El jardín de Susi Spittler un martes por la tarde se siente como algo muy cercano a lo que debe ser el paraíso. Camino a Cieneguilla, bien al este de Lima, no hay cláxones ni neblina. Tampoco correrías ni estrés. Está Horus, su fiel labrador de ocho años, el atardecer de primavera tan anhelado y cientos de orquídeas a las que ella cuida como si fueran las niñas de sus ojos. La pasión por educarse en estas, cultivarlas y preservarlas nació hace 30 años, pero se potenció hace nueve, desde que es presidenta de la Sociedad Peruana de Orquídeas. El gremio agrupa a 33 peruanos que buscan poner en valor la conservación de la planta, que en nuestro país cuenta con cerca de 3 mil especies, lo cual lo convierte en uno de los de mayor biodiversidad a nivel mundial. Sentada en su terraza, la profesora de escuela ya jubilada explica que la creciente tendencia por tener una de estas variedades en casa no solo se da aquí, sino en todo el orbe. “La primera que yo compré acá en los años 90 me costó cerca de US$ 80. Hoy son muchísimo más accesibles. Hay toda una industria dedicada a la comercialización, que es lo que ha permitido el despegue y el desarrollo de la afición”, detalla.
Precisamente por ello se entiende la expectativa grande en torno a la realización de la XIII Exposición Internacional de Orquídeas, actividad que la agrupación viene organizando en el Parque Reducto de Miraflores hasta el 20 de octubre. Allí no solo se desarrolla un concurso, sino que también se ha dispuesto una zona bastante grande de venta. Este evento se realiza cada dos años y es solo una de las diversas actividades que pone en marcha la sociedad fundada en 1985 por un grupo de admiradores de las especies peruanas. “Todos nos reunimos una vez al mes para intercambiar información, mostrar las plantas en flor que estamos cuidando, escuchar charlas y demás. Asimismo tenemos una revista virtual (www.peruorchids.org) y una cuenta en Facebook (Sociedad Peruana de Orquídeas) en donde publicamos artículos científicos y fotografías que permitan seguir difundiendo esta pasión con quienes quieran iniciarse”, detalla Susi.
Contrario a lo que pudiera parecer, cuidar una orquídea no es una empresa sencilla. Susi explica, para comenzar, que la manera de proceder dependerá de la especie que se tenga. De aquellas 3000 descubiertas en el Perú, unas 780 son endémicas, es decir, crecen restringidas a determinadas zonas geográficas del interior del país. La única propia de la capital, por decirlo alguna manera, es la llamada Orquídea de Lima (Chloraea undulata), hallada en 1820, perdida de vista y redescubierta esta década en las Lomas de Asia. Eso quiere decir que la mayoría de orquídeas que tenemos en la ciudad son de provincia que han podido adaptarse al clima de aquí o provienen de otros países. Entre las últimas se cuentan a la Phalaenopsis, de origen asiático: las más vendida en el Perú.
Cuidados básicos de la Phalaenopsis
Lo más probable es que la orquídea que ya habita en su departamento sea, pues, una Phalaenopsis. O, en todo caso, que sea la que adquiera si está comenzando en la afición. Son bellas, elegantes y su floración dura varios meses. Dada su popularidad por estos tiempos, listamos a continuación algunos consejos brindados por Spittler para que se conserven de la mejor manera posible:
1. Sobre la luz: En casa, la mejor ubicación es junto a una ventana. No debe caerles el sol directo, sino las hojas se quemarán.
2. Sustrato: En su hábitat natural, estas orquídeas extraen la humedad del aire, la lluvia o de la corteza mojada del propio árbol. Por lo tanto, no les gustan los sustratos demasiado húmedos y mucho menos el estancamiento de agua. Necesitan una base que fundamentalmente sirva de sustento a las raíces. Evite elementos que retengan la humedad o que no faciliten el drenaje.
También puede realizar su propio sustrato: Debe mezclar corteza de pino, musgo blanco y carbón vegetal. Otra opción es adquirir el sustrato en cualquier vivero. Adicionalmente, debe considerar que la maceta ideal para las Phalaenopsis es transparente, ya que las raíces también realizan la fotosíntesis. Además, con la maceta transparente se puede observar las raíces, que en buenas condiciones de hidratación lucen de color verde.
3.Fertilización: Debe ser continua. Una buena opción es el abono especial para orquídeas, bien diluido, que puede encontrarse en cualquier vivero. Eso sí, hay que tener mucho cuidado con la cantidad que se aplica, ya que este tiene muchos minerales y sales. Fertilizar cada tres riegos, con dosis muy baja, es una buena práctica.
4.Temperatura y Ventilación: Las orquídeas Phalaeonopsis son tropicales, así que no les gusta el frío. El clima de Lima es ideal para cultivarlas, ya que la temperatura oscila entre 14 ˚ C en invierno y 30 ˚C en verano. Deben estar bien ventiladas, por eso se sugiere dejar la ventana ligeramente abierta. O mejor todavía, colocar la planta al patio o en la terraza bajo sombra.
5.Riego: La frecuencia depende del tipo de sustrato, la temperatura y la humedad ambiental. Como regla general se puede decir que hay que regar dos veces por semana en verano y cada 10 días en invierno. Sin embargo, hay que observar la orquídea: si las raíces ya no están verdes, necesita riego. No se recomienda poner un plato debajo de la maceta, pues ahí el agua se estanca y por ello se tienden a pudrir las raíces. El agua tampoco debe quedarse estancada dentro de la maceta decorativa.
6.Observar: No basta en estar pendiente si la planta echó raíces o floreció, se debe estar en constante observación pues existen muchas enfermedades o plagas que pueden atacar a la planta. Debe voltearse de vez en cuando la hoja y observar las raíces.