(Foto: Crochet Hook and Wool / selective Focus)
(Foto: Crochet Hook and Wool / selective Focus)
Ana Núñez

Desde que tengo memoria y hasta inicios de este siglo, tejer ya -sea a palillo o a crochet-, era cosa de abuelitas. Recuerdo a Julia, mi abuela paterna, haciendo colchitas a crochet para todos sus nietos, en el Trujillo de inicios de los años 90. A mí me tocó una color melón que aún conservo junto a los recuerdos que tengo de ella. Cuando iba a visitarla, si no estaba preparando alguno de sus maravillosos platos norteños para la tropa, la encontraba sentada en uno de los sillones de la sala tejiendo. Admiraba su capacidad para besar a sus nietos o mirar la televisión sin que esa pequeña maquinaria compuesta únicamente por sus dos pequeñas y regordetas manos se detuviera. Era como si estuviera en un estado superior.

Contenido Sugerido

Contenido GEC