Parte esencial del misterio consiste en no revelar cierta información, guardarla para que, en el momento más preciso, vea la luz y tenga impacto. Hay un método para ello, donde el talento de guionista y cineasta hacen que el resultado sea único, satisfactorio incluso. “The Mandalorian” no hizo nada de eso en su tercera temporada, pero la sutileza poco parece importa a Lucasfilm cuando el final está cerca.
Bo-Katan Kryze (Katee Sackhoff) lidera una expedición a Mandalore para reclamar el planeta, donde encuentra otro grupo de sus compatriotas. El camino hacia la Gran Forja es interrumpido por soldados imperiales que, vestidos con armadura de beskar, prueban ser un enemigo demasiado poderoso a vencer. Todo se complica más cuando reaparece Moff Gideon (Giancarlo Esposito) para revelar su plan de combinar lo mejor de los jedi, clones y beskar para producir a los soldados perfectos. Este plan se suma al anunciado retorno del gran almirante Thrawn, como informan otros mandos del Imperio.
Tras la captura de Din Djarin (Pedro Pascal), Bo-Katan lidera el escape para sus huestes y Grogu. El único que se queda a cuidar la retaguardia es Paz Viszla (Jon Favreau), cuya fuerza acaba uno a uno con los troopers. Pero su voluntad no basta cuando los enemigos son pretorianos, que lo perforan y matan.
La verdadera trama, pese a todo
“The Mandalorian” no parece tener intenciones de desarrollar más la trama de Din Djarin y Grogu. Esto se corresponde con la reciente Star Wars Celebration, donde se confirmó que la historia podría ser sobre cualquier mandaloriano. De ahí que Bo-Katan haya tenido tanto tiempo en pantalla. Pero más tiempo no es igual a más calidad. La trama de la princesa de Mandalore se ha desarrollado a tropezones, a pesar de sí misma. Escasamente desarrollada como personaje durante la temporada y coronada reina por un tecnicismo, Bo-Katan hace las veces de un recurso narrativo antes que ser un personaje. Una excusa para que la historia se arrastre, porque los avances recién han ocurrido en los últimos capítulos.
Donde esta serie sí prospera es al narrar por medio de la acción. Trátese de la pelea de Paz Viszla contra Axe Woves o la recién ganada “verbalización” y altura de Grogu (por medio del droide IG-12), la serie funciona mejor cuando los personajes hacen algo que los describa tal cual son y, al mismo tiempo, entretenga. Es la exaltación de los sentidos por la que “Star Wars” se hizo famosa en los años 70 y que, más de cuarenta años después, todavía cautiva.
Por lo demás, “The Mandalorian” ha pasado a ser un trámite: antes que centrarse en los personajes, la atención de la cámara, del guion, se ha dividido. Pero lejos de ofrecer una experiencia coral donde cada personaje cumple un rol inseparable de la narrativa, estos pasan a ser una excusa para llevar a los Mandalorianos a donde la Lucasfilm quiere. Ya no es posible hablar solo de la serie como algo independiente, ahora es una ficha; importante, sí, pero ficha al fin y al cabo para completar el rompecabezas de series de televisión que tendrá su clímax en una película recién anunciada con dirección de Dave Filoni.
Lo mismo puede decirse de Din Djarin, quien no ha tenido problemas al acoplarse bajo el ala de Bo-Katan. Si bien no es una movida que contradiga a su personaje, sí destaca mucho comparada a los inicios de la serie. ¿Habría tenido éxito “The Mandalorian” de empezar con una lucha por el futuro de los mandalorianos y no por la relación paternofilial de Grogu y su guardián? No lo creo.
Si hay algo que destacar, y por lo que vale ver el episodio, es la confrontación entre los troopers de Moff Gideon contra los mandalorianos. Cómo se nota que Giancarlo Esposito ama interpretar a este villano clásico, que revela sus planes por la confianza total que tiene en ellos. La secuencia mejora con la pelea de Paz Viszla, un personaje de pocas palabras, pero que representa el espíritu de su tribu. Aquí el crédito es para el doble de acción Tait Fletcher, ocupante del traje mientras Jon Favreau (guionista) pone la voz. Ese espíritu salvaje solo podía ponerlo alguien capaz de llevar la armadura y Fletcher lo hizo. Sus últimos momentos son dolorosos, pues muestran al personaje agotado luego de dar todo contra los troopers solo para que tres pretorianos frescos lo conviertan en anticucho.
Una de cal, otra de arena; así podría definirse esta temporada de “The Mandalorian”. Los fans estarán contentos por el ‘lore’ y las referencias, pero eso no significa que estén en lo correcto. Lo bueno es que solo queda un episodio antes de olvidarse de esta serie por un año o más.
Pensamientos sueltos y predicciones
- Hasta el momento, “The Mandalorian” ha sembrado suficientes pistas para establecer teorías en torno al final de temporada. Puede que la más evidente sea el rol del doctor Pershing, experto en clonación. Su historia no está completa sin Grogu, que ahora vuelve a estar cerca del enemigo.
- Al mismo tiempo, queda en duda el por qué Din Djarin no fue ejecutado in situ. ¿Qué rol juega el mandaloriano “protagónico” en los planes del Imperio?
- Sería interesante que la Nueva República, en lugar de aliarse con los mandalorianos, los persiga. Después de todo, el beskar hallado en la nave de traslado de Gideon apunta a eso. Así, los héroes tendrán más problemas y el drama aumentará.
- Felicitaciones, Axe y Paz. Acaban de inventar el chess boxing.
- Necesito más escenas de Grogu con su traje robótico.
- Recordemos que Axe Woves fue en busca de refuerzos. Aquí veremos si se mantiene leal a Bo-Katan o si, en su defecto, escapa con los demás.
- Entre los mandalorianos nuevos aparece el actor Charles Baker, conocido por interpretar a Skinny Pete en “Breaking Bad”.
- ¿Quiénes son los espías que menciona el título?
- “Cuando despertó, el mitosaurio todavía estaba allí”. El problema es que Mott Gideon tal vez no lo sepa.
CALIFICACIÓN
3 ESTRELLAS DE 5
El final de “The Mandalorian” temporada 3 llega el miércoles 19 de abril a la plataforma Disney+.