No todos tienen la fortuna de jugar finales y son menos aún los que consiguen jugar un clásico. Es una bendición. Estos partidos gradúan: es la vitrina o la guillotina. El del domingo fue su primer clásico 2019 como titular -el tercero de su breve carrera en Primera- y es necesario decir algo sobre Brayan Velarde (20), el defensa central de la ‘U'’ que le ha ganado el puesto a dos mundialistas de Perú, Christian Ramos y Alberto Rodríguez: es de absoluta justicia.
Brayan Velarde es joven pero no es nuevo. Como suele pasar en el fútbol peruano, -casi- nadie le da continuidad a lo que ocurre con las categorías de menores. En su etapa de Sub 15, por ejemplo, fue convocado por Juan José Oré para la selección que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud (2014), el equipo donde mandaban Gerald Távara y Fernando Pacheco. Allí insinuó lo que esta temporada es su garantía: seguridad para jugar desde el fondo, prestancia para hacerlo desde el minuto 1 hasta el 90 y, entiendo que lo más importante, frialdad para enfrentar a jugadores que le doblan la experiencia. Uno revisa el vestuario de la 'U' y reconoce rápido de quien se puede aprender. Ante un ‘Rocky’ Balboa o un Rodríguez, altos como postes, no sirve chocar sino anticipar. Contra Alianza, sin friccionar demasiado o ponerse cara a cara con sus dos 9, fue clave para sostener el cero de una 'U’ que si algo tiene de notable, de jerarquía, es haber vuelto a ser la defensa menos batida de un torneo -el Clausura, cero goles en los últimos 4 partidos-. Desde los tiempos del Negro Galván no salía una línea de 4 de memoria (Corzo, Vásquez, Quina, Valverde).
Así salió campeón Reynoso, y así Comizzo.
Sobre su biografía, muy poco expuesta en redes sociales, habría que decir tres cosas: 1) Es del barrio de Villa El Salvador. 2) Es Jersson Vásquez su principal consejero. y 3) Es cristiano y asiste a la iglesia, de ahí el gesto de arrodillarse con las manos en señal de bendición, cada final de partido. “Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes porque Jehová, mi señor está conmigo como poderoso gigante”, publicó en la Noche Crema del 2018. Quienes lo conocen hablan de su nobleza, de su perfil bajo.
Si los equipos candidatos necesitan siempre un crack que haga goles -Hohberg- y un salvador que los evite -Carvallo-, también es decisivo contar con silenciosos hombres que acompañen el largo camino hacia un campeonato. En clásicos o en partidos por el descenso. Es de ellos la cabeza que despeja un centro imposible, el pie que rechaza un remate venenoso y, sobre todo, la última gota de sudor que no enfocan las cámaras. Hasta que eso ocurre, que Brayan Velarde siga jugando así, nada más. Todo lo demás -él lo sabe mejor que nadie- está en la Biblia y viene por añadidura.
-SUS NÚMEROS-
AÑO 2018
24 partidos, 4 tarjetas amarillas
AÑO 2019
13 partidos
Seleccionado Sub 20 2019
3 partidos