Remozado gabinete tras censura al dirigido por Zavala. Se instala nueva luna de miel. (Foto: Perú 21)
Remozado gabinete tras censura al dirigido por Zavala. Se instala nueva luna de miel. (Foto: Perú 21)
Juan Carlos Tafur

La designación del gabinete Aráoz revela con claridad que el presidente prefirió el camino de la conciliación antes que el de la confrontación. Luego del retiro de la confianza a Fernando Zavala y su equipo por parte del Congreso, muchas voces le sugirieron a PPK que provocase una nueva censura, que mantuviese a todos sus ministros, salvo el premier, y así propendiese a un escenario en el que tendría las manos libres para disolver el Legislativo y convocar a nuevas elecciones.

Ese camino fue descartado. Nunca fue evaluado seriamente por el presidente. No está en el carácter presidencial la confrontación permanente. El ruido político lo perturba y cree él que afecta seriamente la gobernabilidad.

No se entiende, sin embargo, por qué, si iba a elegir este camino de conciliación, llevó al gobierno a una crisis política al solicitar una cuestión de confianza que a su vez condujo a la posterior censura del gabinete Zavala. Y si lo que buscaba era controlar a la oposición para así poder gobernar con mayor holgura, no tiene mucha lógica que haya armado un gabinete suave, que bien pudo constituir sin necesidad de tanto sobresalto.

En algunos términos, el Gobierno ha ido más allá, inclusive, del mandato de los hechos políticos. La presencia de Idel Vexler y Fernando D’Alessio indica un frenazo a las reformas en ambos sectores. En el primero, el currículo, el rol de la Sunedu, el enfoque de género y la primacía de la educación pública serán criterios a revisar. Y en el segundo, la prioridad será dotar de una eficaz gestión administrativa al sector.

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