Conocí Londres montada en los enormes buses rojos de dos pisos, esos tan espléndidos como clichés de las películas. Pero también correteando a través del subterráneo. O el ‘tube’, como le dicen los locales. Una guía “Lonely Planet” me daba la pauta para subir y bajar cerca de los lugares que tenía que visitar. Y ello, en una de las capitales más importantes del mundo, es una misión de varios días. Ahora que los peruanos podemos volar hacia la capital británica sin visa de turismo, se vuelve más que posible el sueño de subir al Tower Bridge, observar una obra musical en el West End o tomarse una foto en el Palacio de Buckingham. De veras que es una ciudad hermosa, enérgica y vibrante. Sin duda, una de las más excepcionales del planeta.

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