Solo falta una semana para llegar al final de la primera temporada de “Betty, la fea: la historia continúa”. Los penúltimos dos episodios de la serie de Prime Video regresan cinco años al pasado de la familia Mendoza-Pinzón para saber cómo ocurrió el conflicto matrimonial entre Betty y Armando. Además, el problema de Ecomoda está cada vez más difícil de comprender, pues las finanzas están por los suelos, hay un testaferro de por medio y huelgas de trabajadores. Es mucha información, pero, más que nada, un mate de risa.
Beatriz Pinzón Solano (Ana María Orozco) es una brillante economista, y su mayor defecto para el resto de las personas siempre fue su fealdad. En la continuación de la historia de Betty, ella cambia su forma de pensar. Después de 25 años de su transformación en una mujer “bonita”, se da cuenta de su verdadero valor como ser humano y decide regresar a sus orígenes. Además, debe enfrentar un divorcio alborotado con Armando Mendoza (Jorge Enrique Abello), mientras intenta recuperar el cariño de su hija, Mila (Juanita Molina). En los últimos episodios, la empresa Ecomoda está en crisis de nuevo, y los ejecutivos están concentrados en resolver las finanzas de la empresa, así como los empleados en hacer valer sus derechos.
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En Saltar Intro de El Comercio, vimos los nuevos episodios 7 y 8 de “Betty, la fea: la historia continúa”. El primer punto destacable es la parte cómica, muchas gracias por eso. El segundo punto es que, aún más que Armando Mendoza, el problema es Ecomoda, un personaje más en la serie. A continuación, ofrecemos un repaso sin spoilers sobre lo nuevo de la semana.
Episodio 7: El quinceañero de Mila
- Entretenimiento de verdad
El episodio 7, la fiesta de 15 años de Mila, es el reencuentro de Betty con su pasado cuando era adolescente. Material de archivo nunca antes visto del cumpleaños de Beatriz Pinzón se presta para la broma, y luego la celebración reúne a los personajes más queridos en sus facetas más graciosas. Saca un par de carcajadas. En general, no hay demasiados escenarios en este capítulo. Sin embargo, así como se siente la parranda y el disparate de Patty, Freddy, Sandra y Don Hermes, también se deja notar la intimidad del hogar de la familia Mendoza-Pinzón. Incluso Camila, el personaje más superficial de “La historia continúa”, parece más honesta sin ese robot parlante a su costado.
- La explicación del matrimonio fallido
Los capítulos de ‘flashbacks’ (regreso al pasado) siempre ayudan a esclarecer dudas. “The Bear” dedicó dos episodios para explicar la matriz de la ansiedad del chef Carmy Berzatto y otros personajes de esa serie. Por su parte, los guionistas de “Betty, la fea” lo hacen con el quinceañero de Mila, cuya sustancia emotiva es saber qué sucedía realmente en el matrimonio de sus padres y ahondar en sus incomodidades y traumas. Hoy es más claro que la pareja, polos opuestos atraídos tras los errores, nunca debieron ser marido y mujer. Es un alivio para el espectador ver feliz a la familia por un momento, porque refuerza el pesar por su separación.
Episodio 8: Ecomoda es el Titanic
- El mayor problema
La sustancia principal de “Yo soy Betty, la fea” era la motivación por saber qué sucedería entre Betty y Armando, porque nunca podían estar juntos. La mayor parte del tiempo el conflicto romántico-tóxico ocurría en un mismo espacio, Ecomoda. En los nuevos capítulos de la semana de Prime Video, los empleados de la empresa están molestos y siguen unidos en un sindicato, mientras la presidenta intenta pasar tiempo con su hija para recuperar su confianza. Intenta estar con Mila, sin que la empresa se hunda, como si fuera el Titanic, pero en deudas y huelgas.
Que Ecomoda sea un personaje más en la serie, uno conflictuado, es una idea demasiado elaborada. En términos de comedia, a los espectadores se les debe pedir un mínimo de dos dedos de atención, sin generar tanto ruido en la trama, porque además está la tarea de empatizar con demasiados personajes.
- El problema financiero
Ecomoda no es un problema sencillo de entender; allí va menos 1 punto en demérito de la serie. La empresa está al borde del colapso financiero, porque la pandemia paralizó las acciones del presidente, en ese entonces, Armando Mendoza. Su padre confió en su buen juicio y erró, ya que el niño grande tomó malas decisiones. Además, hay un testaferro que compró las bodegas de la empresa. Detrás de todo, está Ignacio, mano derecha de Marcela y un intento de villano en la trama. Sumado a esto, Mila siente atracción sexual por Ignacio, lo cual agrega un lío amoroso a la historia.
En los nuevos capítulos de “Betty, la fea”, Ecomoda necesita una solución y esta vendrá de Mila, fiel al carácter e inteligencia de su madre. A pesar de la buena disposición, sus ideas no completan el rompecabezas para superar el mal momento administrativo. Aunque todos odien a Camila, genera alivio que sea de ayuda. La situación es muy compleja en la empresa familiar, y además está acabando con el último rezago de amor entre Betty y Armando, ya que este sigue siendo el culpable del error financiero y de sucumbir a asesores corruptos (Mario) o demasiado sensuales (una abogada salida de “Pasión de Gavilanes”).
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“Betty, la fea”, Temporada 1, Episodios 7 y 8: Veredicto
“Betty, la fea: la historia continúa” es el bocadillo delicioso de la semana para los fans de “Yo soy Betty, la fea”. Los episodios 7 y 8 siguen la fórmula de los anteriores, poniendo demasiados personajes, una actuación irreconocible de Ana María Orozco y Jorge Enrique Abello, y complejas situaciones por desengranar, pero algo tienen que sacuden el cuerpo. Es decir, las situaciones son tan dramáticas como graciosas, y los chistes mejoran. Tal vez, es porque la preocupación por Ecomoda hace el problema más grande. Estos capítulos llegaron algo tarde, casi al final de la temporada. Por cierto, todavía no aparece Aura María. ¿Cuándo será? ¿En 2026?
¿Qué más le gustaría a la audiencia? Pues surge la necesidad de mejores ganchos finales en los capítulos, esos últimos minutos que remueven fibras en los espectadores y dan ganas de esperar el siguiente viernes. Otra cuestión puede ser quitar la política de los innombrables; a Sofía no la mencionan ni de broma, y es claro que el cuartel está incompleto. Algo más, el maniquí parlante podría ser despedido y decirle ‘adiós’ a esa edición de palabras acortadas típica de la forma de hablar de Mila, entre otros detalles por mejorar.
De cualquier forma, la nostalgia en “Betty, la fea” es necesaria, así que probablemente los seguidores terminarán de ver la serie, aunque su vida dependa de ello. Solo queda una semana para que acabe la primera temporada, y ese potencial moderno, entretenido y nostálgico sigue presente. Tampoco hay que aplastar el esfuerzo como si fuera una cucaracha. ¿O sí?
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