Finalmente, alguien se ocupa de esta deuda imperdonable de la sociedad con el comportamiento natural de las gallinas. (Foto: Istock)
Finalmente, alguien se ocupa de esta deuda imperdonable de la sociedad con el comportamiento natural de las gallinas. (Foto: Istock)
Jaime Bedoya

La nobleza animal es una de las manifestaciones superiores de la naturaleza. Velar por la felicidad y confort de la fauna doméstica constituye una señal inequívoca de civilización. Los animales son mejores que nosotros. Si hubiera alguna duda piénsese en de la república vacunado ene veces a escondidas, quejándose ahora que no puede salir a comprar regalos porque le falta una vacuna. O más fácil aún, piénsese en el Congreso.

A propósito de este poder del estado, sorprende el tino, criterio y sentido de oportunidad que tienen algunos congresistas para pensar en los animales justo en estos momentos.

MIRA TAMBIÉN: El reino mágico del pasaje Sarratea, por Jaime Bedoya

Por estos momentos nos referimos a una coyuntura atenazada desde un flanco por el incremento de contagios de Covid, y por el otro por una crisis política circular y sin resolución a la vista. En el medio, la ciudadanía peruana, sus congresistas y sus pollos.

En este tormentoso contexto dos honorables congresistas del partido morado han tenido a bien presentar un proyecto legislativo intitulado:

Más urgente imposible.

La lectura del susodicho proyecto de ley supone un episodio didáctico de sano esparcimiento y divulgación zootécnica. Es inevitable extrapolar las penurias de las gallinas a las carencias vitales propias que viven millones de ciudadanos. En ese sentido este texto en cuestión resulta una tomografía de la siquis congresal.

Entre las reivindicaciones avícolas que se reclaman figura el justo derecho a las 5 libertades animales. Estas son definidas en el artículo 5 del documento:

Las gallinas deben estar libres de hambre, desnutrición y sed. Las gallinas deben estar libres de miedo, angustia o estrés. Las gallinas deben estar libres de incomodidades físicas o térmicas. Las gallinas deben estar libres de dolor, heridas y enfermedades. Las gallinas deben temer la libertad para expresar su comportamiento natural.

Finalmente, alguien se ocupa de esta deuda imperdonable de la sociedad con el comportamiento natural de las gallinas.

COMPARTE: El Congreso y cómo arruinar una vacancia, por Jaime Bedoya

Aquí es donde el tema levanta vuelo: tal como las gallinas, los congresistas también tienen derecho a expresar sus comportamientos naturales. Y entre todos los que les conocemos hay uno que se repite con una regularidad ajena al aprendizaje y escarmiento: el viaje a costa del estado nacional. Es decir, pagamos nosotros.

La señora presidenta del congreso María del Carmen Alva acaba de hacer un inútil, innecesario y gratuito viaje a España. Tal como ley de los pollos, no existe argumentación razonable que lo haga urgente en estos momentos.

En la política peruana lo absurdo tiene propiedades magnéticas. Valiéndose de discutibles dichos de terceros, para el congreso el anecdotario de ese viaje sin sentido acaba acorralando a su responsable de una manera que ni videos, ni chats, ni licitaciones logran comprometer a un presidente en flagrancia. No pasa nada, hablemos de la felicidad de las gallinas.

A doña Susel Paredes, una de las autoras de la ley que garantiza el bienestar de las gallinas, el portal El Foco le acaba de ventilar un viaje de cuatro días a Roma en representación de la nación. En esos cuatro días la congresistas Paredes se gastó aproximadamente el equivalente a 15 sueldos mínimos. En términos avícolas, con esos viáticos se hubieran podido comprar 185 pollos a la brasa, con papas y ensalada. Mayor bienestar imposible.

Vivan las gallinas y los pollos, incluidos aquellos que terminan su existencia dando vueltas sobre brasas. Pero que luego los congresistas no se quejen de que no los quieran ni como compañeros de viaje pagado.

VIDEO RECOMENDADO

Pugna financiera en el magisterio: Fenatep quiere liquidar la Derrama
La Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenatep), gremio fundado en el 2017 por el actual presidente Pedro Castillo, busca crear su propia institución y liquidar la Derrama Magisterial, liderada por el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), que tiene un patrimonio de más de 2.825 millones de soles.

Contenido Sugerido

Contenido GEC