Netflix)
/ David Herranz / Netflix

Finalmente, aunque los personajes principales rememoran en más de una ocasión sus primeras salidas o la vez en que ella le informó a él sobre su primer embarazo, “No puedo vivir sin ti” ha decidido prescindir completamente de imágenes del pasado. Viendo el resultado final de esta cinta, construir una comedia romántica solo en largos diálogos, no parece ser una empresa fácil.

No es este el momento de repasar la carera de Adrián Suar. Pero ni siquiera se precisa de indagar décadas atrás para encontrar trabajos decorosos e incluso sobresalientes que lo tuvieron como rostro principal. Sin ir muy lejos, la primera temporada de “Los protectores” (2022-2023) es un gran ejemplo de que estamos ante un actor virtuoso, que tiene en la comedia solo uno de los varios géneros que puede desempeñar a cabalidad.

En la serie de Star Plus, Suar interpreta al ‘Mago’ Magoya, un representante de futbolistas que, urgido por salvar su negocio, se convierte en un alcahuete de las travesuras y tropelías de sus irresponsables representados. Aunque comparte el protagonismo con Andrés Parra y Gustavo Bermúdez, en dicho proyecto Suar luce todo lo genuino que no es Carlos en “No puedo vivir sin ti”, una película plagada de lugares comunes, que desperdicia no solo un buen tema como la dependencia de los móviles, sino que además deja pasar el innegable talento de artistas como Paz Vega, quien –tal vez amparada en el amor que siente hacia su esposo, Carlos— resulta resignada a aceptar, una y otra vez, darle otra oportunidad.


NO PUEDO VIVIR SIN TI/NETFLIX

Sinopsis: Carlos (Adrián Suar) tiene un trabajo perfecto, una vida perfecta… y una relación muy tóxica con su teléfono celular. Cuando su adicción arruina un evento familiar, su mujer Adela (Paz Vega) le da un ultimátum. Él hará todo lo posible para recuperarla, incluso anotarse en una novedosa terapia que ha encontrado en internet: Una terapia para adictos al celular.

Elenco: Adrián Suar, Paz Vega, Eva Santolaria, Ramón Barea

Director: Santiago Requejo

Calificación: 1 estrella de 5

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