Han transcurrido diez meses desde la última vez que entrevisté a Christian Thorsen y casi dos años desde que fue diagnosticado de cáncer de próstata metastásico. La enfermedad se había diseminado al pulmón, columna vertebral, huesos y mandíbula. Tenía un pronóstico desalentador. Lo primero que le pregunto al verlo, es cómo está, cómo se siente. “Más vivo que nunca”, me responde. Las estadísticas están para romperlas, incluso en los momentos más funestos. El actor de 58 años, en lugar de asomarse al abismo de una patología fatal, se entregó a las cosas más simples de la vida. Sus encuentros de golf, sus tertulias con amigos y hasta el trinar de un ave cobraron especial relevancia en sus días. Y después de un largo paréntesis, este año se reencontrará con la actuación. Tiene un proyecto para cine y otro para teatro. “Estoy en un momento diferente, especial, único, maravilloso, con una proyección de vida lindísimo que no tiene nada que ver con cantidad de años sino con cosas por hacer maravillosas, realmente grandes”, asiente.
MIRA TAMBIÉN: Tatiana Calmell del Solar y su debut en el cine: “Es un honor compartir escena con artistas de primer nivel”
En octubre del 2022, Thorsen recurrió a la medicina antroposófica, un sistema médico integrativo que busca equilibrar y fortalecer el sistema inmune con procedimientos convencionales y complementarios. De la mano del doctor Yván Villegas se sometió a la terapia inmunológica del muérdago, la cual actúa como un inmunomodulador, incrementando las células blancas (el tratamiento debe consultarse con médicos, dependiendo de cada caso). Este año, ante una reducción significativa de las múltiples metástasis ósea y pulmonar que tenía, el actor pasó de la terapia intensiva a la de mantenimiento. Recibe el muérdago tres veces a la semana vía subcutánea, ya no intravenosa.
“Esto va acompañado del tratamiento hormonal de la medicina tradicional, además de dietas que tienen como prioridad los alimentos alcalinos y la restricción de azúcar, harinas, lácteos y alcohol. Christian recobró las fuerzas y se le fue el dolor, pero hay que resaltar que sigue en estadío clínico 4 y siempre estará allí, aunque teóricamente está en nivel cero. El otro día me preguntó si ya estaba curado. Le dije que ‘no’, porque el cáncer es crónico y todo lo crónico nunca se cura, solo se controla”, detalla el médico cirujano con postgrado en Medicina Antroposófica.
“A mí me desahuciaron. Me dieron entre 12 y 36 meses de vida. Y aquí estoy año y medio después, sintiéndome muy bien sin haberme hecho quimioterapias. La última vez, mi radiólogo me preguntó qué estaba haciendo porque mis lesiones en mis pulmones y huesos habían desaparecido. Me dijo que había como cicatrices, pero nada más”, destaca Christian con una enorme sonrisa.
Vida nueva
Desde que fue diagnosticado de cáncer, el actor que dio vida a Raúl del Prado en “Al fondo hay sitio” vive intensamente cada minuto. Dejó de preocuparse por el futuro para pensar solo en el presente y en compartir su experiencia con otras personas que padecen la enfermedad.
“Si no cambias lo esencial, lo que genera la enfermedad, difícilmente algo cambie realmente. No me arrepiento de nada de lo que hice, pero creo que llegó el momento de reflexionar bajar un par de cambios y ver la vida de otra manera. Ahora valoro otras cosas. En lugar de lamentarme, agradezco. Cuando me dijeron que tenía cáncer, agradecí porque sentí que era un regalo para cambiar, no solamente mi vida, también la vida de otros”, señala tras destacar que junto al doctor Villegas busca que la medicina antroposófica llegue a las universidades peruanas, y el tratamiento del muérdago, a los hospitales, a través del Minsa.
De vuelta al ruedo
Después de seis años, alejado de los escenarios actorales, Christian se prepara para volver a actuar por partida doble: en la pantalla grande y el teatro. En marzo grabará ‘Sube a mi nube’, película sobre la historia de Nubeluz” que estará a cargo de Soga Producciones. Y en agosto participará en la segunda etapa de la nueva apuesta de Preludio, “El Principito”, interpretando al piloto.
“Acepté porque me pareció una linda idea volver con tremendas producciones. Actuar me divierte. A la televisión no vuelvo porque no creo que me quieran y tampoco me muero por estar allí. Estuve en ‘Mil oficios’, ‘Así es la vida’ y ‘Al fondo hay sitio’, las producciones más exitosas de la televisión peruana. También hice programas en vivo y conduje mi propio programa. Conocí mucha gente. Pasé de un lado a otro sin quererlo. Viví momentos extraordinarios, la pasé bien”, detalla tras rememorar sus inicios en la actuación, en “Los de arriba y los de abajo”, una de las primeras telenovelas peruanas de temática social, a cargo de Michel Gómez y Eduardo Adrianzén.
“Fue la primera novela en la que participé, y era tan malo que hicieron que mi personaje se quedara mudo durante tres semanas. Justificaron su estado con un golpe en la cabeza. Durante ese tiempo, Aristóteles Picho me dio clases intensivas de actuación. No podían sacarme porque habían anunciado mi ingreso. Competían con ‘Gorrión’. Era una competencia feroz. Luego me llamaron para hacer ‘Nino’. Me dieron el rol principal. No lo podía creer. Después me enteré que habían llamado a Christian Meier y a Diego Bertie, pero como ellos no aceptaron y la telenovela ya tenía que empezar, me llamaron a mí (ríe)”. recuerda.
Christian prefiere no detenerse en los recuerdos, aunque reconoce que ha tenido una vida llena de grandes oportunidades y satisfacciones, como la que está teniendo actualmente. Para él el cáncer es una oportunidad para agradecer, reconstruirse, darle otro matiz a su vida y por qué no, también encontrar el verdadero amor.
“Es una bocanada de vida maravillosa. Qué bonito es tener esta opción. Es un espacio más de vida y una finalidad. La mía es motivar a quienes padecen esta enfermedad. Ahora miro las cosas sencillas de forma distinta. Por ejemplo, el cantar de los pájaros. Tuve momentos difíciles, duros, de cuestionamientos, pero creo que nunca me quebré. Hubiese sido lindo tener a alguien a mi lado en ese momento. Pero mi manera de ver la vida hizo que no estuviera con nadie. Quizás son las cosas que tenga que cambiar. No me arrepiento de cómo viví, pero me gustaría tener una pareja formal. En lo que me queda de vida enrumbarla de esa manera. Que nos acompañemos mutuamente de una manera bonita. Eso me entusiasma. Y eso no lo veía antes”, subraya.
Vida laboral
Los inicios televisivos de Christian Thorsen se remontan a 1993, cuando recibe la propuesta del productor Cristian Andrade para ser modelo de “Gisela en América”. Alto, rubio, de ojos claros, el entonces profesor de educación física conectó rápidamente con el televidente, sobre todo el femenino.
Un año después dio el salto a la conducción, en “Sin vergüenza” junto a Maritza Picasso, una dupla explosiva, pero pasajera, pues dos semanas después de estrenarse el programa, la actriz fue reemplazada por Tatiana Astengo.
La actuación llegó a la vida del artista nacional, en 1994, con “Los de arriba y los de abajo”. Luego protagonizó “Nino” y participó en “Todo se compra, todo se vende”, “La rica Vicky”, “Estrellita”, “1000 Oficios” , “Así es la vida” y “Al fondo hay sitio”. Esta última producción marcó el distanciamiento del actor de la ficción en la pantalla chica.
“No tuve muy buena salida de donde estaba. Y al salir de la serie, continué con dos obras increíbles: ‘Hamlet’ con el director Roberto Ángeles (2016) y ‘Mamma Mía!’ (2017) como Bill Austin en reemplazo de Diego Bertie, que en paz descanse. Recuerdo que me llamaron un domingo para decirme si podía entrar el miércoles. Fue una experiencia lindísima, de mucha adrenalina. Luego decidí no volver a actuar más en TV. Me dediqué a importar vinos sin molestar a nadie. Me fui a vivir a La Molina, donde casi no salía. Me aislé”, cuenta.
Dr.Alessandro Lanata
Karina Lanata (tratamiento con imanes)
Vilma Uceda (Entrenadora emocional)