Un informe de inicios del siglo XIX, recogido en el libro ‘San Martín y la política de los pueblos’ (1957), del historiador argentino Ricardo Piccirilli, nos acerca a un perfil poco conocido del libertador, con un gusto particular por los libros y una visión simple de la vida. “San Martín es extremadamente bien querido por todas las clases de su ejército. Es ilustrado, lee mucho y posee mucha información. Desdeña el dinero y su modo de vivir es austero”, consigna la publicación. Fue el general argentino, el 28 agosto de 1821, exactamente un mes después de declarar la independencia, quien fundó la Biblioteca Nacional del Perú (BNP). Para ello donó aproximadamente 700 libros de su biblioteca personal, la cual manda a traer a Lima desde Mendoza, entre la frontera de Chile y Argentina.
“En la transición de la colonia a la república se van creando una serie de bibliotecas en esta parte del mundo. Cuando se funda la biblioteca había un pedido de gran parte de la sociedad peruana para tener espacios dedicados a la lectura e investigación, como ya venía ocurriendo en otros lugares cercanos. La idea de San Martín era que todos puedan concurrir a ella, no solo algún estrato o sector privilegiado. Eso fue muy valioso”, le cuenta a Somos el historiador Gerardo Trillo.
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La BNP abrió sus puertas al público el 17 de septiembre de 1822, en el centro de Lima. Los primeros años sufrió saqueos por parte de las tropas realistas que aún resistían. Pero no fue hasta 1881 que recibió su primer gran golpe, durante la Guerra del Pacífico, luego de que el ejército chileno ocupara la capital peruana. Durante ese episodio, libros, tomos y manuscritos fueron incautados por los invasores. El escritor Ricardo Palma, quien se encargó de la refundación de la biblioteca, informó que solo quedaban 700 libros de un total de 50 mil volúmenes contabilizados antes de la guerra. “Palma inicia una campaña de recuperación impresionante. Con él contribuyeron muchos héroes anónimos que guardaron cientos de libros con la intención de devolverlos”, acota Trillo.
El segundo golpe lo recibió el 10 de mayo 1943. Ese año, un trágico incendio arrasó con incalculables joyas bibliográficas que reposaban en sus viejos estantes. Para su reconstrucción, explica Gerardo Trillo, se nombró al historiador peruano Jorge Basadre como director, quien con mucha paciencia, a pesar de las dificultades, logró levantarla de las cenizas. Los años posteriores, sus instalaciones atravesaron distintos procesos de ampliación y remodelación. En 1992 se inició la construcción de la nueva sede, ubicada en San Borja, que finalmente fue inaugurada en el 2006.
UNA NUEVA ERA
Hace unas semanas, la historiadora Carmen Mc Evoy escribió las siguientes líneas sobre la Biblioteca Nacional del Perú en su columna de El Comercio: “La vida sigue dando la batalla desde un hospital donde una enfermera lo da todo para salvar a un compatriota. Y también desde una república de las letras y una cultura milenaria”. Y no le falta razón. En medio de la pandemia, la BNP ha encontrado una oportunidad de acercarse a nuevos lectores gracias al uso de la tecnología: tanto sus servicios como su programación cultural han migrado a las plataformas virtuales.
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“A pesar de las circunstancias, hemos encontrado nuevos caminos para seguir cerca de los ciudadanos a través de lecturas por teléfono a adultos mayores, préstamo de libros por delivery, atención en línea para resolver consultas de escolares por parte de los bibliotecarios, clubes de lectura por Zoom, capacitaciones en herramientas digitales para docentes, programas académicos de historia y literatura en donde han participado en vivo miles de personas, entre muchas otras”, comenta el escritor Ezio Neyra, quien asumió la jefatura institucional de la BNP a inicios de año.
Desde hace dos meses se ha reanudado la atención en sala en la sede de San Borja, dirigida principalmente a investigadores, con un sistema de citas online, aforo reducido y digitalización de documentos a pedido. Y en las últimas semanas, coincidiendo con su aniversario 199, se lanzó la plataforma gratuita de préstamo de libros digitales y audio libros ‘Biblioteca Pública Digital’, que nos permite acceder a ediciones inéditas de las obras más célebres de escritores peruanos de distintas épocas: de Vallejo a Vargas Llosa, de Eguren a Arguedas.
De cara a su bicentenario, la BNP tiene una serie planes: uno de ellos es la remodelación integral de la Gran Biblioteca Pública de Lima, en la avenida Abancay. Otro consiste en la adquisición de 16,598 nuevos ejemplares por S/1 millón este año. Pero el más importante: mantener el vínculo con los lectores peruanos para que el diluvio nos encuentre siempre con un libro bajo el brazo. //
Fuente bibliográfica: San Martín y la política de los pueblos, de Ricardo Piccirilli
Hace unas semanas, la BNP lanzó plataforma gratuita de préstamo de libros digitales y audio libros ‘Biblioteca Pública Digital’. A propósito de ello, Rafaella León, editora de Somos, me pidió reconstruir la historia de la biblioteca y contar cómo está funcionando ahora, en el contexto de la pandemia. Entrevistamos al historiador Gerardo Trillo y al escritor Ezio Neyra, actual jefe institucional de la BNP. La parte gráfica se completó con el archivo histórico de El Comercio y una visita del reportero gráfico Omar Lucas a la sede de San Borja.
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