“Better Call Saul” 6x03 le hace justicia a Nacho en un episodio trágico, pero satisfactorio | CRÍTICA

¿Quién es realmente Nacho Varga? En sus seis temporadas, “Better Call Saul” no ha ofrecido muchas respuestas del pasado de este hombre. En cambio, lo muestra en acción, casi siempre en los márgenes, como el buen lacayo que es, a la espera de su momento; primero para alzarse como narco, luego para irse del negocio. Esta última decisión, sin embargo, demostró ser el mayor de sus errores.

A continuación, SPOILERS de “Better Call Saul” 6x03, “Rock and Hard Place”

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Sin salida

Como cada episodio, la trama principal, en este caso la de Jimmy (Bob Odenkirk) y Kim (Rhea Seehorn) tiene lugar, solo que esta vez no es lo más relevante. Para ser justos, “Rock and Hard Place” hizo que ambos dieran un paso adelante en su lucha contra Howard Hamlin (Patrick Fabian); que en sus maneras tan diplomáticas los ha menospreciado por años. Si bien ambos consiguen una copia de la llave del Jaguar de Hamlin, con un plan maestro ejecutado por Huell Babineaux (Marteen Huell), los problemas van por otro lado.

Las autoridades de Albuquerque ya descubrieron que el verdadero nombre de Jorge de Guzmán es Lalo Salamanca (Tony Dalton), al que creen muerto por un tiroteo en México, y quieren que Jimmy testifique en contra de ese hombre; rompiendo así la confidencialidad abogado-cliente bajo un tecnicismo legal. La funcionaria que le sugiere esto a Kim comete el error, gravísimo error, de indicar que el abogado que ahora ejerce como Saul Goodman fue engañado. Nada más lejos de la verdad. Jimmy tiene ahora la alternativa de callar, pues las autoridades no tienen nada concreto contra él, o convertirse en una rata, un delator. Un enemigo del cartel.

Pero el corazón del episodio está en otro lado, sirve como recordatorio de por qué es mala idea estar en el lado incorrecto de una guerra de bandas; esto por medio de Nacho Varga (Michael Mando), siempre obediente y que, por ir a lo suyo, terminó en problemas, hundido en petróleo para escapar de los primos Salamanca, donde comprende que no hay escapatoria. Tras hablar por teléfono con su padre, la única persona que de verdad le importa, comprende, con dolor, cuál es su mejor alternativa.

"Por primera vez en toda la serie, Nacho brilla como la estrella más candente, pero lo hace tanto que, al final, solo quedan cenizas".

“¡Bang!”

En consonancia con los títulos de los dos episodios anteriores, “Rock and a Hard Place” es una frase empleada para describir un asunto del que no hay salida. O, en todo caso, donde cualquier escapatoria es difícil. Nacho, a estas alturas, solo quiere salvar a su padre, Manuel Varga, y le propone a Gustavo Fring (Giancarlo Esposito) entregarse a cambio de que Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) garantice la seguridad del tapicero.

El plan se lleva a cabo y Nacho, ya en poder del Cartel de Juárez, tiene dos opciones: delatar a sus empleadores y obtener una muerte rápida o callar y recibir tortura. Nacho habla, pero dice más de lo que Fring espera, un juego complicado, pues si se va de boca pone en riesgo a su padre. Aun así, Nacho le dice sus verdades a los Salamanca, que son unos psicópatas. También confiesa ser el que le provocó un accidente cerebro-vascular al tío Héctor y, de pasadita, se burla del “pollero”; con lo cual disminuye cualquier sospecha que los mexicanos puedan tenerle.

Es un momento poderoso, la clase de escenas que no vemos usualmente en personajes secundarios. Por primera vez en toda la serie, Nacho brilla como la estrella más candente, pero lo hace tanto que, al final, solo quedan cenizas. Con el cristal de un vaso roto, que robó oportunamente de Fring, corta sus esposas y amenaza a Juan Bolsa, al que le quita la pistola solo para suicidarse.

Nacho elige irse bajo sus propios términos. Él, que ha estado entre la espada y la pared por varias temporadas, solo en la muerte adquiere capacidad de agencia. Es una victoria triste, pero es más de lo que otros personajes han conseguido en este mismo universo. Cualquier desprecio que Fring tuviese hacia este hombre tiene que haber desaparecido luego de cumplir, hasta el final, su palabra.

No muy lejos, un cabizbajo Mike, testigo de la tragedia, se aleja a paso lento.

Pensamientos sueltos

• El cold open, donde observamos el zip tie y el cristal, trae recuerdos de “Breaking Bad”; donde era común ver al inicio de varios episodios imágenes sin aparente sentido, solo para que, más adelante, dejen de ser un misterio. Una escena sin palabras, pero bellamente filmada.
• ¿Puede la cinematografía de esta serie ser incluso mejor? Como prueba está la secuencia donde la llave de Hamlin es duplicada mientras el valet, un muchacho veloz, está cerca de descubrir que se la robaron. La transición entre el taladro y las escaleras está entre lo mejor que ha hecho esta serie.

• Puede que incluso mejor sea la toma donde, para mostrar el paso del tiempo mientras nacho se esconde en la cisterna, la cámara se ubica en una vista cenital y gira en sentido horario. Un reloj en medio del desierto.
• Jimmy no parece muy convencido cuando le explica a Huell el por qué de su plan contra Hamlin. Tal vez sea porque el plan es de Kim, mientras que él, si bien tiene un rol activo, no es autor intelectual. Eventualmente, podría ocurrir un desencuentro en este matrimonio.
• Aun no hay respuesta sobre el vehículo que siguió a Jimmy y Kim, quienes, concentrados en el deseo y excitación que les provoca el plan contra Hamlin, ignoran este particular riesgo.
• Nuevamente, hay una referencia a Perú, en este caso de un supuesto cartel llamado “Los Odios”, nombre inusual para cualquier banda peruana del crimen, pero que en este caso se ajusta al mundo de “Breaking Bad” por lo breve y claro de la denominación.
• Ahora que Nacho ha muerto, el vínculo para demostrar las implicancias de Gus Fring en el ataque a Lalo Salamanca es Jimmy.
• Jamás olvidaré la mirada de Nacho, muerto, con la sombra de una sonrisa en el rostro en su última toma. Gran trabajo de Michael Mando.

Calificación

4.5 estrellas de 5