A las 8 de la mañana, Karime Scander aparece con guion en mano por la puerta del estudio en el que se graba “Al fondo hay sitio”. Antes de empezar, los estilistas de América Televisión dan un giro a su estilo. La joven, que viste de zapatillas, no concuerda con el personaje de tacones que interpreta: Alessia Montalbán Smith, la antagonista principal de la serie más exitosa de la televisión peruana. Horas más tarde, a las 5 p.m., cansina pero encantadora, fiel a su carácter, sube a su auto y conduce por una hora y media de regreso a su departamento, donde vive independiente y extraña a su familia. Sus padres, tíos y abuelos viven en Chiclayo, pero el trabajo la mantiene lejos de ellos, en Lima. La rutina acelerada de la capital es una costumbre sin la que ella, hoy, no podría estar tranquila. “Si me echas en la cama, me vuelvo loca”, bromea por teléfono durante una entrevista con “Saltar Intro” de “El Comercio”.
No hay una historia sorprendente detrás de la llamada que cambió su vida, la del director de cásting de “Al fondo hay sitio”. Más bien, están los días de agotamiento entre grabaciones en el teatro, el cine, la televisión y las clases de la universidad. El drama está en la desesperación de no saber qué camino tomar, como cualquier joven que estudia Ciencias de la Comunicación, pero desea ser una estrella de los escenarios. Scander llegó a Lima a los 16 años para iniciar su carrera universitaria apenas terminó el colegio, pero sumó logros desde su ingreso a la escuela y casa productora de Bruno Odar a los 19 años. En “Diez talentos”, surge la oportunidad de participar en la serie de obras teatrales “Cuéntame Shakespeare”.
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Después, en el 2019, nuevos proyectos llegaron como un tsunami. Estrenó la película “Intercambiadas”, que rodó un año antes. Mientras actuaba en el teatro, la llamaron del equipo de la telenovela “La piel de Alicia”, su primer papel en la televisión. Momentos previos, necesitaba completar las prácticas en la universidad y postuló a la empresa de tecnología IBM en el área de Márketing. Quedó seleccionada. “Mamá, ¿qué hago?”, preguntaba a su familia entre lágrimas. Su padre le dijo: “Karime, sinceramente, no te veo sentada en un escritorio por el resto de tu vida”.
La joven que estudió en el Colegio San Agustín de Chiclayo cambió cuando descubrió el arte de la actuación, y lo hizo aún más durante la pandemia. En enero de este año, la virtualidad le ayudó a culminar los cursos y prácticas profesionales pendientes. Finalmente, se graduó después de pasar una larga temporada en provincia, también recibió la llamada del millón y aprendió a llevar una rutina sin morir en el intento.
—¿Cómo cambiaron las cosas para ti?
Al principio, por lograr mis metas, me dejaba de lado como persona. ¡Trabajar, trabajar, trabajar! ¡Estudiar, estudiar, estudiar! Karime no existía. Recuerdo que me dio un ataque de migraña por una semana durante una producción, porque padezco ese dolor. El doctor dijo que estaba estresada. Es importante trabajar, pero también cuidarse a sí mismo. Si no tengo que grabar, me doy el lujo de ir a un restaurante con mis amigas y relajarme. Además, por muchos años, dejé la gimnasia y el básquet, y ahora ya no. Acostumbrada a hacer deporte toda mi vida, siento mucho la diferencia cuando no hago ejercicio. Hoy voy a KAO, entrenamiento funcional. Estoy feliz y me mantiene bien.
—Era una rutina pesada.
Pero le daba duro, porque hacía cosas que amo y me gustan. Sabía que eran parte de un camino y proceso para llegar a una meta que siempre había querido. Bueno, me tengo que sacar el ancho. Si no es ahora, cuándo. La vida es así, si quieres lograr algo, tienes que trabajar por eso. El ritmo fuerte se hizo parte de mi vida.
—¿En 2021, regresaste a Chiclayo como toda una actriz representada por Tondero Producciones?
Es cierto que tenía más producciones en las que había trabajado. Siempre que puedo, viajo a Chiclayo para visitar a mi familia.
—¿Cómo es tu vida allá?
De ritmo más calmado, porque es una ciudad más chica y libre, todos se conocen y me siento más segura de moverme por la calle, porque es donde nací y crecí. En Lima, siempre tengo más cuidado por seguridad y el tráfico. Hace mis distancias más largas. De niña, mi padre llegaba temprano a casa y teníamos una vida muy familiar, ya que no perdía tiempo en venir del trabajo. La verdad, extraño mucho a mi familia, porque soy muy pegada a ellos. Los domingos teníamos la tradición de almorzar en la casa de mis abuelos, ahora ya no tengo eso. Soy yo en mi departamento, sola. (ríe)
—¿Cómo te recibió Chiclayo después de “Al fondo hay sitio”?
Noté un cambio. En 28 de julio, fui al festival Fexticum en Monsefú con mi familia y me di cuenta de que más personas me reconocían, algo que normalmente no me pasa. Pedían fotos, muchos me felicitaban y se sentía el cariño. Eso es nuevo para mí, porque creo que no salgo mucho a caminar por la calle, sino que voy a lugares específicos.
—Claro, sentiste a la gente y no te cayó ningún tomate.
(Ríe) ¡Me dijeron que era muy mala, sí! Una señora, medio risueña, me dijo que deje de tirarle cachetadas a Jaimito. Había unos que se lo tomaban más en serio que otros. Pensaron que era igual a Alessia. Unen al personaje con el actor. “Ay, Alessia, no seas tan mala, todo el día estás de mal humor”, me decía. “Pero yo no soy Alessia…”, respondía. Fue una experiencia muy divertida. Me gustó.
—¿Y no sentiste el ego?
¿Cómo así?
-—Los primeros días de la fama, los actores sienten la pegada de la gente viniendo encima de ellos en la calle. Pasa mucho, que el artista tiene un proceso donde siente que se levanta su ego y lidia con eso.
No creo que eso me levante el ego, sino que me ayuda como guía para saber por dónde seguir yendo. Me considero una persona que hace su trabajo y tiene la suerte de hacer algo que le apasiona. Mi camino recién ha comenzado y sigo aprendiendo. Cada noche, veo la serie y aprovecho para verme, corregirme y mejorar. A veces, pienso qué pude haberlo hecho mejor.
—¿De qué escena te has arrepentido?
Soy un poco dura conmigo. Entonces, en casi todas las que veo, digo en mi cabeza que pude haber dicho algún diálogo diferente o mostrar otro lado de Alessia, cosas así.
—En la serie, hay muchos secretos aún. El personaje de Úrsula Boza, por ejemplo, no sabemos si volverá.
Poco a poco, todo se irá revelando. Tiene que haber un poco de sorpresa también.
—No me respondiste, eh. El silencio otorga, Karime.
¡Es que yo tampoco sé! Es más, te cuento una anécdota. El día en que grabaron la escena donde sale una mujer de negro, otras personas grabarían en el set. Entonces, al día siguiente, les pregunté al elenco para saber quién era ella. Me dijeron: “¡Ni siquiera la vimos nosotros!”. Para los actores, también es un secreto quién es la mujer de negro de “AFHS”. Mis amigos y mi familia me preguntan quién es, pero no me creen que tampoco sé. El elenco y el público nos enteraremos al mismo tiempo.
—Pero tú eres actriz, eres una mentirosa profesional.
(Ríe) Te prometo que, en este momento, te estoy diciendo la verdad.
—Cuéntame de tu relación con Jorge Guerra, que interpreta a Jaimito.
¡Ay, él es lo máximo! Recién nos conocimos a raíz de este proyecto. Me divierto trabajando con él, porque siento al compañero que me apoya. Sabemos que el uno está para el otro en plena escena. Eso es bonito. Es un súper actor. Y, como persona, tiene un corazón lindo. Estoy feliz de poder grabar a su lado. ¡Porque la historia tiene para largo!
—¿Por qué dices que tiene buen corazón?
Porque, sabes, reconoce al otro. Por ejemplo, cuando terminamos una escena, me felicita: “Me gustó como hiciste esto”. Hay gente que tiene vergüenza o le da pena decir lo positivo del resto, pero él te lo suelta. Si piensa algo bueno de ti, te lo dirá con toda la sinceridad del mundo. Me parece lindo que muestre el corazón bonito que tiene y lo comparta con el resto. A muchas personas les cuesta soltar esa parte, pero es necesario decir lo bonito de las personas también.
—¿Qué ves en su actuación?
Destaco sus escenas con Joel, Erick Elera, donde (Jorge Guerra) llora después de todo lo que le pasó con Alessia. Cuando lo vi en la pantalla, se me rompió el corazón. “¡Por qué hice esa escena!”, me pregunté. Me sentí mal, aun sabiendo que era mentira. Me conmovió como si fuera parte del público, porque fue verdad para mí y sufrí con él. Para que logres eso en las personas, pues tienes que ser bueno en tu trabajo como actor.
—Es interesante cómo hablas de él. Debe ser difícil enfrentarte a alguien que no conoces como si lo conocieras, ya que eventualmente vendrán escenas románticas.
Claro, al menos por mi lado, es importante conocer a mi compañero de escena. Tener una relación. No solo es alguien del trabajo a quien le digo “hola” cuando llego y “chau” cuando me voy. La buena relación da la confianza de proponer juntos algo en la escena. La edad también es algo que nos ayuda, porque estás pasando por cosas similares. Estamos en la misma etapa de vida.
—Además, tienen un elenco de actores importante frente a ustedes.
Por ejemplo, eso fue algo que tuvimos en común al comienzo. Los dos vinimos a darlo todo, pero también estábamos un poco nerviosos por cómo iba a ser la experiencia de llegar y enfrentarte a ese elenco de grandes. Éramos algo así como ‘los nuevos’. ¡Ah! ¡Qué miedo! Por eso, siempre nos apoyamos entre los dos. Por supuesto, al final, nada fue tan dramático. Los actores son lo máximo. Están ahí para ayudarte y conversar. Es una bonita familia.
—¿Cuáles crees que son las escenas principales de Alessia?
Cuando se muestran sus dos conflictos. Primero, este rollo con Jaimito. Ella está en una etapa de negación total, porque piensa que el chico está todo el día atrás de ella y eso la desespera. Luego, eso va a traer, obviamente, un montón de cosas dentro de Alessia que ya van a ir saliendo, no voy a ‘spoilear’. Pero son importantes, pues las escenas que se ven, por ahora, están armando algo. En segundo lugar, está la parte de su familia. Todo este tema con su padre. Hemos visto que ella tiene una pasión: cocinar. Está constantemente luchando con la aprobación de Diego Montalbán para que la vea cocinar, acepte que es una buena cocinera y la dejé ser chef. Vemos que el papá todo el tiempo la rechaza y ningunea; dice que tiene un genio horrible como la mamá. A Alessia ese rechazo le afecta. No sabemos qué más vaya a pasar.
—Además, Alessia tiene una personalidad muy frontal cuando se expresa. ¿Engreída, tal vez?
Bueno, es producto de la carencia que tiene. Quiere las cosas como ella quiere que sean. También es inteligente, apasionada y se preocupa por las personas que están a su alrededor, su familia en principio. Con su hermano, tiene una relación amor y odio, pero lo quiere mucho, aunque le moleste que su padre le dé toda la atención. De ahí, la actitud. A ella le importa su papá, si no, imagínate, no le dolería tanto que no reconozca su pasión. Vemos que le duele.
—En las redes sociales, a Alessia no la aplauden.
¡Ah, no, en las redes sociales, soy la más mala! Pero es así, puesto que estaría loca sí pensaría que ella se comporta de la mejor manera y es un amor de persona. No lo es. Como digo, hay muchas cosas que todavía no se muestran. Es un personaje que responde mal y da pelea.
—Tal vez, está encasillada como villana.
Es un proceso, poco a poco se verán más cosas. Cuando ella, en una escena, estuvo con Peter y su padre le dice “ella no sabe nada de cocina”, hubo mucha gente que me escribió por Instagram para decirme “ahora, entiendo por qué se comporta así”.
—¿La podríamos llamar “pituca”?
También es un personaje clasista, evidentemente. No expresa “soy clasista”, pero tiene muchos comentarios que lo demuestran.
—En realidad, “pituca” es una jerga y se puede interpretar de muchas formas.
Claro, no es necesariamente mala.
—¿Tú te consideras “pituca”?
(Ríe) ¡Una pregunta de frente, con todo! No me considero así. Creo que, si nos ponemos a ver cuáles son las características, no encajo mucho en ese molde de pituca. (Sigue riendo)
—“Pituca” es una palabra curiosa, que define muchas cosas, sobre todo en “Al fondo hay sitio”. Pero, si tuvieras que ponerle una característica en específico que defina todo de ella, ¿cuál sería?
Máscara. Alessia es un personaje complejo. No las va a mostrar por su orgullo o lo que digan de ella. Se esconde detrás de esa máscara que ella misma ha creado, pues tiene muchas carencias y dudas. Vamos a ver, en un momento, que ella sola entrará en un conflicto con ella misma, y no sabrá qué hacer. Sí, ha creado un caparazón para ir metiendo todo, ¿pero la bomba explotará? Puede ser, tendríamos que preguntarle al guionista, porque ni yo lo sé.
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