Hacer cine es complicado en cualquier parte del mundo, hacer cine en el Perú es aún más complicado, sea el comercial o el de autor; donde cada proyecto necesita esfuerzo, dinero y dedicación. Usualmente, el debate sobre esta industria en el país se circunscribe a la interrogante de si en el Perú se debe hacer más cine comercial o de autor, con el errónea idea que solo existen dos tipos de formatos que se pueden llevar acabo. Nada más alejado de la realidad.
Cine diverso en un país diverso
El crítico de cine y académico Ricardo Bedoya explica a El Comercio que no hay generalizar sobre la industria del cine peruano. “Hay muchas particularidades. No se puede hablar de un solo cine peruano. Hay diferentes tipos de películas peruanas, no todas pretenden lo mismo, no todas tienen la misma producción, no todas llegan al mismo público. Hay por lo menos cinco o seis tipos”, indica.
Según explica Bedoya, existen películas que buscan llegar a un público masivo: “Estas tienen su propio tipo de financiamiento. Estas no van al Estado para buscar financiamientos con concursos. Ellas trabajan con marcas auspiciadoras”. También existen las películas de autor, en las que hay una impresión personal. “Son las que buscan, las que deben construirse y financiarse acudiendo a los concursos de organiza el Ministerio de Cultura, y a otras organizaciones (fondos internacionales) porque lo que te da el Estado no te alcanza”. añade.
El especialista explica que también sobreviven las películas regionales, y que suelen buscan ayuda en organizaciones sin fines de lucro o es el productor quién brinda el dinero. “Además, existen las películas autofinanciadas en las que los directores hacen todo con su dinero, con equipos mínimos, con sus propios programas de edición”, complementa.
Luego del éxito de Corea del Sur en el Oscar 2020, algunos se preguntaron por qué no se hacen películas como “Parásitos” en el Perú. Lo mismo ocurrió, si recordamos, cuando “Roma” de Alfonso Cuarón ganó el Oscar. Bedoya sentencia que si no se da es porque “Parasite” está hecha en una industria poderosa, en la que el Estado coreano invierte millones de dólares hace más de veinte años.
Además, añade que “a diferencia de otros países, el público surcoreano paga por su cine mucho más que por los de superhéroes”. “Hay un proceso de formación de públicos que debe empezar desde la escuela. Vivimos en un mundo audiovisual, y en la escuela no se habla de la imagen ni del sonido. Se debe hacer que el público tenga una cultura audiovisual y sea crítico con lo que ve”, agrega.
La difícil tarea
En su concepción, este artículo buscaba ser un paso a paso o guía para realizar una película peruana. No obstante, como si se tratara de un guion de cine, fue mutando después de conversar con los directores y directoras peruanos; aquellos que saben realmente cómo es hacer cine en nuestro país, un proceso que va más allá de sentarse y ser iluminados para hacer un guion.
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El creador de la cinta debe ser creativo, saber expresar sus ideas, conocer del mundo de los concursos, saber negociar (con los auspiciadores hasta con los distribuidores) y no rendirse.
No existe ni una fórmula mágica, porque hasta los mejores cineastas han tenido fracasos, ni un paso a paso; pero si te interesa hacer cine o simplemente entenderlo mejor, estas son las consideraciones que debes tener:
1. Encontrar el tema
La directora peruana Melina León, cuya opera prima “Canción sin nombre” fue nominada a los Premios Platino 2021 y a los Premios Goya 2022, explica el primer paso antes de pensar en el guión o la idea la película es saber de qué quieres hablar, cuál es el tema que quieres tocar.
“Lo primero es sentir una necesidad de contar algo, es ese fuego que tenemos los creadores, ya sea para contar algo o para denunciar, para recordar algo. Hay un fuego: la creación. Hay unos temas más políticos o más soñadores, es desde donde podemos hablar”, explica.
La directora Ani Alva Helfer de “No me digas Solterona 1 y 2″ afirma qué es esencial saber qué quieres contar, más allá del género o de la forma. “Si no tienes un buen tema no vas a poder avanzar. Lo primero es saber cuál es tu discurso, qué quieres contar”, añade.
En este etapa es fundamental la investigación y tener las cosas claras. Saber bien de qué va el proyecto y cómo lo vas a contar posteriormente, sobre todo si necesitas inversionistas (extranjeros o locales), porque debes convencerlos que apuesten por tu futura cinta.
2. Mucho más que sentarse a escribir
Una vez que tienes la idea, la investigación, ahora sí te puedes sentar a escribir. Existen fondos que da el Ministerio de Cultura y que te ayudarán en este proceso. “No es mucho dinero, pero todo suma, con eso tú puedes hacer varias cosas. No trabajar tanto (en algo que no sea tu película), y dedicarte a escribir. Puedes pagarte un sueldo, puedes hacer más investigación, puedes contratar a alguien que haga investigación contigo, o hacerlo tú mismo, puedes comenzar a escribir, contratar a un asesor que lo lea, que te haga notas”, comenta Melina León.
En esta etapa también puedes postular a los laboratorios. “Son buenísimos, porque ahí encontrarás guionistas experimentados que asesoran proyectos, aceptan 10 proyectos en cada laboratorio y lo trabajan, te dan ideas, va tomando forma el guion”, comenta. León recomienda no desesperarse ni frustrarse ya que es un proceso largo. Además, es importante recordar que “todo lo que se escriba ahí será plasmado en las pantallas”.
“Todo lo que pongas en página se traduce en una cantidad de trabajo enorme para el productor, y por su puesto en dinero. Sobre todo en países en donde el presupuesto es tan chiquito tienes que tener un cuidado tremendo en los guiones”, complementa.
Por su parte el director peruano Álvaro Valverde, quien estrenó en 2020 la cinta “La cosa”, explica que la idea original, a veces termina siendo algo muy diferente. “Se va puliendo, se van cambiando las cosas con conforme avance el proyecto. Por ejemplo, en ‘La cosa’, hubo la posibilidad que se hiciera en Argentina, entonces tuve que cambiar el guion, luego pensamos en hacerlo en una playa, y volví a cambiarlo. La producción en la playa era muy caro, así que lo reduje, me concentré más en la idea principal, y se volvió más cartoon”, añade.
“Va cambiando por varios factores, una de ellos es el presupuesto que vas a tener en el camino o el propio proceso interno de ir madurando la idea, y que te das cuenta que por ahí no querías ir. Como demora mucho tiempo hacer una película, no piensas igual que hace dos años. Es un proceso de maduración y adaptación del guion al lugar y a las condiciones que se te presentan”, complementa.
3. Obtener financiamiento
Lo segundo que viene es hablar, pedir y buscar. Aún la preproducción está en sueños. Una vez que tengas el guion maduro, debes buscar un coproductor. “Un socio extranjero, que pueda acceder al dinero de su país, y ahí viene la preproducción”, cuenta Melina León.
En este proceso debes ser muy persuasivo porque debes convencer que apuesten por ti. “Debes saber cómo debes dirigirte a las personas que quieres que inviertan en tu película, cómo te estás relacionando con ellos”, complementa Bedoya.
“Esto puede ser desde una película muy comercial, y ahí tú vas a tocarle las puertas a las marcas, o una película de autor con la que vas a tener que negociar con fondos internacionales”, añade.
Eduardo Mendoza de Echave, director de “El evangelio de la carne” y “La hora final”, explica que ahora existen más concursos del Ministerio de Cultura, pero a la vez hay más competencia para lograr el financiamiento. “Si has ganado un financiamiento dentro del Perú, vas al exterior a buscar otros concurso para juntando esos premios, poder sacar adelante una película”, indica.
4. Exhibición, la frontera final
Ricardo Beyoda explica que el paso final: la exhibición, es un gran problema. Las películas comerciales sí llegan a las salas, porque a los dueños de las salas les interesa. La razón es porque son versiones de otros éxitos anteriores, lo cual no ocurre con las independientes. “Los cines aceptan la exhibición cuando hay un espacio porque se atrasó un estreno o la ponen en un horario como las dos de la tarde, o la exhiben tres días”, añade.
“Tenemos un problema en el Perú, que no tenemos un circuito de salas alternativas. En otros países (Chile, Argentina, Colombia) sí existen salas para películas alternativas, no solo de su propio país”, reflexiona.
La exhibición no es solo un problema para las películas independientes. La directora Ani Alva cuenta que cuando salió “No me digas soltera” (que estrenará el 14 de abril “No me digas solterona 2″), la distribuidora le dijo que solo la verían 70 mil personas en el Perú.
“Con ese número a las justas podíamos cubrir los gastos, pues en el Perú no existía ninguna comedia escrita, dirigida y protagonizada por una mujer que hubiese tenido éxito, entonces no había ninguna con qué compararla. Si ‘El diario de Bridget Jones’ hizo 150 mil personas, y tú no vienes de una película exitosa y tu protagonista no es famosa, me dijo la distribuidora. Ellos son quienes al final exponen la película. Me dijeron máximo harás 70 mil espectadores, pero hicimos 900 mil”, recuerda.
Ani Alva explica que el tráiler es un punto muy importante para lograr la exhibición de la película, porque con eso puedes convencer. “Creo en el talento, pero más en las ganas. Es difícil hacer cine, y más para las mujeres, que somos minorías, (...) y también es complicado que te den la oportunidad, sobre todo a los cineastas jóvenes, pero puede lograrlo si nos unimos y les echamos ganas”, agrega.
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En este proceso de la exhibición también entran a tallar las campañas de publicidad, que suelen ser caras. Alva explica que se debe pensar en generar contenido también para otras plataformas que ayuden a difusión de la película.
Puede ser que la película después de dos años de negociar por fin llega a las salas pero nadie se entera que está ahí, y duran muy poco en las salas de cine, sobre todo con las independientes. En este punto a Eduardo Mendoza de Echave con “La hora final” le ocurrió algo similar que a Alva.
Mendoza: “Después que salió ‘La hora final’, me dijeron que solo me darían 20 salas para proyectarla, y tuve que discutir para llegar un acuerdo con ellos. Si bien la película no es comercial, yo creía que era un thriller que podía enganchar con el público. Al final la película llevó 250 mil personas, más de cuatro veces de lo que calculó la distribuidora. Si yo me hubiera quedado tranquilo y pensado que ese es el número que la distribuidora calculó, no hubiera tenido tanta acogida, pero yo peleé y otro fue el resultado. Se proyectó en casi 80 salas, que para el tipo de película es una cantidad importante″, revela.
Finalmente, Mendoza de Echave indica que se debe difundir más sobre las películas peruanas en los medios de comunicación. Contar por ejemplo, los éxitos que tienen las cintas fuera del país para que así los peruanos giren su atención en estas cintas hechas y producidas en el Perú. “Si ‘Parasite’ no se hubiera ganado todos los Oscar que ganó, las salas de Lima no la estuvieran proyectando con el éxito con el que se proyectaron”, afirma. Y no le falta razón.
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