El próximo 1 de mayo será muy distinto de los anteriores Días del Trabajo. Esta vez, la jornada nos cogerá en medio de una situación que invita a la reflexión. Según una reciente encuesta de Ipsos Perú, el 42% de peruanos perdió su empleo o no está percibiendo ingresos durante la cuarentena. Y quienes aún mantenemos nuestras ocupaciones hemos visto, de un momento a otro, cómo la dinámica laboral ha cambiado drásticamente. El teletrabajo llegó a instalarse en nuestras vidas y todo indica que será por tiempo indefinido.
En los últimos días, los que acondicionamos una oficina para trabajar en casa hemos recibido un serie de consejos para cumplir con nuestras labores de manera efectiva. Los especialistas recomiendan establecer horarios, no llevar una vida sedentaria, estirar los músculos, separar el ocio de las obligaciones, mantener contacto con los compañeros y tratar de no perder la motivación. Puede sonar complicado, pero es lo que aconsejan.
Así lo ha entendido Vinka Samohod, vicepresidenta de Transformación Digital de Telefónica. La ejecutiva se levanta todos los días minutos antes de las siete de la mañana, toma desayuno junto a sus hijas de 7 y 9 años, se conecta a su trabajo a las 8:30 am y, entre reunión y reunión, trata de darse tiempo para acompañar a las pequeñas en sus clases virtuales. Su nueva oficina se ubica en el segundo piso de su vivienda y desde ahí toma una serie de decisiones operativas.
“Hay mucho aprendizaje para sacar de esta situación. El trabajo remoto ha generado una mayor cohesión en mi equipo y fuera de él, me permite almorzar todos los días con mi familia, lo cual había perdido. Siento que hay muchas cosas por mejorar en esta nueva dinámica, pero sí considero que el teletrabajo es una opción viable de cara al futuro”, comenta Vinka.
Algo similar sucede con Fernando Eguiluz, CEO del BBVA. Para el directivo, lo más importante es planificar su día con anterioridad para que el teletrabajo pueda funcionar. También tomarse pausas a lo largo de la jornada para conversar con su esposa y sus cuatro hijos sobre cómo están llevando su día.
“Empiezo con mi primera reunión, tomando siempre notas de las actividades, y así voy llevando mi día hasta que hago una pausa que aprovecho para conversar un momento con mi familia. Hacia el final de la jornada, hago un reporte de los principales temas del banco, converso con algunos de mis colaboradores y trato de terminar mis actividades cerca de las 8.30 pm. Luego viene la cena y algún momento de esparcimiento. De ser posible, recomiendo delimitar los espacios de trabajo con los de nuestra vida familiar”, cuenta Fernando.
-EN PANTALLA-
Jorge Olazo es baterista de Bareto y profesor de la Escuela de Música de la UPC. Con el confinamiento obligatorio, el percusionista ha tenido que transformar su espacio vital, su estudio, en uno que le permita dictar los cursos de Historia del Rock e Historia del Jazz, además de organizar junto a sus compañeros de banda los proyectos que desean implementar en este contexto y cuando todo pase.
“A mí, por lo menos, me ha caído bien el hecho de dictar por el ordenador”, cuenta Jorge. “Enseñar a través de videoconferencia te obliga a ser más ordenado y sistemático. Yo, por ejemplo, escribía antes mucho en la pizarra, pero ahora todo lo hago en diapositivas. En general, la respuesta de los alumnos ha sido buena. Solo hay que pensar cómo serán las evaluaciones. Creo que los exámenes se deben enfocar en hacer preguntas más reflexivas, antes de apelar a la memoria, porque desde tu casa no puedes controlar que los alumnos copien”, añade.
Al comediante Carlos Palma la cuarentena lo agarró mientras visitaba la casa de sus padres, a las afueras de Lima. No tuvo otra opción que adaptarse a la situación y convertir la sala en un una suerte de estudio de grabación, desde donde conduce un programa de radio y otro de televisión por cable. Por suerte, el actor traía consigo una computadora, una cámara y un micrófono para seguir haciendo sus enlaces en vivo y así adecuarse a su nueva rutina de teletrabajo.
“No ha sido muy complicado adaptar mi trabajo a esta nueva dinámica. Tampoco diría que transmitir desde mi sala es lo mismo que hacerlo en una cabina o estudio, porque son espacios que acústicamente están preparados para salir al aire. Sin embargo, lo que no sea ha perdido es la conexión con el público. Es bonito ver que te siguen por hacer reír y entretener a las personas, a pesar de la circunstancias”, concluye uno de los fundadores del Club de la Comedia.
Bien dicen que cuando el trabajo gratifica, vemos la vida con mejores ojos. //