Tenía 48 años, acababa de relatar el clásico Alianza vs. Cristal y jugaba una pichanga con sus amigos. Un paro cardíaco apagó su corazón, pero no su voz. Izquierda: Carlos Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi y Emilio Lafferranderie ‘El Veco’, íconos del periodismo deportivo peruano, fueron luz y guía para Peredo. Y él siguió el ejemplo. (Foto: Allen Quintana)
Tenía 48 años, acababa de relatar el clásico Alianza vs. Cristal y jugaba una pichanga con sus amigos. Un paro cardíaco apagó su corazón, pero no su voz. Izquierda: Carlos Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi y Emilio Lafferranderie ‘El Veco’, íconos del periodismo deportivo peruano, fueron luz y guía para Peredo. Y él siguió el ejemplo. (Foto: Allen Quintana)
Miguel Villegas

Tenía 48 años pero su influencia llegará hasta que cumpla 100. Ese es el generoso valor que deja (1969-2018) en su partida, más allá de un gol, una narración, o una frase popular. Su figura enlaza –nunca lo quiso admitir, por nobleza- los últimos 40 años de periodismo deportivo: heredó de Humberto Martínez Morosini el ritmo para colocar una metáfora, de Pocho Rospligiosi la facilidad para ser de palco y ser popular, es decir, para llenar estadios –la foto del jueves es, hasta el final, la prueba y de El Veco la sensibilidad para contar una historia lejos del parte policial. Encima, vio a Eduardo San Román y confirmó que tan importante como decir era enseñar. Y también lo hizo. 

Aunque su carrera fue 360 –radio, TV, prensa escrita– e incluso se movió al cine y los comerciales, Daniel Peredo escribía. Ese era el espacio que más le gustaba. Y desde ahí su presencia fue clave para entender dos pilares del periodismo deportivo que corre, precisamente, los años de Perú sin Mundiales: El Bocón y Once. 

En el diario de Jorge Esteves, y bajo la figura de editor, le dio un vuelo altísimo a la información menuda y la hizo trascendental, a tal punto que un rumor de vestuario alcanzaba vigencia a nivel país. El Bocón tenía dato, humor y acidez y fue tan importante su lectura entre estudiantes de periodismo como una separata de universidad. 

En Once, la revista de Umberto Jara, fue cronista de la ‘U’ y redactor principal. Su misión no terminaba con el punto final de su propia nota: aportaba datos, fechas, alineaciones para enriquecer textos de sus compañeros. Su cabeza era mejor que Google. 

Así fue. Quizá no se lo dijimos tantas veces como era debido.

La nota completa, este sábado en la edición impresa de la revista Somos

MÁS EN SOMOS...

Contenido Sugerido

Contenido GEC