Aunque parece haber puesto finalmente a un lado sus tragedias del pasado, la periodista TifAni Fanelli (Mila Kunis) ve remecido su mundo personal cuando el director de cine Aaaron Wickersham (Dalmar Abuzeid) toca la puerta de su oficina para hacerle una propuesta: participar en un documental sobre el tiroteo del que fue testigo en 1999.
Inteligente, bella y –aparentemente—segura de sí misma, esta editora senior del magazine “La biblia de la mujer” tiene un objetivo: dar el gran salto al prestigioso New York Times. Y pese a que su novio, el apuesto Luke Harrison (Finn Wittrock), intenta disuadirla para que abandone su plan y lo acompañe a empezar una nueva vida en Londres, la decisión final no será nada fácil.
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Hasta aquí hemos descrito la idea inicial de “La chica más afortunada del mundo”, película dirigida por Mike Barker, basada en el bestseller del mismo título que Jessica Knoll publicara en 2015. Estrenada en Netflix, la cinta de casi dos horas de duración comienza presentándonos la vida algo superficial de Fanelli en medio de los preparativos de su boda con su novio.
Escoger vestido, elegir el tipo de letra que se utilizará en las invitaciones o seleccionar las canciones que se tocarán en la fiesta se irán poco a poco convirtiendo en detalles menores, pues, conforme avanzan los minutos de la cinta una historia paralela empezará a tomar protagonismo. ¿El motivo? Participar del documental implica escarbar su pasado.
Cuando abrimos esta nota remarcando las tragedias personales de la protagonista no caímos ni siquiera mínimamente en la exageración. La hoy periodista antes fue una adolescente que en la preparatoria Brentley vivió dos hechos traumáticos: fue víctima de una violación grupal y testigo de un tiroteo, de aquellos que suelen remecer cada cierto tiempo a la opinión pública estadounidense, pero que todavía no parecen suficientes para motivar un cambio contundente en cuanto al manejo de armas por parte de los civiles.
Que los realizadores de “La chica más afortunada del mundo” hayan optado por asignar el rol de TifAni adolescente a la actriz Chiara Aurelia resulta un acierto. Aunque en algunos espacios se ha destacado el nivel interpretativo que Kunis muestra en su parte de la película, Aurelia no se queda atrás, logrando dar vida a una estudiante de secundaria que, algo desencajada del mundo que la rodea, termina inserta en una terrible situación de peligro frente a quienes creía sus amigos.
Con Kunis adulta y Aurelia adolescente, tenemos casi el dibujo completo de una propuesta audiovisual con aspectos positivos (los más) y negativos (los menos). En ambas historias tenemos personajes comunes, como por ejemplo Dina (Connie Britton), la madre de TifAni, una mujer que parece más concentrada en gustarle al mundo que en escuchar lo que su hija necesita decirle.
Lo contario podríamos decir de Andrew Larson (Scott McNairy), el profesor que encontró a TifAni tras sufrir el ataque sexual. Tanto en su etapa en Brentley como cuando se reencuentra con ella en su versión adulta, este docente pronuncia algunas frases (“El pasado nunca muere, ni siquiera pasa”) que resultan un tremendo golpe de realismo.
“La chica más afortunada del mundo” (y a estas alturas ya todos entienden la intención al titularla así) es una cinta que podría desmenuzarse desde diversos puntos de vista. Primero, por supuesto, como una película social. El pánico que la protagonista sintió en su escuela ante la posibilidad de denunciar o no a los responsables de la violación que sufrió es algo que interpela a cualquiera, y aquí la actuación de Chiara Aurelia se eleva a un nivel superior. Asimismo, el impacto emocional que significa para un grupo de adolescentes verse apuntados por armas en su salón de clases se nos hace tremendo. Y aquí también hay un acierto desde la dirección de Mike Barker.
Pero este filme también es un retrato de la clase media alta estadounidense. Con el glamour de las Kardashians bombardeándote a toda hora y por cualquier red social, el rol de la madre y de la futura suegra de TifAni resultan en varios momentos clave, porque nos presenta una sociedad superficial, desentendida de las tragedias ajenas, pero sobre todo desesperada por hacerte ‘pasar la página’.
Si hasta este punto hemos mencionado los aciertos de la película de Netflix, lo correcto sería también mencionar sus falencias. La más notoria, probablemente, es la voz en off de TifAni, que inicialmente parece ser más que todo la expresión del sarcasmo de una brillante periodista, pero poco a poco muta para hacerla solo un reflejo de oscuros recuerdos. En sí el recurso resulta correcto, pero estirarlo durante casi dos horas le hace daño al resultado final.
En la misma línea de las carencias del filme podemos señalar los roles de Luke Harrison y Nell Rutherford (Justine Lupe). El primero como novio de TiFani, un tipo que a veces es comprensivo con el terrible pasado de su novia, pero que rápidamente pierde los papeles y le grita “loca” en plena calle. Del otro lado, Nell es una amiga que parece solo asentir los pedidos de TifAni. En ningún momento luce como alguien que la ayudará a salir del hoyo en el que se encuentra.
Algo diametralmente opuesto ocurre con personajes interesantes, pero mal o insuficientemente explotados. Desde Arthur Finnerman (Thomas Barbusca), el amigo de escuela que le exige a TifAni “vengarse” de los violadores, hasta el propio Dean Barton (Alex Barone), el villano de la trama. Queda la sensación de que –representando el bien y el mal—su rol terminó reducido a su mínima expresión.
Más allá de esto, “La chica más afortunada del mundo” cumple. Desde sus actuaciones hasta la forma en cómo enfoca temas muy delicados, pero fundamentalmente porque, aunque muchos sospechemos el final de la historia solo unos minutos después de su inicio, pocos nos atreveremos a dejar de verla hasta el final.
LA CHICA MÁS AFORTUNADA DEL MUNDO/ Netflix
Sinopsis: La vida perfecta de una escritora en Nueva York comienza a desmoronarse cuando un documental sobre crímenes reales la obliga a enfrentarse a su desgarradora historia escolar.
Elenco: Mila Kunis, Finn Wittrock, Connie Britton, Jennifer Beals, Scott McNairy, Justine Lupe.
Guion: Jessica Knoll
Dirección: Mike Barker.
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