“Quiet on set: The Dark Side of Kids TV” se estrenó con la intención de divulgar los casos de abusos psicológicos y sexuales a niños actores de las series “Drake & Josh”, “iCarly”, entre otros programas de Nickelodeon. Fuera de Hollywood, no hay pruebas y tampoco dudas de los peligros que viven los menores de edad, más aún, en un sector tan competitivo como las artes. Este es un informe que revisa las formas de trabajo con los artistas infantiles en dos estudios de TV peruanos.
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Los primeros capítulos de la serie de Max ponen atención al trato hostil de Dan Schneider, consolidado como el productor más creativo y divertido de Nickelodeon, que dirigió al equipo técnico y elenco de los programas infantiles más vistos del canal. El escándalo también gira sobre el caso de Drake Bell, actor de “El show de Amanda” y “Drake & Josh”, que denunció por abuso sexual al productor Brian Peck en 2003. Por desgracia, es una marca imborrable en la niñez del artista.
En ese contexto, Leandra, la niña actriz de la serie nominada a los Premios Luces 2023, “Valientemente” del Canal IPe, aplaude los esfuerzos de las producciones de televisión en el intento de ser espacios “cómodos” que asfalten un camino artístico seguro, pero también es una persona realista. “Hay productores que me acogen bastante. Me dicen que no es necesario saber el libreto al pie de la letra, sino solo saber de qué se trata. Y hay directores que me dicen que no puedo equivocarme ni en una coma. A veces, exigen que lo repita demasiadas veces y puede ser incómodo, porque hago lo mejor que puedo. Tengo la suerte de que nunca me ha pasado algo malo en el set y que así sea, porque no quiero pasar un mal rato”, comenta la niña a Saltar Intro de El Comercio.
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"Tengo la suerte de que nunca me ha pasado algo malo en el set y que así sea, porque no quiero pasar un mal rato"
Leandra, niña actriz
Su madre, Paola, es responsable de cuidar a su hija en las grabaciones. Está pendiente cuando peinan su delicada cabellera afro, y desaprueba que se maquille, a menos que Ernesto Pimentel insista encarecidamente para presentarse en el circo. No es su manager, pero acompaña a la niña, supervisando que “viva sus etapas” de infancia sin adelantarse. Ella está a su lado en el camerino, el comedor, el baño y durante la llamada a la ‘Acción’. Las críticas y la crueldad del medio son un tema de conversación entre madre e hija. Si un proyecto se presenta, primero consulta la opinión de Leandra. Si la invitan a una reunión de adultos fuera del set, es usual que Paola se reserve la asistencia, aunque acepta las oportunidades de compartir en donde pueda ver de cerca a la niña y sus amigos jugando.
“Si no hay personas de su edad, trato de no llevarla a las reuniones fuera del trabajo, a menos que sea un compartir en el final del rodaje. Intento que Leandra viva sus etapas bien marcadas. Soy muy reservada, además, porque quiero evitar rivalidades en el medio. Mi hija puede tener amigos, que a la vez son colegas y competencia sana, entonces los niños tienen que deslindarse de sus proyectos profesionales cuando estén jugando. Ella debe llevarse bien con los demás, pero conocer sus limitaciones y ser celosa con su trabajo”, asegura Paola.
Trabajo en el set
Según el director de contenidos de Canal IPe, Fernando Reátegui Marchesi, las audiciones son el momento de conocer y escuchar a los niños con quienes se trabajará en televisión, sean actores con experiencia o no. Ellos necesitan expresar sus opiniones. Mientras los directores tradicionales ordenan a los actores que se aprendan sus líneas sin chistar, otros más modernos, como él, consultan la opinión del pequeño: ‘¿qué te parece tu personaje?’, así miden su capacidad interpretativa, aspirando trabajar a gusto en los siguientes días de rodaje, que no deberían pasar de las 8 horas al día.
Un director de programas infantiles ruega que el orden en el set permanezca, o que los niños pierdan la atención. Según Reátegui Marchesi, días antes de filmar, todos deben entender la seriedad del programa televisivo. Si el niño se siente incómodo, la filmación se pausa y le preguntan qué sucede. “Un clásico es que se aguantan las ganas de ir al baño”, dice el productor peruano, que además anuncia a los técnicos de iluminación, camarógrafos, asistentes, entre otros, la delicadeza de tener a menores de edad en el estudio. Cualquier comentario fuera de lugar, está vetado para evitar malos entendidos.
“No somos una industria audiovisual todavía y ese retraso industrial genera que no haya normativas sobre el trabajo con niños en el set. Pienso en los primeros intentos de los sindicatos y las entidades públicas para generar un debate. Sin embargo, no existe una sociedad de actores propiamente dicha, como en Argentina y Colombia, donde se pueda establecer parámetros laborales para los actores infantiles. Cada productora y canal genera sus propias normas de trabajo respecto de los horarios, entre otros”, añade Reátegui.
De acuerdo con el abogado laborista Daniel Robles, el artículo 38 y el 51 del Código del Niño y Adolescente, así como la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual, amparan a los niños entre 12 y 17 años, en principio, para que su salud y desarrollo no sea perjudicado cuando hacen algún tipo de trabajo en una productora o un canal de televisión. Además, los niños con edades del rango indicado o que sean menores a este deberían tener siempre el permiso de los padres para estar en algún tipo de régimen laboral.
El trabajo de ser famoso
“Más allá de las reglas para trabajar con niños, lo importante es cómo la producción logra hablar con el niño para que diga sus líneas, pero jugando con él y salga de manera natural”, explica Carol Ríos, la productora general de Grupo Chaski, que realizó el programa “Papá en apuros” de Latina. “Cualquier persona que trabaje con niños y con su sensibilidad tiene que cuidarlos, tomar las precauciones y saber que no piensan como un adulto. En una grabación, todo el mundo grita y el niño se puede asustar, eso no está regulado. (...) Sea niño o sea adulto, uno tiene que respetar, pero el maltrato no se tiene que permitir en el set. Si como productora veo algo así, inmediatamente voy a hablar con la persona”.
Ríos, quien trabajó por muchos años en producciones infantiles, como “Nubeluz”, es consciente de que “la fama de la televisión es muy atractiva tanto para los padres como para los hijos”. Cuando un pequeño ve a un actor o director famoso, puede estallar de la emoción, tanto como lo haría un adulto, con la diferencia de que el primero no siempre sabe manejar las emociones.
Bianca Bazo, la actriz de 10 años de “Papá en apuros”, es una niña muy activa, por lo que la producción estaba pendiente en darle espacios para que se disperse y luego vuelva a retomar las grabaciones. “Le explicamos que el estudio es un lugar sagrado”, comenta Ríos, quien finalmente condenó los abusos ocurridos en el set de filmación de Nickelodeon y resaltó la importancia de tener un equipo que proteja a los niños, porque esa es la clave del trabajo con niños actores.
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