Sly
☆☆
2023
Netflix
Director:
Thom Zimny
Actores:
Sylvester Stallone, Frank Stallone, Talia Shire, Arnold Schwarzenegger, Quentin Tarantino
Género:
Documental, Biografía
Duración:
95 minutos
Clasificación:
+13
Sly   Sylvester Stallone Documentary   Official Trailer   Netflix
Sly Sylvester Stallone Documentary Official Trailer Netflix
José Silva

Quedará en los registros históricos vinculados al séptimo arte que el mismo año en que la industria se paralizó por una masiva huelga de guionistas, pero fundamentalmente de actores, se estrenaron dos documentales de íconos de dicho universo, inmortales si hablamos del género de acción: Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Ambos, curiosamente, por la misma plataforma: Netflix.

Y es que, si la compañía de streaming invierte tanto mes a mes por mantenerse como líder en suscripciones, a nadie le ha extrañado que sean capaces de hacerse de los derechos para productos ligados a dos titanes de un modelo de negocio que – para muchos—ellos mismos han ayudado a debilitar con el paso de los años.

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En junio pasado, Netflix estrenó “Arnold”, una serie documental de tres episodios de una hora de duración que repasaba los momentos más trascendentales en la vida de Schwarzenegger. Dirigida por Lesley Chilcott, la propuesta fue esquematizada en tres partes: atleta, actor y estadounidense. Y aunque cada una salpicaba momentos de la otra, la separación dio buenos frutos, resultando en una historia que –—destilaba un aire abarcador, ambicioso.

Comparar al actor nacido en Austria con el originario de Nueva York no resulta algo muy jalado de los pelos. Para aquellos mayores de treinta años con un mínimo de cultura en cine y televisión, se trata de dos referentes que, año tras año, se disputaron la corona de rey de un género que hoy dominan apellidos como Hemsworth, Evans, Gosling, y tal vez yendo un poco más atrás los también famosos Vin Diesel o Dwayne ‘La Roca’ Johnson.

Sylvester Stallone planea una mudanza. Afirma que mudarse es siempre una oportunidad para empezar de nuevo.  (Netflix)
Sylvester Stallone planea una mudanza. Afirma que mudarse es siempre una oportunidad para empezar de nuevo. (Netflix)
/ Rob DeMartin/Netflix

Ayer rivales y hoy inclusive amigos, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone dejaron huella en la memoria cinematográfica de millones de personas en todo el planeta. Con personajes como Terminator, Conan, Rocky o Rambo, rompieron taquilla año tras año. Ganaron premios tan importantes como el Oscar, otros algo vergonzantes como los Razzie, pero jamás fueron indiferentes para la crítica o la mirada de un público ávido por desconectarse de su realidad a través de héroes de carne y hueso.

Pero la taquilla, los premios y las críticas destructivas no eran lo único que igualaba la vida de ambos artistas. El lado personal también entra a tallar y es probablemente lo que han buscado explotar ambos documentales emitidos por Netflix. Porque ni Schwarzenegger ni Stallone tuvieron en sus comienzos una vida color de rosa. Ambos se hicieron a sí mismos, lejos de todo tipo de privilegio, como si a alguien todavía le quedara alguna duda.

En “Arnold” vimos cómo el austriaco supo abrirse del regazo familiar para dejar su país natal e irse por el mundo haciendo lo que mejor sabía en su momento: perfeccionar su figura y erigirse como cabeza de un deporte sumamente exigente: el fisicoculturismo. Esto le permitiría ganar torneos, tener algo de dinero y tentar suerte en una afición que pronto se convertiría en su modo de vida: la actuación.

Aquí hay también un vínculo con la vida de Stallone. Nacido en Nueva York, hijo de un agresivo barbero y de una madre “sumamente colorida”, el hombre que dio vida a Rocky se crio en el viejo y peligroso barrio de Hell’s Kitchen. Allí haría sus primeras amistades. Pronto, sin embargo, su vida se vio trastocada por la separación de sus padres. Su hermano Frank se fue con mamá y él terminó viviendo con su papá en Maryland. Aquellos años de adolescencia y primera juventud se convertirían en una rápida demostración de lo influyente que sería su padre el resto de su vida.

El documental repasa los mejores tramos de las partes que integra la saga "Rocky". (Foto: Netflix)
El documental repasa los mejores tramos de las partes que integra la saga "Rocky". (Foto: Netflix)

Dirigido por Thom Zimny, “Sly” no tiene tres partes sino una sola de hora y media de duración (algunos la promocionan como película). A diferencia de “Arnold”, no hay una esquematización lo suficientemente clara. Diera la impresión de que la idea era priorizar la saga “Rocky”, en desmedro de otras etapas en la vida del neoyorquino.

Este documental se ampara en tres pilares. El primero tiene que ver con Stallone alistándose para una mudanza que hará al este de los Estados Unidos en las próximas semanas. El actor, rodeado de cuadros, fotografías y estatuas de sus momentos cumbres en el cine, refiere que, tras sentirse algo encasillado en el presente, optó por trasladarse a otra localidad. Ciertamente, ¿para qué seguir en un lugar donde no te sientes bien? El segundo, ya vinculado a la narración, tiene a nuestro protagonista oyendo ante cámaras las grabaciones en casete de viejas entrevistas con medios como el New York Times. Como si se tratase de una especie de fact checking, el neoyorquino sazona y/o corrige algunas de sus propias declaraciones.

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El último pilar tal vez es el más interesante: el peso de la figura paterna en la vida de una estrella de Hollywood. Desde que le pegaba siendo aún muy chico hasta que lo fustigaba porque supuestamente no jugaba bien al Polo, pasando por la vez en que el hijo hizo actuar al padre en una película de bajo presupuesto, luego por una nueva agresión –ya con Stallone cuarentón—de padre a hijo en otro partido de Polo, para finalizar en un encuentro a días de la muerte del progenitor y un mensaje final sumamente paradójico: “aprende a perdonar a los demás”.

Como lo dijimos líneas arriba, tal vez el principal defecto de “Sly” es su inadecuada organización. Si pudiésemos dividir el documental en tres partes, no sería para nada en las etapas formativas y de construcción del hombre público –como sí pasó con “Arnold”—sino más o menos de la siguiente manera: un primer tercio muy pequeño de la vida familiar de Stallone, un segundo tercio muchísimo más grande, con todo lo vinculado a la saga “Rocky”, y una última parte con muchos mensajes reflexivos en torno a la vida, la felicidad y las decepciones sobre el padre ausente que él mismo fue con sus hijas.

Uno de los que participa opinando sobre la trayectoria de Stallone es nada menos que Quentin Tarantino. (Foto: Netflix)
Uno de los que participa opinando sobre la trayectoria de Stallone es nada menos que Quentin Tarantino. (Foto: Netflix)

Hay otro aspecto en donde se nota mucho la diferencia entre el documental acerca de Schwarzenegger versus el de Stallone: las voces. En el primero diera la impresión de que hubo espacio para que hablen todos, mientras que, en el segundo, las participaciones pueden contarse con los dedos de una mano. A Frank, el hermano de Sylvester, se le suman Talía Shire (Adrian en “Rocky”), los directores Quentin Tarantino y John Herzfeld, pasando por el crítico de cine Wesley Morris. No hay mucho más detrás de estas voces que tienen casi siempre frases coincidentes: estamos ante un monstruo de la pantalla que, consciente de que no tenía oportunidades como actor, un día decidió escribir y así conseguiría armar un guion –el de Rocky—que le cambió la vida para siempre.

El gran premio de “Sly”, sin lugar a dudas, será para los verdaderos fanáticos de “Rocky”. El actor neoyorquino repasa con especial tesón cada uno de los vínculos que las entregas de su saga tienen con su propia vida. La primera, escrita en un momento en el que todo parecía cuesta arriba. La segunda, el reto de repetir el éxito cuando todos dudaban de ti. La tercera, la posibilidad de vencer tus miedos. La cuarta, salir casi desde la muerte y luchar contra ese titán llamado Ivan Drago. La quinta –evaluada por el propio Stallone como la peor—plagada de alusiones íntimas, algo que simplemente no gustó al público. Y la sexta, la posibilidad de impedir que una saga tan valiosa se despida con un mal sabor de boca. Sylvester reconoce que esta película es la que más orgullo le ha dejado hasta hoy.

En la narración del documental se combinan imágenes del detrás de cámaras de cada película de "Rocky". (Foto: Netflix)
En la narración del documental se combinan imágenes del detrás de cámaras de cada película de "Rocky". (Foto: Netflix)

En lo simbólico, este tramo mucho más largo que “Sly” dedica a “Rocky” es notoriamente efectivo. Hay un hilo conductor que combina la narración del propio Stallone en las grabaciones de sus entrevistas con el New York Times, con imágenes del detrás de cámaras de cada filme, más una serie de tomas en pantalla. El intento de Zimny por condensar todo esto con el vínculo entre padre e hijo consigue un efecto sumamente emotivo, pero sobre todo realista: aquel muchacho que vivió un tormento junto a su padre en la infancia y la adolescencia, solo pudo ser feliz en la pantalla, dando vida a historias que fueron capaces de tocar nuestros corazones, haciéndonos saltar de la butaca infinidad de veces, aun sabiendo cuál sería el resultado final de cada duelo sobre el ring.

Ahora, en aquellos pequeños dos tercios que mencionamos acompañan la historia de “Rocky”—el plato fuerte de “Sly”—hay, por supuesto, un ligero vistazo a otras propuestas audiovisuales vinculadas a Stallone. Desde las iniciales, cuando lo casteaban para hacer de malandrín, hasta las intermedias, cuando –ya poseedor del aura de éxito que le daba Rocky Balboa—intentaba poco a poco desprenderse y exhibir cierta versatilidad. Aquí aparecerían incursiones en el humor tan estrambóticas como “Para o mamá dispara”, como nuevos intentos por dotar al género de acción de otros referentes. “Rambo” destaca por sobre todo lo demás, pero le sigue ese experimento caído recientemente en desgracia titulado “Los indestructibles”.

Stallone camina en su casa, plagada de estatuas, pinturas y fotografías de sus logros en el cine. (Foto: Netflix)
Stallone camina en su casa, plagada de estatuas, pinturas y fotografías de sus logros en el cine. (Foto: Netflix)

En el universo de películas donde Stallone participa podemos notar algo que también ocurre con Schwarzenegger, aunque claro, en menor medida: la necesidad de intervenir cada guion, cada parlamento y dotar así de un tono autobiográfico a cada largometraje. Cuando Rocky Balboa inicialmente rechaza el ofrecimiento de Mickey para entrenarlo antes de enfrentar por el título mundial a Apolo Creed, es Sylvester Stallone el que despotrica contra su padre abusivo. Cuando Rocky le grita a Adrian en la orilla del mar porque siente temor de enfrentar a Mr. T, es Sylvester Stallone desfogando sus propios miedos. Y cuando Rocky regaña fuera de su restaurante a su hijo Robert, avergonzado este último de que los vean juntos en la calle, es en ese mensaje («Ni tú, ni yo ni nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana») que Sly se rebela ante los golpes de la vida.

Por su duración, parecería obvio que “Arnold” abarque muchos más temas que “Sly”. Aunque en honor a la verdad, ambas producciones fueron promocionadas casi de la misma manera, entonces, encontrar muchas más carencias en la segunda que en la primera, puede ser algo decepcionante. Pese a esto, ambos documentales cumplen su objetivo de traer al presente a verdaderos titanes del género de acción en un tipo de cine que hoy parece extinto, pero que siempre los tendrá como referentes de entrega, profesionalismo, pero sobre todo de amor por lo que mejor sabían hacer.


SLY/ NETFLIX

Sinopsis: Los casi cincuenta años de carrera de Sylvester Stallone, ha entretenido a millones de personas, se ven en retrospectiva en una visión íntima del actor, guionista, director y productor, en paralelo con la inspiradora historia de su vida.

Director: Thom Zimny

Actúan: Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Quentin Tarantino, Talia Shire.


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