El gluten se ha puesto de moda y no necesariamente por las razones correctas. El los últimos tiempos se le ha satanizado como si fuese el causante de todos los males que afectan a nuestro sistema digestivo. Si bien es cierto que existen condiciones en las cuales se debe evitar su consumo, muchas personas han optado por ser gluten-free sin necesariamente saber o entender el porqué lo están eliminando. Para poder eliminar algo de la dieta hay que primero entender qué es y en qué situaciones es mejor decir “paso”. Aquí te cuento un poco más de qué va el tema.
Para empezar, el gluten no es bueno ni malo. Es un grupo de proteínas vegetales que se encuentran de manera natural en granos y cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Debido a su origen, muchos productos como panes, pasta, cereales, pizzas, galletas y bollerías suelen contener gluten. Sin embargo existen muchos alimentos y productos a los cuales se les agrega, como sopas de sobre o enlatadas; salsas como ketchup, mostaza, bbq y sillao; helados, cervezas, snacks saborizados y muchos aliños para ensaladas. La razón: el gluten sirve justamente para aglutinar, es decir, da cuerpo, volumen y estructura a los alimentos. Por eso, leer los ingredientes es importante para saber qué es lo que contienen.
Ahora ¿quién debería de evitarlo? Sin lugar a duda las personas que han sido diagnosticadas con celiaquía. La enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune en donde el sistema inmunológico responde contra estas proteínas. Cada vez que la persona consume gluten el cuerpo reacciona en un modo de “auto-ataque” causando un daño en la pared de las células del intestino delgado. Esto a largo plazo puede desencadenar en deficiencias nutricionales, anemia y hasta cáncer, razón por la cual es importante diagnosticarlo a tiempo. ¿Cómo? Un examen de sangre y/o una endoscopia para obtener una biopsia y así poder dar un diagnóstico acertado.
¿Qué hay de la intolerancia al gluten? Esta también es llamada sensibilidad al gluten no celíaca pero no es una enfermedad per se. Cuando una persona es intolerante o sensible al gluten presenta síntomas muy parecidos a una persona celíaca - distensión y/o dolor abdominal, diarrea, dolor de cabeza, fatiga, picazón en la piel, entre otros - pero en este caso no hay daño a nivel intestinal. El diagnóstico es más complicado y las causas son aún desconocidas. De todos modos, se recomienda a las personas que experimentan estos síntomas reducir o eliminar el gluten de sus dietas.
En cuanto al resto de personas que no experimentan ningún síntoma al consumir dicha proteína, pues no hay evidencia científica que afirme que eliminarlo solo ‘porque sí’ va a ser más saludable. De hecho, una dieta libre de gluten no solo es compleja y costosa, sino que puede llegar a ser bastante restrictiva, aumentando el riesgo de experimentar deficiencias nutricionales. En otras palabras, si no eres celíaca o celíaco, ni intolerante o sensible al gluten, no hay razón para quitarlo del menú. Tu cuerpo tiene la capacidad de digerirlo y procesarlo sin problema alguno.
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