El príncipe Harry, que acudió este sábado sin su esposa Meghan a la coronación de su padre, Carlos III, permaneció en un segundo plano durante la ceremonia solemne en la Abadía de Westminster, y quedó excluido del posterior saludo familiar desde el balcón del palacio de Buckingham.
Harry, ataviado con un traje oscuro y varias medallas en la solapa, conversó con su prima Beatriz y su esposo, Edoardo Mapelli Mozzi, al llegar a un evento en el que no desempeñó ningún papel formal.
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El protocolo ubicó al príncipe, de 38 años, en la tercera fila durante la ceremonia, dos por detrás de su hermano, el príncipe Guillermo, heredero al trono, y también más atrás de la segunda fila que ocupó durante el funeral de Isabel II, en septiembre.
Harry avanzó solo por la nave central de la Abadía hasta su asiento, con aire relajado, sonriendo y saludando a varias personas durante el recorrido. Muchas miradas estaban puestas este sábado en el reencuentro público de Harry con el resto de la familia real, tras la publicación en enero de “En la sombra” (“Spare”, en inglés), un polémico libro de memorias donde airea su mala relación con algunos de sus allegados.
La prensa británica ha revelado que Harry llegó el viernes por la noche a Londres desde Estados Unidos en un vuelo comercial y preveía regresar poco después de la coronación para celebrar el cumpleaños de su hijo Archie.
Al concluir la ceremonia, mientras el resto de la familia se dirigía al palacio de Buckingham, el príncipe se introdujo en un automóvil que poco después fue cazado por los fotógrafos saliendo de Londres hacia el oeste, en dirección al aeropuerto de Heathrow, según publicó el tabloide “Daily Mail”.
Un experto en lectura de labios que estudió imágenes de la coronación aseguró a la revista “Hello” que Harry confirmó durante una conversación con la princesa Beatriz que saldría “directo hacia el aeropuerto” tras el evento.
El príncipe, hijo menor de Carlos y la fallecida princesa Diana, abandonó su papel como miembro activo de la familia real británica en enero de 2020, antes de mudarse definitivamente a Estados Unidos con su esposa.También estuvo excluido de la procesión y el saludo desde el palacio de Buckingham el príncipe Andrés, que fue apartado en enero a raíz del escándalo que provocó su batalla legal con Virginia Giuffre, la mujer que le acusó de abusar de ella cuando era menor.
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A pesar de estar distanciado de la familia real británica y haberse apartado de la Casa Real, el duque de Sussex llegó al templo anglicano junto con sus primas, la princesas Beatriz y Eugenia. Aunque ha estado en el Ejército británico, Enrique iba vestido de civil y portando únicamente unas condecoraciones en la solapa.
El duque, que ha criticado duramente a su familia en su libro “En la sombra” (“Spare”, en inglés), viajó desde Los Ángeles (EEUU), donde reside con su familia, pero sin su esposa, Meghan, ni sus dos hijos, los príncipes Archie y Lilibet.
A la abadía llegaron el duque de York, Andrés, hermano del rey Carlos III, que también está apartado de las funciones oficiales de la familia real británica; y los príncipes Ana y Eduardo, hermanos también del monarca.
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La ceremonia de la coronación del rey Carlos III empezó este sábado 6 de mayo a las 11.00 hora local (09.00 GMT) en la Abadía de Westminster, en presencia de la familia real y de miles de invitados, entre ellos los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, es el encargado de presidir esta coronación, la primera desde junio de 1953, cuando la reina Isabel II fue coronada también en este templo anglicano.
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