La doctora Rosa Vásquez Espinoza es una mujer metódica y multifacética. Como bióloga química e investigadora postdoctoral en la Universidad de Michigan, se especializa en investigar el potencial de los organismos microbianos para solucionar grandes problemas ambientales. Como artista, bailarina y campeona de danzas folklóricas, tiene una sensibilidad particular que la motiva a compartir su conocimiento científico con las generaciones más jóvenes.
Desde muy pequeña, Rosa creció rodeada de plantas medicinales y remedios caseros (su abuela Eugenia, nativa de Sihuas, Áncash, se dedicaba a estudiar y cultivar este tipo de plantas medicinales en su casa). En el 2011 se mudó a Estados Unidos, donde ingresó a la Tennessee Technological University.
MIRA TAMBIÉN: Las inspiradoras historias de tres madres e hijos que luchan juntos contra el cáncer
En el 2016 empezó sus estudios de Biología Química en la Universidad de Michigan y desde entonces se dedica a estudiar la vida microscópica e “invisible” que existe en nuestra Amazonía. En el 2019 comenzó su relación con la National Geographic Society, como Exploradora dedicada a estudiar y proteger la Amazonía.
Su trabajo la ha llevado a investigar la vida microbial en lugares como El Río Hirviente, donde colaboramos por primera vez para la National Geographic Society, durante la temporada de campo del Explorador peruano Andrés Ruzo. Su reciente proyecto se centra en las abejas amazónicas sin aguijón y sus mieles medicinales. El tema nos llevó a la selva de Iquitos para intentar responder la siguiente pregunta: ¿pueden las abejas amazónicas devolverle la vida la Amazonía?
En la búsqueda de respuestas, en diciembre del 2021, Rosa, el entomólogo peruano César Delgado Vásquez y yo visitamos dos comunidades de apicultores en Iquitos para estudiar esta especie, con el apoyo de la National Geographic Society. Esta especie asegura una economía sostenible a los habitantes de la selva, afectados durante la pandemia. Durante la cuarentena obligatoria, la meliponicultura artesanal se convirtió en la principal fuente de ingresos de muchas familias amazónicas, como las que visitamos en las comunidades de San Francisco y Chingana.
“La ciencia vive del arte, y el arte vive de la ciencia. Pensar que son dos ámbitos distintos es poner barreras a la creatividad”
Rosa Vásquez Bióloga
Rosa se interesó en visitar estas comunidades tras leer las investigaciones del doctor Delgado Vásquez, del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP). “Descubrió que la polinización asociada con las abejas amazónicas sin aguijón está contribuyendo directamente al aumento de la planta medicinal camu camu, con un aumento de hasta 44% en el rendimiento del cultivo. Este resultado destaca la necesidad de implementar y promover prácticas de meliponicultura en la Amazonía para facilitar la reforestación exitosa y fortalecer la productividad agrícola”, cuenta la experta.
Además, los científicos locales han notado que las abejas nativas se alimentan de camu camu, así como de otras plantas medicinales. Por las interacciones químicas y biológicas en juego, se planteó la hipótesis de que la miel de estas abejas adquiere las propiedades medicinales de las plantas. “Me interesa ver el juego microscópico que ocurre en estas interacciones y entender dónde se originan las moléculas que contribuyen a estas propiedades medicinales”.
COMPARTE: Azpitia: cómo redescubrir este valle al sur de Lima en familia
En la comunidad de San Francisco, Heriberto Vela, su esposa Roxana y sus hijos nos recibieron y nos mostraron sus panales para enseñarnos cómo desarrollan la meliponicultura tecnificada. César Delgado ha estado trabajando con Heriberto y otras familias locales ayudándolos a instalar y cuidar colmenas amazónicas sin aguijón. Debido a que las abejas no pican, las comunidades pueden instalar muchas colmenas detrás de sus casas.
“Tenemos mucho que aprender los unos de los otros y en estas épocas donde el mundo se siente distanciado necesitamos conectarnos más con nuestras raíces”, comenta la doctora, quien lleva adelante un proyecto para diseñar material educativo para alumnos de secundaria.
“La ciencia vive del arte, y el arte vive de la ciencia. Pensar que son dos ámbitos distintos que no pueden vivir en paralelo es poner barreras a la creatividad. Debemos facilitar la mezcla de la ciencia con el arte en la educación, promover ambientes donde todos se sientan bienvenidos y capaces de contribuir, ya sea estudiando un ambiente natural a través del lente de un artista, o ya sea crear nuevas pinturas inspiradas en resultados científicos”. En cuanto a los próximos pasos para Rosa, estos incluyen terminar el postdoctorado y empezar una carrera independiente en investigación científica, integrando arte y cultura. Planea regresar al Perú para una próxima expedición, entre agosto y diciembre del 2022. //
Durante siglos, las comunidades indígenas y no indígenas de la Amazonía peruana han estado recorriendo la selva en busca de panales naturales de abejas sin aguijón, también conocidas como meliponas. La miel y el polen de las meliponas se utilizan como remedios naturales para tratar una amplia gama de enfermedades, como la bronquitis, la infertilidad, la gripe y la tos. Se calcula que existen 175 especies diferentes de abejas sin aguijón en la Amazonía peruana. Diversos estudios arrojan que las mieles de estas abejas tienen propiedades antimicrobiana.