Tras un inicio bastante similar al videojuego, “The Last of Us” de HBO se separó progresivamente de la narración original. Primero, por el episodio de Bill y Frank y su historia de amor en pleno apocalipsis. Ahora, por lo que acontece en el encuentro de los protagonistas con un grupo organizado de cazadores, cuyas presas son personas. El escenario: una Kansas City liberada del control de FEDRA. Pero también es un episodio donde los personajes se encuentran consigo mismos y enfrentan eso que les da miedo.
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En Kansas City Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey) se topan con humanos, quienes emboscan su vehículo. Ellie salva de la muerte a Joel, disparándole a un joven que intentó matar al sobreviviente. Mientras tanto Kathleen (Melanie Lynskey), líder del grupo violentista, ordena una búsqueda por toda la ciudad para encontrar a ambos, pero también a un misterioso hombre llamado Henry.
En el proceso ella y su lugarteniente Perry (Jeffrey Pierce) encuentran una situación que promete peligro para todos, pero se quedan callados. Por su parte, los protagonistas encuentran un refugio y pareciera que estarán a salvo… hasta que aparecen Henry (Lamar Johnson) y su hermano pequeño Max (Keivon Woodard), que son buscados por Kathleen.
Ambos amenazan a Joel y Ellie a punta de pistola.
Una historia sobre los vínculos
El cuarto episodio de la serie es un puñado de varios tonos, temas y personajes que, sin embargo, no se siente ni apresurado ni disperso. El texto de Craig Mazin encuentra en su director, Jeremy Webb (un experto en series de amplios elencos), una persona capaz para conducir todo al poner énfasis en un hilo, el cual no se siente aislado por comunicarse con lo que es el corazón de la serie.
Así como “Long Long Time” fue una historia sobre el amor romántico en los malos tiempos, “Please Hold to My Hand” es sobre el amor paternal, perdido tras la tragedia del pasado remoto, pero que encuentra en el presente un motivo para renacer. Sea cuando Joel intenta evitar que Ellie vea la revista porno, o cuando la niña usa la pistola para defender a Joel, la relación de ambos personajes se estrecha.
Este vínculo no tendría suficiente fuerza de no ser por lo que, como audiencia, hemos visto. El cómo Joel perdió a su hija, la relación de Bill y Frank, el mismo trato de Joel con Tess (Anna Torv). Ese hombre endurecido por la vida se encuentra en una posición en la que, por primera vez en veinte años, puede sonreír. Y sonríe, como lo vemos en los minutos finales del episodio, con uno de los chistes de Ellie, dignos de Carbonell; tan malos, que son buenos.
Antagonistas humanizados
En el videojuego los atacantes son solo objetivo a los cuales matar, sin alguna historia que cautive particularmente salvo por la crueldad que han ejercido hacia los otros. En la serie los conocemos un poco más al descubrir que FEDRA, con sus actividades totalitarias, se ganó el odio de los sobrevivientes y estos tomaron las armas. Los detalles de esta época aún no son claros, pero sabemos que Henry tuvo un rol determinante como delator.
Salvo eso, no hay mucho más que decir sobre esta trama en particular, que terminará cruzándose con un ataque de infectados. Porque qué otra cosa podría ser ese movimiento del suelo que más parece el latido de un corazón que un sismo.
En resumen, un episodio correcto, con los vínculos suficientes a la temática central como para mantener la atención. Es curioso que, además, este sea el primer episodio con un cliffhanger claro, donde hay que descubrir qué pasa luego de que los personajes sean amenazados con una pistola. Un ejemplo claro de que la serie siente confianza con la historia que cuenta.
Pensamientos sueltos
- Recordatorio de qué ocurre: Joel y Ellie van a Wyoming en busca de Tommy, hermano de Joel que al haber sido integrante de las Luciérnagas podría saber dónde está el laboratorio al que llevar a la niña.
- Descubrimos que los infectados no llegan a ciertas zonas. ¿Qué circunstancias tienen que cumplirse para ello? No es del todo claro. O tal vez sí llegan y es Joel quien dice eso para tranquilizar a Ellie.
- Joel, Tommy y Tess cometieron crímenes en años previos; no eran solo contrabandistas. Así, la nueva misión del tejano resulta ser una oportunidad de redención, muy aparte de lo que pasó con Sarah.
- Bella Ramsey ofrece, hasta el momento, su mejor episodio. Verla frente al espejo practicar con el arma, combinando decisión e inocencia, es una escena bastante lograda sin la que su quiebre posterior, cuando habla con Joel sobre lo que ella hizo en el pasado, no tendría sentido.
- En los próximos episodios conoceremos más de la persona a la que Ellie dice haber matado.
- Kathleen (Melanie Lynskey) es un caso interesante de liderazgo. No es la típica desquiciada del apocalipsis (como Alpha en “The Walking Dead”) o una persona con delirios de poder. Es solo alguien que, por las circunstancias de la vida, está a cargo de un grupo. Sin ser particularmente noble, pues es capaz de matar a una persona tan importante como un médico solo para impulsar su agenda personal, motiva interés. Ya veremos a dónde va el personaje.
- El intérprete de Perry (Jeffrey Pierce) participó en el juego original, donde dio vida a Tommy.
- El título del episodio viene por la canción “Alone and Forsaken”, de Hank Williams. Un tema lanzado pocos años después de la Segunda Guerra Mundial que habla de la soledad y el olvido, motivados, tal vez, por un poder superior. En la letra, Williams pide a Dios que le de una mano. Lo que Joel vive con Ellie puede que sea una respuesta a tales plegarias.
Calificación: 3.5
El quinto episodio se estrenará este viernes 10, no el domingo, pues ese día la atención de todo Estados Unidos estará en el Super Bowl, juego de fútbol americano que es una institución tan grande como una serie de TV. Puede que incluso más.
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