Carla García tiene una marcada conciencia sobre la temporalidad del ser humano. Por ello, le cuesta decir no a nuevos proyectos profesionales, personales, los que fueran. Quisiera escribir su segundo libro (el primero: “Queloide”, 2010), pero antes debe armar cada semana “Políticas”, el programa que conduce por Willax todos los domingos y que, sumado a su encendida cuenta en Twitter, la tiene con frecuencia en medio de la polémica. Al mismo tiempo, sabe priorizar el llamado de cualquier compañero suyo del Apra para visitar algunas de las bases, sueña con dirigir una película y quisiera probar más oportunidades en la radio. Las posibilidades, eso sí, siempre se vinculan a las comunicaciones y -lo quiera o no- a la política.
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El último es un campo en el que está inmersa desde niña por su ‘background’ familiar -es la hija mayor del expresidente Alan García-, pero ya de adulta está en su agenda por interés propio. De hecho, en el 2020 fue precandidata al Congreso en elecciones internas de aquel partido. Las puertas no están cerradas del todo para un futuro en la vida pública.
—No tienes pelos en la lengua al opinar, y eso implica generar polémica en algún punto. Hay quienes necesitan de esta para funcionar, otros no. ¿Cuán imperiosa es para ti?
No me levanto en la mañana diciendo: “Voy a ser Elmo y gritar ¡fuego!”, como en el meme. Trato de abordar los temas desde lo que llamo la ‘política del afecto’, que tiene que ver con la empatía. A mí no me vacila insultar a las personas; lo he hecho, aunque nunca en mi programa. No han sido mis mejores momentos, pero tampoco me arrepiento. Yo me guardo un montón de cosas para no generar guerra, aunque a veces es necesaria.
—“Políticas” tiene dos años al aire. ¿Es el programa que quieres que sea?
Sí, me gusta y se va transformando. La idea inicial fue priorizar la participación de las mujeres porque no las hay en política. Al principio, solo invitaba mujeres; pero me impactó la reacción del público. Decían: “mucho cacarean…”. Así está implantado el machismo en nuestra sociedad. No quise colocar panelistas hombres, pero cedí para tener una cuota. Hoy es paritario, aunque siempre hay mujeres. Me esfuerzo, además, por que no sean tan conocidas para darles un espacio.
—¿Alguna autocrítica?
El público pide que invite a gente de otras tiendas políticas. Lo cierto es que lo hacemos, buscamos a gente de Perú Libre, que si Susel, que si Sigrid… las invitamos, pero no quieren venir porque no les gusta Willax. Qué puedo decir… Mis compañeros dirían: “Oye, nosotros nos llevamos mal con El Comercio” y yo no tengo miedo de darte una entrevista. Podemos pensar distinto, pero no vamos a insultarnos. Entiendo que es difícil confrontar, pero todos están invitados.
"Yo me guardo un montón de cosas para no generar guerra, aunque a veces es necesaria"
—En la descripción que se hace del programa en la web de Willax dice: “tanto las opiniones de derecha e izquierda tendrán el mismo peso”. Sin embargo, muchos de tus pareceres personales terminan tirando la balanza para uno de los lados.
Yo no soy periodista. Este es un programa de opinión y no nos vamos a chupar si a alguien no le gusta.
—Has dicho que en esta coyuntura es necesario tender puentes, pero también, a veces, hacer guerra.
El fotógrafo de la revista puede ser de izquierda y yo su mejor amiga, pero tengo un límite. Ese se vincula al terrorismo. No permito que se justifiquen acciones violentas y asesinatos. Por lo demás, podemos coexistir.
—¿Qué tiene que pasar para que el Perú logre estabilizarse?
La presidenta, a quien se le apoya porque es la única salida democrática posible, no está gobernando. Da conferencias con sus ministros, hablan de logros, pero afuera la gente se está agarrando con la policía. La paz social no debe estar en segundo plano, sino en el primero.
—¿Por qué haces una defensa a la policía, tanto en el programa y Twitter?
El tema lo siento propio. Viví mucho tiempo cuidada por policías, han sido parte de mi familia. No entiendo cómo se piensa que un joven se mete a la policía a matar manifestantes. Que otro se levante por la mañana, le dé un beso a su hija y salga a matar. Estoy completamente segura de que la policía se está protegiendo como debería desde el Estado mismo.
"El luto será para siempre. Te acostumbras a la ausencia física de la persona, pero empiezas a encontrarla en distintos lugares"
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—A la vez, sin embargo, existen videos en los que se observa que hay abuso de poder.
Esas son responsabilidades particulares que tienen que esclarecerse. No se debe generalizar. La justicia tiene que ver eso, pero tampoco puede tardar un millón de años. Debería funcionar de manera rápida para que todas las familias tengan paz, la del señor que murió (en la protesta) como la del policía que fue quemado o despanzurrado en el Vraem. Todas merecen una resolución a su luto y nadie la está buscando.
—A propósito del luto, se cumplirán cuatro años de la muerte de tu padre. ¿Cómo lidias con eso hoy?
El luto será para siempre. Te acostumbras a la ausencia física de la persona, pero empiezas a encontrarla en distintos lugares. En la música, en el partido. Las señales, las llamo. Cada vez que voy por la estación de La Cultura, pienso: ‘ahí va el tren de mi papá´’. Mi luto también pasa por mantener su memoria, por eso he editado ya cuatro libros suyos.
"No es momento de plantear candidaturas. Lo primero que se debe hacer cuando se levanten las tachas que permitan la inscripción del Apra en el JNE es poner a funcionar las bases"
—¿Qué piensas de las teorías que señalan que él, en realidad, vive oculto en una zona rural en Europa?
Para alguien que ha visto a su padre en un cajón es doloroso oírlas … A la vez, sin embargo, es edificante saber que hay gente que no puede vivir sin volver a ver a Alan. Están deseando que esté, ya sea para solucionar las cosas o para odiarlo… Todo sale de la imaginación de Jaime Bayly, que es un tipo simpático. Él deja volar su creatividad y su prosa parece real… Nadie quisiera más que yo que estuviera vivo.
—¿Postularás como congresista por el Apra en el futuro?
Creo que no es momento de plantear candidaturas. Lo primero que se debe hacer cuando se levanten las tachas que permitan la inscripción del Apra en el Jurado Nacional de Elecciones es poner a funcionar el corazón del partido, que son las bases. Yo siempre voy a estar donde el partido me quiera… Pero, ahora, tocará chambear en las bases.
—Acabas de cumplir 48 años. ¿Cómo vives el avance de la edad?
Contentísima. Soy de una generación de mujeres que está empujando el conseguir que no nos exilien de la juventud porque a los demás les da la gana. Siempre he luchado contra lo que debe estar establecido para una mujer “de acuerdo a su edad”. Que con tantos años ya no puedes tener el pelo largo o enamorarte... Ni hablar.
—¿Qué logros y fracasos profesionales crees haber alcanzado?
Empezaría por lo último. Una vez hice un ‘reality show’ en canal 2, una apuesta tonta que pensé que iba a tener más profundidad y no fue así. Eso me enfrentó con el rechazo durísimo de la gente, nunca más quise hacer TV. Uno de los mayores logros ha sido precisamente vencer ese miedo y regresar con un programa como quería. //