“Smiley”, la adaptación de la obra de teatro de Guillem Clua, protagonizada por Miki Esparbé ( Los inocentes, Reyes de la noche ) Carlos Cuevas ( Alguien tiene que morir, Merlí ) se estrenó en Netflix este 7 de diciembre.
Compuesta por 8 episodios de 35 minutos de duración cada uno, la ficción cuenta la historia de amor de Alex y Bruno.
Alex ( Carlos Cuevas ) acaba de enamorarse. Se hizo ilusiones con un chico que, después de unas semanas, le ha dado un fantasma de libro de texto. Y eso no le sienta bien. Coge el teléfono y se dispone a pedir explicaciones con un mensaje de voz que tendrá las consecuencias más inesperadas... porque acaba enviándoselo por error a Bruno ( Miki Esparbé ), al que no conoce en absoluto. Este inocente primer error es el primero de una cadena de acontecimientos que cambiará para siempre la vida de Álex y Bruno.
“Smiley es la mejor historia de amor que he experimentado. Y como suele ser el caso con las historias de amor, comenzó siendo pequeña y ha crecido con los años hasta convertirse en algo que ha cambiado mi vida. En todo este tiempo, Smiley ha tocado las almas de miles de personas en los cines de todo el mundo y estoy muy contento de que pueda seguir haciéndolo en una plataforma tan orgullosa de la diversidad como Netflix, no solo porque la historia de Alex y Bruno llegará a millones de personas más, sino porque estarán acompañados por todo un nuevo universo de historias de amor LGTBI”, dijo Guillem Clua, autor y showrunner de la película.
La obra teatral “Smiley” se estrenó hace diez años en la Sala Flyhard de Barcelona y después saltó a los grandes teatros comerciales de la ciudad, a Madrid y a teatros de todo el mundo.
Una de las grandes novedades del éxito de la obra de teatro es que era la primera vez que se mostraba una comedia romántica gay “con naturalidad, sin tapujos ni complejos”, se lee en una entrevista de Clua al diario La Vanguardia.
Respecto a la evolución del tema, el dramaturgo ha dicho: “Es verdad que eso ha cambiado, que ya se han visto muchísimas más historias en el teatro y sobre todo en cine y televisión. Esta presencia de historias queer dentro del audiovisual cada vez está más presente y cada vez están invadiendo nuevos géneros que antes estaban reservados solo a historias heterosexuales. Solo falta que entremos en la historia de superhéroes o de ciencia ficción, por ejemplo, para que se normalice esa presencia LGTBI”.
Para su adaptación televisiva, “Smiley” ha tenido que expander el número de personajes. “Ha sido el reto principal porque partíamos de una obra teatral muy sólida y testada que estamos seguros funcionará en el audiovisual. Pero tenía que convertir el eje vertebrador de esa historia en el centro de un universo donde concurran más historias y tramas secundarias que respondan a las necesidades de la trama principal y la alimenten. Teníamos que expandir ese universo pero al mismo tiempo controlar que no pareciera arbitrario que exista una pareja de chicas o una pareja mayor. Que hubiera una cohesión para contar una única historia global en Navidad que nos hable del amor en todas sus facetas:, explicó Clua a La Vanguardia.
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