"40 años sin Elvis Presley", por Pedro Suárez-Vértiz.
"40 años sin Elvis Presley", por Pedro Suárez-Vértiz.
Pedro Suárez Vértiz

Lo recuerdo como si fuera ayer. Tenía siete años y escuchaba por todas partes que Elvis había muerto. “¿Elvis?”, decía yo. “Qué nombre tan raro, ¿quien es?”. Miraba las fotos de él en periódicos y revistas y quedaba más confundido aún. En unas veía a un muchacho delgado; en otras, a un gordo vestido de blanco; y en otras, a un varonil treintón con patillas enormes en traje de cuero negro. En pleno boom de la música disco, era imposible escuchar música suya en los medios. Me sentí frustrado. Quería escuchar sus canciones pero en Lima el rey del rock estaba muy pasado de moda. Solo ponían It’s Now or Never, una aseñorada adaptación al inglés de O Sole Mio. Recién a los 12 años conseguí un disco de rock n roll suyo y descubrí su grandeza y aporte durante la década del 50. Lo que hizo en los 60 y 70 no alcanzó sus avasalladores inicios. Por ello quizás sus cambios físicos que yo no entendía de niño.

Como dijo John Lennon cuando le preguntaron por la muerte de Elvis: “Él murió cuando se fue a hacer el servicio militar”. Si bien fueron palabras muy duras, metafóricamente el ex beatle tuvo razón. El rey del Rock fue desplazado en los medios por la revolución musical de los 60 y más precisamente por la llamada invasión británica justo a su regreso del servicio militar. En los años siguientes Elvis hizo malas películas en Hollywood y grandes conciertos basados en lo buen performer que era, más que en el hecho de tener éxitos discográficos. Curiosamente solo cantó en EE.UU. Nunca en el extranjero.

Elvis Presley falleció en el suelo del baño de su mansión por una supuesta sobredosis de droga el 16 de agosto de 1977. En realidad, fue un infarto por estreñimiento crónico.

Esta semana se cumplen 40 años desde aquel trágico y lamentable día. Porque Elvis logró un protagonismo fundamental en la historia de la música. El Rey del Rock and Roll, el precursor de los Beatles, un ícono de la industria musical, esta semana es recordado más que nunca en el mundo pero más en Memphis, Tennessee. Allí se encuentra la mansión, donde murió a los 42 años, llamada Graceland, donde se le homenajea durante los siete días de esta semana con diferentes actividades como conciertos, subastas, debates, etc. Los fans van caracterizados como Elvis. Usan tupé para identificarse con el peinado del artista, la misma ropa que usaba en sus shows y hasta hay concurso de imitadores.

Los demás días se trata de rendirle un tributo más cercano a Elvis. Los fans llevan objetos de valor personal y los colocan al frente de Graceland, bailando y cantando su música. El eje de la semana es obviamente el 16 de agosto, día en que Elvis murió. Esa noche los fans se juntan al frente de Graceland, prenden velas y se quedan en nostálgica vigilia. En esta velada también participa la hija de Elvis, Lisa Marie.

El éxito de Presley no se resume solo a la música. En los años 50, los adolescentes eran totalmente diferentes de lo que son hoy en día. El padre era la ley y los hijos se encontraban en una posición mucho más subordinada que la actual. Elvis fue el espíritu portador de esa rebelión que se sentía, pero que solo se practicaba imaginariamente.

Sus movimientos corporales y su gran voz, de la mano de nuevos ritmos, marcaron un antes y un después.

Sin duda, Elvis fomentaba esta novedosa perspectiva de la vida de una manera natural. Se podía sentir un alto grado de desenfado y libertad cuando se le veía cantar. Pero a finales de los 60 e inicios de los 70 ya se observaban aspectos negativos en él. Exceso de peso por descuidos alimenticios y muchas veces subía al escenario sedado. Las críticas no eran del todo malas: muchos aclamaban que, aunque se veía mal, igual se disfrutaban sus conciertos. Es más, su gordura le dio un peso inusitado a su gran voz. Hoy Elvis tendría 82 años pero sigue siendo el Rey del Rock and Roll. 

Esta columna fue publicada el 19 de agosto del 2017 en la revista Somos.

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