- ¿Cómo describirías a Almodóvar?
César Vicente: (largo silencio) Como una flor… Hay que regalarla…
- Pareciera que tuviera algunas rupturas, como personales.
César Vicente: ¿Tú crees?
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El cineasta Vicente Molina Foix escribió en 2007: “Fuera de España, (Pedro) Almodóvar es España”. Las 24 películas del director español reflejan el país donde sufrió y enardeció, eso lo sabemos por las emociones que provocan. Desde su debut en “Salomé” en 1978, se ha convertido en una figura tan amada como odiada en el medio, debido a la perfección con la que construye sus piezas y la energía con la que las defiende. Según César Vicente, quien actuó en una de sus películas, “Dolor y Gloria” (2019), trabajar a su lado es un sueño del que no puedes despertar.
“Mi experiencia con él y el equipo fue muy liviana, muy tranquila. Y aprendí muchísimo. O sea, no fue un infierno, la verdad. No lo podría remarcar así. Sí, entras en otra dimensión. Como magia. Como cuando sueñas y te levantas, y tienes ese mismo sueño durante todo el día. Es algo mágico. Hay una sensación que no es de aquí, va más allá, se nota. Más allá, porque es algo de lo cotidiano. Es entrar en un mundo donde estás desnudo y te enfrentas a todo. Eres tú. Es algo muy libre”, dijo a Saltar Intro César Vicente.
Pero cuál es la maña. Quién es Pedro Almodóvar para conquistar a todos sus financistas de películas, ganarse un lugar en el cine español a pesar del rechazo de la crítica o ser la curiosidad de Angelina Jolie. Momento inolvidable. En 2012, la actriz estadounidense se acercó al director español en una gala de prensa e hizo que prometiera que algún día la convocaría para filmar. “Tiene la libertad y la valentía de dejarse llevar e intentarlo todo”, dijo Jolie ante las cámaras.
Si hay alguien que ame a España más que a nada, es él. Con el recuerdo de su infancia, Almodóvar traza las líneas de sus personajes, pero también con los relatos que su madre le contaba de las calles de Madrid durante los años 20, como si fuera una “leyenda”, escribe Jean-Max Méjean. Se enamoró de las películas neorrealistas italianas cuando llegó a Madrid, porque antes no las conocía. En el pueblo donde vivía de niño, no había cine. Así que Michelangelo Antonioni y Roberto Rossellini, sagradas figuras del cine de Italia, fueron sus mejores amigos, por lo menos de la pantalla para afuera.
Por eso, su relación con la historia de España y el amor de madre se dan como se dan en su cine. No es por gusto que “Madres Paralelas” (2021) aborda un tema difícil, como la exhumación de las fosas comunes donde permanecen miles de españoles desde el franquismo. Es una combinación de pérdida, maternidad y memoria histórica. El tema forma parte de su pasado, las historias que le contaba su madre y el dolor de su sociedad. Con la misma seriedad, toca temas sociales en otras películas, como la transexualidad y la orientación sexual, como una huella casi autobiográfica.
César Vicente, un actor de 25 años con un padre apasionado por las películas de Almodóvar, aprendió desde niño de la filosofía “almodovariana” y sabe que es un director de cortes profundos, porque pausa las escenas durante el rodaje las veces que sea necesario, 10 como en “Dolor y Gloria” (2019) o 40 como en “Carne trémula” (1997), para plasmar el alma del discurso.
“Pero me dejaba el camino bastante libre. Con mucha libertad de poder crear y hacer que mi personaje crezca y se rellene. Vengo del teatro y la verdad que ese arte te exige mucho, los profesores también, nunca me han dirigido audiovisualmente, pero con él es todo muy liviano. Te transmite sus creencias, su verdad. Te lo transmite. Te lo da. (…) No sé, son pautas que él me aconsejaba, siempre me aconsejaba. No era tan duro, eh. Me aconsejaba”, cuenta César Vicente.
Al igual que Penélope Cruz, Antonio Banderas y Cecilia Roth, Vicente se convirtió por una temporada en el ‘chico Almodóvar’. Uno de los instrumentos dramáticos favoritos del cineasta que logran encarnar el dolor, como el trauma de dos mujeres (“Volver”), un ‘Pedro’ afrontando su orientación homosexual (“Madres Paralelas”) o de nuevo una madre abnegada (“Todo sobre mi madre”). En el libro de Jean-Max Méjean que lleva el nombre del director como título, esto se confirma. “No sabemos del todo cuál es la relación de Pedro Almodóvar con la imagen de su madre y de la madre en general. Adorada o detestada, no sabemos gran cosa sobre ella, a excepción de lo que éste accede a enseñarnos con su cine”, escribe el autor. Y cuenta que es tan arriesgado que por lo menos en cuatro películas introdujo en la pantalla a la anciana Francisca Caballero, quien le dio la vida. Películas en las que se le vio: “¿Qué he hecho yo para merecer esto?” (1984), “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988), “Átame” (1989) y “Kika” (1993).
“A mí me parece que él pone un universo propio tan único, y tan original y tan… Y te lo entrega, lo comparte contigo. Y te exige muchísimo. Porque la verdad es esa. Es una persona con la que no sé si para todo el mundo es fácil trabajar. Tiene una enorme exigencia, pero tiene mucho humor, se da cuenta, la arregla. Y es un director único”, dijo a Telefé la actriz argentina Cecilia Roth que estuvo en el elenco de las películas de Almodóvar “Todo sobre mi madre” (1999), “Laberinto de pasiones” (1982), “Amantes pasajeros” (2013), “¿Qué he hecho yo para merecer esto?” (1984), “Dolor y gloria” (2019) y “Hablé con ella” (2002).
“Jamás le voy a cobrar a Almodóvar lo que le cobraría a un estudio. Eso no es problema, yo puedo trabajar incluso gratis para él”, dijo a ATV Antonio Banderas, que actuó junto al director en “La piel que habito” (2011), “La ley del deseo” (1987), “Matador” (1986), “Laberinto de pasiones”, “Dolor y gloria” (2019), “¡Átame!” (1989) y “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988).
“Yo me identifico mucho con él (Pedro Almodóvar) en ese sentido y siempre se agradece mucho. No solo con mi relación con él, como una actriz que trabaja con él desde hace muchos años, también como amiga, como espectadora. El ver lo que él hace, no solo con este tema, con todos. Es imposible para él juzgar a sus personajes o ponerles ningún tipo de etiqueta. Y la verdad es que yo siempre busco eso, pero a veces no encuentro un compañero así”, dijo Penélope Cruz a Juan Carlos Fangacio de “El Comercio” durante una ronda de prensa de la película “Madres paralelas”.
Para Lluís Homar, actor en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, Almodóvar lo envolvió en un trabajo difícil de sobrellevar, tanto que debió doparse con Valium. “Cuando ensayábamos ya había algo que no iba bien. ‘Me suena teatral’, me decía cuando pasaba texto. Yo me sentía cohibido, paralizado, sin saber por dónde tirar. Todo era no”, escribió el actor en su libro “Ahora empieza todo”. También cuenta que se enfrentó con Almodóvar para reclamar por el “infierno” que estaba viviendo, de la misma forma que hizo el actor español Jorge Sanz. Tampoco se sintió cómodo durante el rodaje de “Carne trémula” (1997), cuando el cineasta le exigía repetir una escena donde había una acción específica. “Hoy Jorge no sabe pedir un café, cortamos rodaje. Mañana volveremos a ver si sabe pedir un café”, le decía. Sanz comentó a La Sexta que no le gusta su técnica de trabajo: “Pedro rompe al actor y los actores somos muy frágiles”.
Verlo dirigir es en sí una película. Escondido en medio de Youtube, un video muestra el ejercicio de la dirección de actores de Pedro Almodóvar en “Los abrazos rotos” (2009). En la escena, aparecen Carmen Machi y Penélope Cruz. Él habla desde un micrófono conectado al auricular de Cruz mientras las actrices llevan el diálogo. En tanto ella pronunciaba su línea, él dictaba el tono y la intensidad de la expresión en tiempo real, insistiendo, de tal forma que la actriz debía repetir su parte varias veces hasta tener lo que él mimetizaba con el cuerpo.
“Tiene una facilidad de expresar muy profunda, muy de lo cotidiano, de lo real. Con sus películas, hace ver la vida en estado puro, eso se nota. Es normal que la gente hable tanto, porque le llega. Si no, la gente se callaría o no diría nada. Pero es que es tan fácil hablar de películas de él, porque se vive y se nota. Porque está eso. Hay. Nace. Sus películas transmiten mucho, salen de la pantalla. Son excitantes”, concluye el actor César Vicente.
Asimismo, en el libro de Paul Duncan, Pedro Almodóvar recita: “No soy ningún dictador, pero sí un espejo insobornable de sí mismos y de su trabajo. El malestar procede de lo que los actores ven en ese espejo: un fiel retrato de sí mismos que no siempre les gusta”.
DATO
“Madres paralelas” está disponible en Netflix.
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