Seguramente fue muy estudiada la decisión de partir en siete episodios cada una de las temporadas de The White Lotus. La exitosa serie creada por Mike White y que emite HBO Max a nivel mundial, acertó en su primera temporada con pequeñas micro historias protagonizadas por adinerados turistas que la pasaban bien en un resort de Hawái. Ya en esta segunda entrega, la historia –con 95% nuevos personajes—se trasladaba a Sicilia, Italia.
Domingo a domingo, en cada nuevo episodio hemos visto cómo esta nueva tanda de pequeños dramas se expandía, uno a uno, para conectarse finalmente de forma sutil. A veces con resultados muy buenos y otros no tanto. Un ejemplo de lo primero bien podría ser la forma en cómo el joven Albie/Adam DiMarco (presentado como un millenial progresista y aliado de la igualdad) termina enamorado de Lucía (Simona Tabasco), una dama de compañía que primero supo cautivar a su padre, el ‘amante de todas las mujeres’, Dominic (Michael Imperioli).
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Pero hay otras historias que han terminado mezclándose y parecen no encajar muy bien. Pasa, por ejemplo, cuando la otra dama de compañía, Mía (Beatrice Grannò), se involucra a fondo con Valentina (Sabrina Impacciatore), la manager del White Lotus. Un detalle: en la primera temporada de la serie el tándem ‘jefe-empleado’ envueltos en líos sexuales también se presentó. En Hawái el jefe era un hombre y ahora estamos ante una mujer que se deja llevar por su auto-reconocida soledad y termina en la cama con Mía (a quien le dio trabajo como pianista).
¿Por qué esta historia no encaja? Porque Valentina dejó de ser Valentina apenas terminados los dos primeros episodios. Tras develar su orientación sexual, la manager del White Lotus dejó de ser la tipa problemática que persigue a las damas de compañía por todo el hotel para expulsarlas. Es más, desde que Mía la ‘sacó del clóset’, nunca más volvió a molestarle nada de lo que pase con ella y su amiga Lucía. Aquí pues, hemos sido testigos de la desaparición de un personaje que pintaba bien, pero que se desvaneció por decisión del guion.
En sí, el sexto episodio de la serie que emite HBO Max tiene varios puntos flacos. Diera la impresión de que, esperando el desenlace, este capítulo les quedó de sobra. Un segundo ejemplo: Ethan (Will Sharpe) y Harper (Aubrey Plaza) continúan en esta especie de exposición pública de sus rencillas luego de que este casi (solo casi) le sea infiel con Mía mientras ella viajó fuera de Sicilia con Daphne (Meghann Fahy). Aunque todos sabemos que el personaje interpretado por Sharpe dice la verdad, su novia simplemente no le cree. El recurso puede resultar útil, hasta que el guion opta por estirarlo como un chicle barato. A partir de aquí, seremos testigos de todo lo que Harper hace para que su pareja “escarmiente”.
Un punto aparte aquí. A estas alturas todos sabemos que Ethan va a actuar contra Harper o contra su amigo Cameron (Theo James), a los cuales ya imagina incluso teniendo relaciones en su propio cuarto. En ese sentido, ¿cómo salvamos esta historia? Probablemente, analizándola desde otro punto de vista: Ethan y Harper representan cómo las formas de vida opuestas terminan volteándose por los avatares del destino. Así pues, si era ella quien llegó a Sicilia con una mente cerrada y la idea del “matrimonio feliz”, mientras que él lo relativizaba todo, pues ahora es al revés: ella parece la liberal y él termina aferrado a la idea del vínculo monógamo y el respeto a las buenas costumbres. En el medio, por supuesto, un personaje como Cameron, que valgan verdades, es lo más flojo en esta segunda temporada.
Volviendo a Albie y todo lo que lo rodea, finalmente el joven propuso a su padre y abuelo llevar a Lucía como traductora a un paseo turístico cuyo fin era “encontrar los orígenes familiares” (nota aparte: el desenlace en esta experiencia de buscar antepasados resultó irrelevante, ineficaz y hasta absurdo para una serie tan buena como esta). Por supuesto que todos saben quién es Lucía, pero nadie se atreve a decirlo para no romper la armonía familiar. Aquí surge otro giro que se viene repitiendo a lo largo de toda la temporada: a la dama de compañía la persigue Alessio, su violento explotador. Las idas y vueltas entre ambos personajes, sin que nada detone por el momento, nos resultan desgastantes al borde del episodio final.
Finalmente, hay dos historias paralelas que permanecen conectadas a estas alturas y que corren distinta suerte. Primero, la de Tanya (Jennifer Coolidge), quien termina entregada a esnifar cocaína cual adolescente en vacaciones a consecuencia de su cada vez más cercano vínculo con Quentin (Tom Hollander), el supuesto turista inglés que vive rodeado de amigos gays (como la propia Tanya los llama). Ya lejos de Sicilia, ella se entrega a un apuesto joven que promete hacerle pasar una inolvidable noche. Es en el Palacio donde se dispone a vivir un momento inolvidable que descubre que sus anfitriones tal vez no son quienes dicen ser.
Del otro lado tenemos a Portia (Haley Lu Richardson), la joven asistente de Tanya quien también ha recorrido su propio camino de descubrimiento. Ya alejada casi por completo de Albie –quien la ‘aburrió’ con sus ideas progresistas y de respeto ante todas las cosas--, ella parece feliz con Jack (Leo Woodall), el apuesto sobrino de Quentin quien poco a poco comienza a develar su verdadero rostro: un chico vacío, dispuesto a vivir cada noche como si fuera la última, enredado entre sábanas y luego de tomarse todas las cervezas que encuentre en el bar más cercano.
Hay entre estos personajes un contrapunto muy notorio. Cuando Jack celebra vivir la vida que tiene, Portia le responde que el mundo de hoy está derrumbándose a pedazos. A esto él reacciona: ¿En qué sentido se derrumba? Y es que para Jack “vivimos en la mejor época de la historia del mundo”, por lo que no hay motivos serios para sentirse angustiado.
Ya con el castillo de arena mental destruido, Portia cambia su mirada y descubre que tal vez Albie no eran tan ‘inexistente’ como ella pensó. El problema es: ¿Tendrá el guion de The White Lotus un espacio para un posible reencuentro entre estos dos personajes? Solo el capítulo final de la serie, a emitirse el próximo domingo 11 de diciembre, nos dará la respuesta.
THE WHITE LOTUS 2/ HBO MAX
Director: Mike White
Elenco: Jennifer Coolidge, Jon Gries, F. Murray Abraham, Sabrina Impacciatore
Sinopsis: La serie ganadora del Emmy regresa para la temporada 2, siguiendo a varios invitados durante una semana en en Sicilia. Mientras comienza a surgir el lado más oscuro de los viajeros perfectos, la gerente del hotel intentará mantener a raya a dos jóvenes locales que intentan acercarse a sus visitantes por todos los medios posibles.
Duración: 7 episodios
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