Para el que ha tenido la oportunidad de viajar a Madrid alguna vez en su vida y es de aquellos que se detiene en el nombre de los aeropuertos, el principal terminal aéreo de la capital española lleva el nombre de Adolfo Suárez. El personaje no es uno cualquiera en la historia reciente de la nación europea. En realidad, se trata de un hombre clave en lo que los españoles han denominado el periodo de la transición.
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Porque Adolfo Suárez tuvo la tremendamente difícil labor de asumir la presidencia de España al final del franquismo, la dictadura que por casi cuatro décadas encabezó el General Francisco Franco. Y como pasa en cualquier contexto de quiebre, los primeros años suelen ser los más difíciles. Perú lo sabe, porque ha pasado en más de una ocasión de democracia a dictadura, y viceversa, en sus apenas dos siglos de vida independiente.
Líder de la ya extinta Unión de Centro Democrático, Suárez, oriundo de Cebreros (Ávila), asumió un panorama complejo, no solo por lo económico y lo social (crisis o epidemia de drogas), sino fundamentalmente porque debió enfrentar fracturas en su partido, pero, sobre todo, a un sector de militares que, apenas seis años después de la muerte de Franco, no veían con buenos ojos lo que hoy reconocemos como democracia.
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Presionado desde distintos flancos, el primer presidente vencedor de elecciones españolas tras el franquismo presentaría su renuncia el 29 de enero de 1981. Apenas un mes después, la opción que Suárez eligió para sucederlo se sometía ante el Congreso en una segunda votación (no alcanzaría votos suficientes en la primera). Pero aquel acto en el que Leopoldo Calvo-Sotelo debía ser nombrado se vio alterado por la irrupción de un nutrido grupo de efectivos de la Guardia Civil española, a la cabeza del teniente coronel Antonio Tejero, quien, con pistola en mano y mirada fría, puso en vilo a una nación.
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DEL 23F A LA FICCIÓN DE NETFLIX
Aquel acto, perennizado en adelante como el 23F, es el punto de partida de “Asalto al Banco Central”, la nueva serie de Netflix que, dirigida por Daniel Calparsoro, relata en cinco episodios uno de los atracos más espectaculares retratados por los medios españoles en la segunda mitad del siglo pasado.
Un grupo de once sujetos irrumpió en el local del Banco Central de Barcelona el 23 de mayo de 1981. Allí tomarían casi trescientos rehenes y amenazarían con robar más de 600 millones de pesetas. Así empieza la serie de Calparsoro, y es nada menos que Miguel Herrán (Málaga, 1996), quien encabeza el reparto de esta propuesta que tiene un pie en la narración histórica y otro completamente en la ficción.
Herrán es uno de los actores más queridos en España, pero, resulta preciso decir que –fuera de las fronteras de su país—es, básicamente, Río, aquel asaltante de buenos sentimientos y mirada noble que entró a robar junto a su amada Tokio, El Profesor y demás la Casa de Papel, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en “La casa de papel”, seria original de Alex Pina que, a punta de mega cifras de audiencia, se volvió en un éxito al que Netflix le sigue sacando el jugo de distintas maneras.
Cuando “el número 1″ o José Juan Martínez Gómez (Herrán) hace público sus primeras exigencias como cabecilla de la banda que entró al banco catalán, la primera de estas tiene que ver con la liberación del coronel Antonio Tejero. Sí, el protagonista de lo que acabamos de describir como el 23F. El pedido, por supuesto, desestabiliza la idea natural de que estamos ante simples atracadores. ¿Hay, entonces, algo político que motiva a esta media docena de encapuchados?
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“Asalto al Banco Central” se soporta en dos columnas. La primera, desde lo histórico, compartiendo imágenes de archivo en las que veremos –por ejemplo-- a Tejero con pistola en mano pleno Congreso de los Diputados en la denominada ‘Noche de los transistores’. Luego hay una viga ficticia, tal vez la más ambiciosa, aunque en su camino cometa uno que otro exceso. Y en esta segunda línea hay dos protagonistas que sobresalen desde distinta magnitud. La primera es Maider Garmendia (María Pedraza), una reportera vasca que, mientras supera el duelo por el mortal atentado contra padre, decide seguir sus pasos incursionando en el periodismo. A su lado, para investigar el atraco a la entidad financiera, está Paco López (Isak Férriz), jefe de la unidad anti atracos de la Policía de Barcelona.
Un detalle que no puede pasar desapercibido si ubicas a Miguel Herrán y a María Pedraza de “La casa de papel” es, en honor a la exactitud, que no se trata de productos relacionados (más allá de que tratan sobre un robo). En esa línea, sería incorrecto decir que la serie de Calparsoro “es la nueva Casa de papel”. Al estar frente a una narración histórica, (es de suponerse que) existe cierta responsabilidad de parte de los creadores para no alterar drásticamente lo ocurrido o, por lo menos, para tirar todas las cartas ante el televidente.
Y eso pasa en “Asalto al Banco Central”. Es así como, de la imagen de archivo ya citada sobre el 23F, veremos apareciendo, uno por uno –a veces con el nombre editado, claro—a personajes/políticos que fueron claves en el antes, durante y después del atraco. Desde el propio Calvo Sotelo –el sucesor del hombre que abrió esta nota—hasta jefes de la Guardia Civil o inclusive al mismísimo Felipe González, el mítico líder del PSOE que prometería renovación, aunque –según se desprende tras esta miniserie-- fue básicamente un ejemplo de cómo ‘pasar la página’.
MOMENTOS PARA TODOS LOS GUSTOS
A lo ya dicho sobre ex figuras de “La casa de papel” que también aparecen en “Asalto al Banco Central” (Río, Alison Parker y Bogotá, fundamentalmente), resulta imborrable el guiño que la serie de Daniel Calparsoro le hace al periodismo. Más precisamente, al viejo periodismo, aquella labor inimaginable en el actual teletrabajo, aquel oficio practicado en redacciones inundadas de humo, con botellas de alcohol en las gavetas, cierres interminables y pesadas máquinas de escribir martillando al unísono.
La propuesta de Netflix presenta, pues, a Maider ingresando al Diario de Barcelona dispuesta a seguir el legado de su padre, quien le rogó hasta el final terminar su carrera de abogada “y luego ya que haga lo que quiera”. Ya en la redacción, la novata se encuentra con una jefa comprensiva, divorciada y sin tapujos, pero 100% apegada a las reglas. También, no obstante, debe tratar con Berni (Hovik Keuchkerian), un fotógrafo de la vieja escuela que, sin superar la pérdida de su joven hija, ve en ‘la nueva’ alguien a quien apoyar, en las buenas y en las malas. Ambos formarán una dupla que se ve metida –desde el primer día—en la ‘comisión soñada’: el asalto más ‘hollywoodense’ en la España de la transición.
Pero como un periodista no se abre paso sin información, datos, o primicias, Maider termina conociendo a quien poco a poco se convertirá en otro personaje clave, el capitán Paco. Él es el primero en hacerse cargo de la investigación del atraco, y quien básicamente verá saltar delante suyo todas las posibles versiones que motivaron a los once encapuchados a paralizar un país.
“Asalto al Banco Central”, sin embargo, no solo tiene personajes idealistas, apegados a las normas y que buscan hacer justicia sin excederse de sus funciones (nótese que la mayoría de las intervenciones policiales en plena crisis parecen seguir un manual de procedimientos). Hay en el medio de todo esto, un cúmulo de secundarios que sobrevuelan la trama para enturbiarlo todo. Aparatos de inteligencia, viejos militares o funcionarios que –como dijimos en la primera parte de esta nota—se resistían a dejar crecer a la incipiente democracia española post Franco. Y, por ende, se la ponían bastante difícil a Leopoldo Calvo-Sotelo.
A estas alturas el televidente tendrá dos opciones, disfrutar la serie sin interrupciones o detenerse a indagar en Google qué significa cada denominación que se menciona en pantalla. Desde el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) hasta la identidad de Manglaro (en la vida real, Emilio Alonso Manglano). Instituciones o, más precisamente, personajes, muy interesados en enturbiar cualquier tipo de investigación sobre los reales motivos detrás del atraco de mayo del 81.
UN FINAL COMPLETAMENTE ABIERTO
Ni siquiera la periodista española Mar Padilla (una de las personas que más conoce del tema y autora del libro ‘Asalto al Banco Central’, publicado por Libros del K.O. en 2023) es capaz de asegurar con exactitud el verdadero motivo detrás del citado atraco.
En una entrevista con Ethic realizada en septiembre de 2023 dijo: “La (explicación) más verosímil es que fue un intento de robo al banco disfrazado de un motivo político”. La sola afirmación abre una caja de posibilidades que, felizmente, ha dado pie a una miniserie que, como también dijimos líneas arriba, acierta al soltar todas las cartas posibles a la vista del televidente.
El trabajo de Calparsoro, sin embargo, no es perfecto. Al arropar una buena historia, abusa de recursos (ida y vuelta de flashbacks que, tal vez, pudieron reducirse a la mitad), presenta personajes en ocasiones vacíos (la amante del ‘número 1′, el tipo que supuestamente se lleva los papeles del banco o, peor aún, el dueño del Bar donde el personaje de Herrán ‘planeaba’ sus acciones), e incluso peca de artificioso (las escenografías de exteriores lucen de la época, aunque a ratos son tan correctamente pulcras que restan naturalidad al relato. Las tomas desde el interior de vehículos en movimiento son otro detalle que no pasa desapercibido). Pese a estos puntos en contra, o inclusive al natural cuestionamiento que se genera al ver a Herrán como alguien que podría no encajar en el perfil de un cabecilla capaz de ‘paralizar a todo un país’ fusil en mano (en “La casa de papel” jamás fue el líder criminal y aquí sí tiene dicho rol), resultaría injusto decir que ver esta miniserie es algo parecido a una pérdida de tiempo.
ASALTO AL BANCO CENTRAL/NETFLIX
Sinopsis: Barcelona, 23 de mayo de 1981. Solo tres meses después del intento de golpe de Estado en el Congreso de los Diputados, once encapuchados entran en la sede del Banco Central de Barcelona. Lo que empieza como un atraco espectacular pronto se convierte en todo un desafío para la incipiente democracia española. Los perpetradores retienen a más de 200 rehenes y amenazan con matarlos si el Gobierno no accede a liberar al teniente coronel Tejero y a otros tres responsables del 23-F.
Director: Daniel Calparsoro
Elenco: Miguel Herrán, Hovik Keuchkerian, María Pedraza
Episodios: 5
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