Una nueva generación de tusanes —como se los llama a los peruanos de origen chino— sigue abrazando con orgullo las tradiciones y herencia cultural del enorme país asiático del que emigraron sus antepasados. Pruebas hay muchas, pero la más reciente ocurrió el último fin de semana, durante el matrimonio de la modelo, empresaria e influencer Maple Sam con el empresario Cristóbal García-Miró. El evento, que ha sido catalogado como “la boda del año”, se caracterizó por su decoración de inspiración china: se recreó un inmenso salón con tapices, cortinas y borlas, teniendo al color rojo y la figura mitológica del dragón como protagonistas. En esa atmósfera oriental, los novios celebraron su unión junto a 200 invitados. No faltaron las danzas típicas con tambores y platillos, y las mesas repletas de ‘mooncakes’ y galletas de la fortuna.
MIRA TAMBIÉN: La historia del “chino de la esquina” y los bodegueros que luchan por mantener vivo este noble oficio
Maple Sam proviene de una dinastía familiar dedicada a los negocios, como suele pasar con muchos descendientes de chinos en el país. Desde adolescente, inició su carrera en el modelaje: fue elegida Miss Tusán 2013 por la Asociación Peruano China y, años más tarde, se convirtió en una de las modelos más solicitadas por los diseñadores del Lima Fashion Week. Por estos días, divide su tiempo entre sesiones de fotos, su trabajo como creadora de contenido (suma más de 200 mil seguidores en Instagram y TikTok) y la dirección de Dua Blend, su marca de moda. “Para casarme, quería un vestido más clásico, pero a mi estilo. Siempre me ha gustado usar algo diferente de lo que está en tendencia. Pero para la recepción, quería honrar la cultura china con un vestido rojo”, dijo Maple en entrevista con este Diario sobre las piezas diseñadas por Noe Bernacelli.
LOS REYES DEL COMERCIO
El 15 de octubre de 1849, llegaron al puerto del Callao los primeros migrantes chinos a bordo de una embarcación procedente de Macao, una colonia portuguesa en China. La segunda ola de inmigración ocurrió al final del siglo XIX. Por esa época, la mayor parte de su población se asentó en lo que hoy conocemos como la calle Capón, dándole vida al Barrio Chino. Con el tiempo, se trasladaron a otros puntos de la ciudad para abrir pequeños negocios de venta de abarrotes y otros productos. Hicieron suyas las esquinas de los barrios y demostraron gran capacidad para los negocios.
José Tong recuerda que su abuelo abrió una carnicería en Chorrillos, antes de adquirir la casona barranquina donde abriría el chifa Chung Yion, mejor conocido como el chifa Unión, que el año pasado cumplió 100 años de funcionamiento. “Mi abuelo llegó primero al Callao y se fue al Centro de Lima. Allí se hizo amigo de otros chinos, entre ellos el señor Erasmo Wong, que fundó la cadena de supermercados Wong”, nos dice José. “Cuando murió, le heredó su negocio de comida china a sus ocho hijos. Uno de ellos era mi papá”, añade.
Aunque es dentista de profesión, José siempre sintió el impulso de tener su propio negocio. Sabía que este debía estar vinculado al rubro gastronómico, pues desde chico aprendió todo lo concerniente al manejo de una cocina: desde cómo picar la cebolla china hasta cómo saltear las verduras y proteínas. Es así que hace unas semanas inauguró el chifa Dragón Tong, en la misma calle que su abuelo conquistó hace un siglo, en Barranco. “Nuestra idea es traer un pedazo del Barrio Chino a esta zona de la ciudad. Nuestros platos se caracterizan por rescatar recetas únicas y auténticas. Para nosotros es muy importante seguir manteniendo viva nuestra identidad”, concluye el empresario.
En el rubro de entretenimiento, Jorge Chung ha construido su propio imperio de bares y negocios nocturnos. Es el creador de La Cachina Bar, El Infusionista, La Calor Bar y de la premiada propuesta de María Mezcal, que ante su gran acogida tuvo que abrir un segundo local en la calle Manuel Bonilla, en Miraflores. “Yo, digamos, crecí en la fábrica de telas que tenía mi papá. Desde chico empecé a trabajar con él: era estibador, cargaba y descargaba los rollos de tela. Veía cómo se las buscaba y negociaba. Me impresionaba mucho su liderazgo. Creo que eso me sirvió un montón”, nos dice Jorge.
Fue precisamente durante un viaje a China que se le ocurrió la idea de abrir María Mezcal. “Era una bebida que estaba muy de moda allá, pero que en el Perú no había ni rastro”, cuenta el empresario. Su natural olfato para los negocios lo llevó a Oxaca, cuna del destilado de origen mexicano. “Nos entrevistamos con maestros mezcaleros para entender la mística alrededor del producto. Con ese conocimiento, decidimos abrir una mezcalería en Lima. Pero teníamos que adaptar la propuesta al público local. Por eso, añadimos el elemento musical a la experiencia, lo cual finalmente funcionó”, explica.
Thait Chang-Say es otro empresario peruano de ascendencia china que supo levantar una empresa exitosa desde los cimientos, literalmente. Corría el año 2005 cuando se puso manos a la obra para hacer realidad el sueño de sus padres arquitectos: construir un edificio para la venta de departamentos. Entonces, el ‘boom’ inmobiliario empezaba a despegar en la ciudad, y Thait, que había estudiado la carrera de Comunicaciones, detectó la oportunidad y no lo pensó dos veces: fundó la inmobiliaria Armando Paredes, con la que ha erigido una veintena de edificios los últimos dieciocho años. “Era un proyecto que siempre conversábamos en la casa. Yo no me veía en el largo plazo siendo empleado, sino siendo también emprendedor, como mis papás y mis hermanos mayores”, comenta.
En un inicio, Thait cuenta que cometió “muchos errores” que le sirvieron para entender mejor el negocio en el que estaba incursionando. Las ganancias eran mínimas, pero rápidamente supo sobreponerse. “Al principio, nuestra intención era hacer edificios y departamentos bien diseñados. Con el tiempo, esa intención se ha trasformado en un propósito, el cual es que la gente se enamore de Lima”, afirma Thait, quien dice sentirse muy orgulloso de los logros que ha obtenido, pero sobre todo de su historia familiar y de formar parte la comunidad china más grande de América Latina. //
El Perú forma parte del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC) desde 1998. Hoy en día, está conformado por 21 países y tiene como finalidad “promover la prosperidad mediante la integración económica y la promoción de un crecimiento equilibrado, inclusivo, sostenible, e innovador”. Esta semana, el evento se viene realizando por tercera vez en nuestro país con la presencia de los líderes de las economías más importantes del mundo, luego de haber sido anfitriones en 2008 y 2016.