“Pamela Anderson, una historia de amor”: el arte de decir la verdad sin contemplaciones | RESEÑA

Pamela Anderson cree que su carrera tiene un antes y un después de la filtración del video sexual que protagonizó con Tommy Lee, su ex pareja y padre de sus dos hijos, Brandon y Dylan. A sus 55 años, la modelo canadiense, famosa desde que posara por primera vez en la portada de la revista Playboy en octubre de 1989, lo ha contado todo en “Una historia de amor”, el documental que lleva su nombre y que acaba de estrenar la cadena de streaming Netflix.

En dos horas de duración, esta propuesta dirigida por Ryan White y producida por Brandon Lee Anderson, repasa los momentos felices, pero también las estrepitosas caídas que la recordada salvavidas de “Baywatch” (“Guardianes de la bahía”) sufrió tanto en lo privado como en lo público.

“Una historia de amor” está planteado de forma lineal y tiene como base cada uno de los recuerdos que Pamela Anderson alberga no solo en su memoria, sino fundamentalmente en los cientos de papeles, diarios y cintas de video guardadas en el sótano de su casa. Sorprende la forma en cómo, sistemáticamente, la modelo registró casi la totalidad de los hechos vividos en su adultez (“escribo las cosas para no olvidarlas”).

Pero antes de llegar a esa etapa de su vida, el documental se sumerge en los primeros años de Pamela, una niña nacida en un matrimonio canadiense complejo, vehemente y lleno de separaciones y reencuentros entre sus padres. La violencia ejercida por su padre contra su mamá es algo que marcaría la vida de la modelo. Tal vez ese recuerdo sentaría las bases de una personalidad que acepta tropiezos en el amor, pero jamás tolera la violencia.

Pero antes de llegar a ese punto, este documental no se guarda nada y presenta una serie de hechos delicados en la infancia y adolescencia de su protagonista. El más saltante tiene que ver con Pamela contando que fue abusada por su niñera durante algunos años, y evitó contarle lo ocurrido a su madre para no generarle aún más problemas. Aquel execrable hecho formó en ella un sentimiento de culpa que la acompañaría durante casi toda su adultez.

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Con una inocencia particular, Anderson empezaría a hacerse conocida casi por casualidad. Fue durante su asistencia a un evento deportivo que fue enfocada por las cámaras de la transmisión oficial en varias oportunidades. A partir de ahí llegarían propuestas para modelar, cambios de look y, como por arte de magia, la gran llamada del (entonces) imperio Playboy.

Sin perder esa magia que caracterizó su mirada en los años fundamentales de su juventud, Pamela detalla para su documental cómo fue aquella primera experiencia en una revista considerada icónica en el entretenimiento para adultos. Cuenta que, por ejemplo, intentó viajar de Canadá a Estados Unidos en avión, pero como no tenía contrato laboral ‘metió la pata’ al decir en el counter de la aerolínea que viajaba para “posar en Playboy”. Luego lo intentaría otra vez, también con resultado negativo. Esto hizo que la empeñosa jovencita decida probar otra vía: la carretera.

Acompañado casi siempre de un fondo musical bastante tenue, el documental mezcla lecturas del diario de la modelo con su análisis de cada etapa de su vida. A esto se le añaden imágenes de archivo y filtros que evitan eficazmente la idea de estar frente a un producto plano. Cada uno de estos aspectos parecen haber sido meticulosamente pensados en un periodo de tiempo amplio. Porque mientras se pre producía, grababa y post producía el producto, Pamela vivió diversos hechos (por ejemplo, estuvo casada con el canadiense Dan Hayhurst y luego se divorció).

Es precisamente la parte amorosa aquella que ocupa la mayor cantidad de tiempo en este documental dirigido por Ryan White. Casada en múltiples oportunidades, la mediática modelo no siempre salió bien parada de cada uno de sus matrimonios. Diferencias insalvables, celos enfermizos y hasta agresiones. Aunque la mediática es clara y, en una mezcla entre mea culpa y un deseo de inflar el pecho, asegura: “no soy una víctima. Me puse en situaciones locas y sobreviví”.

Tommy Lee, Kid Rock, Rick Salomon, Adil Rami y Kelly Slater son solo algunos de los nombres que se mencionan como aquellos hombres que capturaron la atención y el cariño de Pamela. Pero, aunque dedica palabras sobre todos, fue el fundador y baterista de la banda Mötley Crüe quien ocupa casi dos tercios de la totalidad del documental, entre momentos felices (90%) y otros bastante dramáticos y policiales (10%).

Pamela Anderson y Tommy Lee se casaron apenas cuatro días después de haberse conocido en Cancún, lugar a donde el rockero fue a buscar a la modelo para concretar una primera cita. “¿Qué puedo perder?” Se preguntó ella, cansada de la insistencia del baterista. Cuando finalmente salieron a una discoteca local, la química se dio de inmediato. “Fue amor a primera vista”, refiere la canadiense sin ocultar su emoción al rememorar esta etapa de su vida.

Más allá de la recargada agenda que tenía Pamela, por su trabajo en Baywatch y demás, lo cierto es que tuvo la oportunidad de vivir un feliz romance con el músico, quien pronto la animó a tener hijos. El camino parecía feliz hasta que, en medio de la grabación de su primer (único y fracasado rol protagónico en el cine) Anderson sufrió un aborto. Y aunque en situaciones así muchas parejas se quiebran y hasta terminan, este lamentable hecho terminó por reforzar el vínculo entre ambos.

En medio de esta nueva etapa posterior a la pérdida, Pamela y Tommy enfrentaron un nuevo obstáculo: el hostigamiento permanente de los paparazis, quienes los perseguían a todos lados por considerarlos una de las parejas del momento. En ocasiones la modelo y el cantante perdían los papeles y terminaban agrediendo a los fotógrafos, quienes les increpaban su actitud sin siquiera retroceder un centímetro, cámara en mano, en plena vía pública.

Cortinas cerradas, ya dentro del hogar, la vida familiar entre ambos parecía viento en popa. Llegaron los hijos, aunque –y coincidiendo con el final de la serie Baywatch—pronto todo cambiaría. El rockero fue denunciado por agresión física contra la modelo y, tras un juicio veloz, pasaría seis meses en prisión. Aunque puede aceptar todo, Pamela considera innegociable la posibilidad de permitir violencia dentro de casa. Este sería el fin de un matrimonio que, en medio de sus extravagancias, parecía camino a ser eterno.

Ahora, como dijimos al comienzo de esta nota, fue junto a Tommy con quien Pamela Anderson vivió el hecho más doloroso de su vida. La pareja, en los momentos de felicidad plena, vivía con una cámara de video pequeña grabándolo todo. Bromas, bailes, fiestas y hasta ‘bloopers’ caseros propiciaron que, en algún momento, ambos se graben en la intimidad. El video de este acto, guardado en una caja fuerte, terminaría siendo robado en extrañas circunstancias. Aquí el documental se torna gris: Pamela –como ocurriría con cualquiera de nosotros— no acepta bajo ningún motivo que su intimidad sea vulnerada por terceros.

El clip explotó (Brandon Lee apunta en el documental que es curioso porque “se trata del primer viral en la historia”) y de pronto una compañía empezó a comercializarlo masivamente. La pareja intentó frenar esto con un juicio que finalmente terminaría en nada. “No recibí un solo dólar, pero la gente no lo cree”, señala la modelo todavía frustrada por lo ocurrido.

Es precisamente este clip sexual el que motivaría, ya en el año 2022, la aparición de la serie “Pam and Tommy”, un producto de Hulu que en Latinoamérica sería distribuido por Star Plus (Disney). El documental muestra cómo Pamela reacciona ante el anuncio de la serie y, aunque ella prefiere mantenerse al margen del revuelo, son sus hijos quienes terminan averiguando al respecto y quejándose por la forma en cómo los medios son capaces de explotar una situación tan dolorosa en la vida de una persona.

Pamela Anderson asegura con contundencia que ese fue el final de su carrera y es a partir de entonces que intentó amar los pedazos para presentarse como un ser humano “más allá de su video XXX”. Se inscribió como voluntaria en PETA (ONG a favor del cuidado de los animales), trabajó y trabajó, aceptó bromas en televisión, respondió las mismas preguntas (“Siempre deseé algún día poder hacer algo que la gente vea más interesante que mis senos”), etc.

Si pudiésemos resumir este documental en una palabra sería, sin duda, resiliencia. Pamela Anderson, lejos de considerarse un ser humano perfecto, asume cada uno de sus errores y es a partir de esa asunción que mantiene intactas sus ganas de lograr lo que se propone. Tal vez por ello en el epílogo del documental hay una fina luz que se asoma al final del túnel: una propuesta para presentarse en el musical Chicago, el cual tendrá lugar nada menos que en Broadway.

Ver a esta modelo canadiense de 55 años de edad entrenándose tan fuerte como cualquiera de las jovencitas en su primera audición es sin duda un ejemplo de redención y superación en medio de tanto caos y problemas presenciados a lo largo de dos horas. “Una historia de amor” es precisamente eso, el retrato de alguien que, aún a pesar de la serie de terribles momentos que vivió en lo privado y en lo público, es capaz de ir por el mundo buscando a quién amar. “Prefiero haber amado por un instante que tener una vida miserable”.

PAMELA ANDERSON: UNA HISTORIA DE AMOR/ NETFLIX

Director: Ryan White

Elenco: Pamela Anderson, Brandon Lee, Dylan Lee

Sinopsis: Con sus propias palabras y a través de videos y diarios personales, Pamela Anderson cuenta la historia de su fama, su vida amorosa y su escandaloso video sexual.

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