Hace cinco o diez años, a Virgilio Martínez (45) le habríamos preguntado por sus proyectos gastronómicos, las novedades de su carta en Central o cuántos restaurantes tendría pensado abrir. Esas preguntas hoy quedan fuera de contexto, y él es muy consciente de eso. Las sucesivas crisis en el Perú lo ubican ahora frente a otro tipo de desafíos: hay mucho más en qué pensar, y no es la cantidad de restaurantes por inaugurar.
Mientras se trasladaba al lugar donde lo citamos para esta dinámica, Bruno Ascenzo (38) sentía exactamente lo mismo. ¿Cómo habría sido esta entrevista, una década atrás, cuando —mal que bien— había ‘estabilidad’ y él dirigía a teatro lleno? ¿Qué preguntas contiene una entrevista hecha al final de un año en que el tejido social se terminó de romper?
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Una joven científica arequipeña acompaña en la entrevista al cocinero y al director de cine. Natali Hurtado (37) está en Lima porque acaba de recibir uno de los dos premios L’Oréal-Unesco-Concytec-ANC de la iniciativa mundial “Por las mujeres en la ciencia” y, debido a las paralizaciones y bloqueos, aún no había podido retornar a Arequipa. Nos sorprende a todos su capacidad de resiliencia, su actitud optimista, la seguridad con la que sabe que hay un mañana, y que ese mañana tiene que ser mejor.
Los tres, cada uno de sus oficios y su modo de ver el mundo, tienen más coincidencias de las que creemos. Bruno y Virgilio son narradores de historias, el primero en locaciones de grabación dentro y fuera del país, y el segundo, desde su famosa cocina. Natali y Virgilio, por su parte, investigan y experimentan con la biodiversidad peruana (ella es doctora en ciencias, ecología y evolución; él ha hecho de la tierra peruana un laboratorio de creación). Por otro lado, Bruno y Natalia representan dos campos históricamente postergados en nuestro país: las artes y las ciencias. Los tres son peruanos de a pie, preocupados por los mismos problemas de todos, pero son conscientes de que solo se podrá salir adelante con estrategias colectivas y visiones de bien común. Aquí está lo que ellos tienen que decir.
Una conversación con sobre un mejor Perú
“PODEMOS QUEDARNOS CONTENTOS CON LO QUE HACEMOS, PERO NO ES SUFICIENTE”
Virgilio Martínez: Las necesidades de este país son tan grandes, que debería haber más articulación de disciplinas, más suma de esfuerzos. En cada oficio es importante la capacidad de generar equipo y motivar a pequeños líderes. Por ejemplo, en mi cocina yo tengo líderes en lo que hacen, de tal manera que ellos empiezan a pensar en grande. Podemos quedarnos contentos con lo que hacemos, pero no es suficiente.
Natali Hurtado: Lo más bonito de hacer ciencia en el Perú es que es una ventana sin límites para hacer nuevos descubrimientos. Pero, a su vez, es bien complicado. Al igual que la cultura, es algo que se ha dejado de lado casi siempre, ¿cuántos artistas viven en la misma precariedad que los científicos? No hay financiamiento constante que permita que los científicos se desarrollen. Y cuando se ha invertido en formar capital humano, no tienen las condiciones básicas para trabajar y se van.
Bruno Ascenzo: Deberíamos valorar un poquito más la cultura. El teatro, el cine, las historias en general ayudan a crear empatía, a poner sobre un escenario maneras diferentes de ver el mundo. Eso ayuda a entretejer un discurso, un diálogo. Eso es muy importante, ahora que nuestro tejido social está tan venido a menos, tan dañado. Si le pusiéramos atención a todas las artes, a la cultura viva, otra sería la historia.
“LOS CIENTÍFICOS PERUANOS QUEDAMOS COMPETITIVAMENTE MUY ATRÁS”
N. H.: Me he cuestionado muchas veces la posibilidad de dejar el país. Aquí yo tengo que tener dos trabajos, el ‘normal’ y el que me encanta y me emociona, que es investigar. Si me dedicara exclusivamente a hacer ciencia, no podría tener una vida tranquila. Sin tiempo para publicar en revistas especializadas, los científicos peruanos quedamos competitivamente muy atrás en Latinoamérica.
B. A.: En el rubro de las ciencias y las artes, hay como un menosprecio. Recuerdo a Susana Baca levantando la voz por todos los compañeros artistas, que no solamente son las personas famosas o reconocidas, sino toda la industria detrás. Mucha gente se le fue encima por defender el rubro artístico, que estaba tan golpeado. Las artes y las ciencias también pueden ayudar a sentirnos orgullosos.
V. M.: El Perú es algo que me emociona, es mi lugar. Uno siente una responsabilidad, y no solo eso, sino también una emoción, una motivación de trabajo. Desde la cocina, fortalecer nuestra identidad es importante. Sin embargo, toda la grandeza del Perú se ve opacada por lo que pasa. Hay preocupación, hay ansiedad. Es en los momentos difíciles cuando hay que generar empatía, trabajar con los que más lo necesitan, para levantarnos todos. Hemos visto a mucha gente quedarse en el camino, es triste.
“POR LO MENOS TENEMOS QUE ESTAR DE ACUERDO EN QUE NO SIEMPRE VAMOS A ESTAR DE ACUERDO”
B. A.: Estamos acostumbrados a lanzar nuestros argumentos con mucha vehemencia; se puede ver en redes sociales cómo es tan difícil mantener una conversación. En estos momentos de colapso social que estamos viviendo, tenemos que hacer el esfuerzo de escucharnos a todos. Tenemos que aprender a ceder y a llegar a algunos puntos en común que nos permitan vivir en una sociedad un poco más amable, más constructiva.
V. M.: No tenemos la capacidad de debatir: cuando una conversación se pone caliente, la gente tienda a insultarse. Estamos viviendo una crisis mundial de comunicación.
N. H.: Como sociedad estamos muy acostumbrados a decir esto es bueno o malo, izquierda, derecha, blanco o negro, pero somos un país hiperdiverso. No reconocernos dentro de esa diversidad es un chip que yo sí cambiaría.
B. A.: Es imporante también darnos cuenta de lo que nos toca a nosotros desde el lugar en donde estamos, por ejemplo en una película. Hasta que nos volvamos a encontrar recibió muchas críticas en términos de representatividad, y eso es algo que no podemos dejar de escuchar los guionistas, los directores, los productores, las mismas plataformas. Pero es difícil si los comentarios vienen cargados de insultos, de agresiones, de violencia. Si pudiéramos comunicarnos mejor, podríamos construir mejor.
“SEGUIMOS EN UNA VORÁGINE DE DOLOR”
B. A.: En los próximos meses y años va a ser importante preocuparnos también por cómo estamos mentalmente, emocionalmente. Prácticamente llevamos tres años de luto, de duelo nacional, venimos de una pandemia donde hemos perdido a mucha gente. No lo logramos procesar. Mira los recientes enfrentamientos, donde han muertos tantos peruanos, con policías masacrados. Seguimos en una vorágine de dolor.
N. H.: Algo que también se ha dejado de lado es la nutrición de los más pequeños. Es el momento en que su cerebro está creciendo: si no está bien nutrido, por más que luego tengan la oportunidad, es imposible que pueda desarrollarse de forma normal. Eso que es tan obvio es algo a lo que el Estado debe ponerle interés.
V. M.: Es una paradoja que estemos orgullosos de la gastronomía y al mismo tiempo tengamos altísimos índices de anemia. Eso no se puede esconder. Tenemos una función: de alguna manera estamos en un lugar privilegiado desde donde podemos ver lo que sucede, las terribles realidades de las comunidades del Perú. Podemos hacer que nuestro trabajo sirva. Yo sí creo en la disciplina, en el trabajo, en el mérito y en el siempre pensar para qué soy bueno hoy.
“LOS PERUANOS SACAMOS FUERZAS DE DONDE SEA Y AL DÍA SIGUIENTE SEGUIMOS TRABAJANDO”
N. H.: Lo que a mí me representa como peruana y que veo en todos nosotros, y que además me da esperanza, es que, a pesar de lo que pase, de los desastres políticos, seguimos trabajando, sacamos fuerza de donde no hay, y al día siguiente seguimos.
B. A.: Estamos en un país que se ha ido construyendo de una manera equivocada. Si pudiéramos cumplir un sueño, sería que vivamos en un país con igualdad de oportunidades para todos, que una persona no tenga que venir de lejos a Lima porque solo aquí se concentra la salud, que la gente pueda tener educación de calidad en su lugar, en su idioma.
“TENEMOS QUE RESPETAR AL OTRO, NO PRETENDER CAMBIARLO”
V. M.: Si hubiese que escoger una palabra para el 2023, yo diría respeto, esto tiene que ver con el otro, yo quiero el bien del que está al costado, y para esto tengo que respetar cómo siente, cómo piensa. Sin pretender cambiarlo.
N.H.: Para mí sería amor. Me mueve el amor por lo que hago, por mi trabajo. Quiero hacerlo bien porque me apasiona, me genera esa satisfacción de que en algo estoy aportando. Solo el amor, que genera endorfinas y te hace ver la vida de forma más positiva, nos ayuda a sortear dificultades.
B. A.: Tengo varias palabras. Entendimiento, escucha, reconciliación. Eso necesitamos para el próximo año. Venimos de tiempos muy violentos; espero que el 2023 no lo sea. Debemos unirnos, tener empatía. Quizás esta última palabra engloba a las demás. //
Kimberly Garcia: “Los deportistas aún estamos olvidados”
Este 2022, la deportista huancaína escribió la página más importante de la historia del deporte peruano: en el mes de julio, se consagró bicampeona de marcha atlética, tras obtener el primer lugar en las pruebas de 25 y 35 kilómetros en el Mundial de Oregon. “Por fin pude conseguir lo que tanto buscaba desde pequeña”, le cuenta a Somos. A puertas de iniciar un nuevo año, Kimberly pide más apoyo no solo para ella, sino para todo aquel deportista que represente al país. Y que las autoridades volteen a mirar a las jóvenes promesas del deporte que hay en las regiones. “Lo que siento es que aún estamos olvidados. No recibimos el apoyo y las herramientas que necesitamos. Estamos estancados. Eso es algo que debe cambiar, no me voy cansar de repetirlo”, comenta. Para finalizar, la marchista nacional expresa sus deseos para el Perú. “Espero que haya una mayor estabilidad política y económica. Si seguimos como seguimos ahora, va a ser muy difícil que nos podamos desarrollar como país”, finaliza Kimberly, quien en el 2023 buscará clasificar a los Juegos Olímpicos de París. (Jorge Chávez)
Renata Flores: “A veces toca dar por dar, sin esperar recibir algo a cambio”
La cantante ayacuchana ha crecido desde que empezó su carrera con un video de YouTube, hasta figurar entre los 50 peruanos más creativos del 2022. Hoy tiene dos palabras potentes que busca que resuenen en el 2023: reciprocidad y khuyay, “que es como ‘amor’ en quechua”, dice a Somos. “Compartir, dar, recibir, a veces toca dar por dar, sin esperar recibir algo a cambio y creo que eso es lo que deberíamos practicar constantemente”.
Hablamos con ella sobre las cosas que estamos haciendo bien como peruanos y que no deberíamos cambiar para el 2023. “Creo que la unión no debería cambiar. Nos falta trabajar más en eso, pero nuestra diversidad es tan hermosa que deberíamos ver la unión como un punto a favor”, dice Flores.
“Lo que estamos haciendo mal y deberíamos eliminar completamente es la discriminación. El Perú es tan diverso, es pluricultural y esas diferencias hacen que sea tan especial”. (Christian Saurré)
Constantino Aucca: “No se trata de sembrar cien árboles y luego nos olvidamos”
Desde que era un estudiante de Biología en la Universidad San Antonio de Abad, en su natal Cusco, Constantino siempre sintió una gran preocupación por conservar el ecosistema que lo rodeaba. “Era principios del año 2000 y no estaba de moda ser activista ambiental”, cuenta. Ante la inoperancia de las autoridades locales, decidió poner manos a la obra y fundó la ONG Acción Andina, una iniciativa que busca la conservación y restauración de los bosques altoandinos. Por su labor, el biólogo peruano fue reconocido en el 2022 con el premio Campeones de la Tierra, otorgado por la ONU. “Hoy en día vemos que se le da una mayor importancia al tema ambiental y eso está bien, pero tampoco se trata de sembrar cien árboles y luego nos olvidamos. Lamentablemente, de eso se ve mucho”, explica. “Yo espero que pronto se empiece a tomar acciones con una mirada más global, que permitan involucrarnos a distintos agentes. Pero mientras tengamos mafias y grupos corruptos en el poder con su propia agenda, dudo mucho que eso vaya a pasar. Hay que empezar por erradicar eso, si queremos lograr verdaderos cambios”, concluye. (Jorge Chávez)
Pilar Jáuregui: “Falta empatía para una real inclusión”
No siempre se transportó en silla de ruedas, a pesar de que le habían diagnosticado una luxación de cadera congénita bilateral cuando era niña. Su dolencia se fue agravando, pero eso no le impidió cumplir el sueño de convertirse en atleta profesional. Primero empezó a practicar tenis y luego, por invitación del destacado paradeportista Pedro Pablo de Vinatea, incursionó en el bádminton. Este año, Pilar se consagró campeona mundial de parabádminton y fue reconocida como la mejor paratleta del 2022 por el Comité Paralímpico de las Américas. En el 2023 espera revalidar lo hecho este año en los Parapanamericanos de Santiago. “Es muy bueno que se esté dando visibilidad a los paradeportistas en el último tiempo. Hay muchas más personas e instituciones involucradas en el tema”, comenta Pilar. Sin embargo, ella espera que ese apoyo a las personas con discapacidad se traslade a otros escenarios, más allá del deporte. “Acá se habla mucho de inclusión, pero en la práctica no se ve mucho. Una de las cosas por las que más sufrimos es debido a la pobre infraestructura para movilizarnos. Espero que haya una mayor empatía de las autoridades para poder integrarnos realmente a la sociedad”. (Jorge Chávez)
Aracely Quispe: “Hay que romper el estereotipo del ‘no puedo”
Fue premiada este año —una vez más— por el Congreso norteamericano y los peruanos reunidos en la Peruvian American Chamber. La ingeniera aeroespacial nacida hace 40 años en la pobreza de un pueblo sin luz en Lambayeque dirigió el lanzamiento del telescopio James Webb, con un valor de diez billones de dólares y cuya misión será revelar las zonas inexploradas del universo. Aracely, que consiguió estudiar en Estados Unidos gracias a su talento como karateca, siempre ha destacado el orgullo por el Perú como un valor que debemos mantener. Por eso, ella repite que, como integrante de la NASA, se siente orgullosa de ser peruana y de que su país haya dejado una huella en esta misión. Para la ingeniera que aspira a integrar la misión de la llegada del hombre a Marte, el aspecto que debemos mejorar es la educación. Aracely está comprometida con dos emprendimientos de carácter educativo, uno de ellos en Perú y otro en los Estados Unidos, su país de residencia. “Se necesita invertir en la educación, la innovación y la tecnología. Buscar romper el estereotipo que arrastramos, del ‘no puedo’. La juventud necesita saber que sí es posible ir hacia adelante. Lo que deseo para este 2023 es que luchemos por un verdadero cambio que aporte paz e igualdad de oportunidades”. (Luis Miranda)
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