En un punto de su vida, a Christian Meier sí se le cruzó por la cabeza: no volvería a hacer música nunca. Sumergido en una larga vorágine de éxitos internacionales como actor de telenovelas, películas y series, aquel escenario le era muy poco probable. Pero llegó el año 2020, una pandemia y mucho tiempo de búsqueda interior. Y, cómo no, el inevitable reencuentro con ese cadencioso viejo amor. De este nació Dejavú, su primer material inédito en dos décadas, conformado por nueve canciones, dos de las cuales ya están volando en reproducciones de plataformas como Spotify y YouTube.
Frente a una taza de café en Miraflores, repasa los momentos de una carrera como artista que empezó en el Perú, su país, ese al que quiere ver bien y no en el caos imperante. Sin ser tuitero, de vez en cuando sus tuits sobre la calamitosa realidad peruana encienden la pradera, pero dice que le tiene sin cuidado. Para él, la vida real suena mucho mejor.
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—Estás haciendo música nueva después de 20 años. ¿Qué te animó?
La pandemia fue clave. El último disco de canciones originales que compuse fue ‘Once noches’, que salió en agosto del 2002. Paré para dedicarme a ser actor sin saber que me iría como me fue. Pensé que era pausa momentánea, pero los proyectos no pararon hasta marzo del 2020. En el 2016 hice un disco recopilatorio, pero no algo 100% nuevo. Este material fue clave para comprobar que las emociones más grandes que he tenido o que tengo me las da la música… Luego, en la pandemia, pensé como muchos: la vida puede acabarse mañana, deberíamos hacer eso que nos hace feliz. Y también en quienes estaban en su casa encerrados, cómo distraerlos. Así que llamé a los músicos de mi banda y desde diferentes ciudades grabamos cuatro canciones para pasarlas gratis por Youtube. Eso me dejó el deseo de seguir escribiendo.
—Y salieron las canciones de este disco…
Sí. Se las presenté a un productor peruano que radica en Los Ángeles, German Villacorta, y me dijo que ya tenía un álbum. Que lo grabáramos. Empezamos como quien no quiere la cosa y en el proceso me di cuenta que me había enamorado de la música otra vez.
—La letra y el video de ‘Dejavú’, el primer single, son una alegoría a este regreso a la música. ¿Qué encontraste en este ejercicio de buscar en tus raíces?
Que mi esencia es la misma del 2002, que 20 años no me cambiaron. Que lo que suena a moda hoy o la tecnología no han transformado lo que me nace. Irme 20 años atrás no ha servido para buscar mis influencias musicales, sino al motivo por el que la música me hace feliz. Eso que me empujó a los 18 años a meterme a Arena Hash y a los 22 a lanzarme como solista.
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—Eres, además, productor. ¿Cómo sientes que ha cambiado la industria ahora? ¿En qué no te preocupabas antes y ahora sí?
Hoy la promoción de un disco es diferente. Por un lado, puedes hacerla desde casa. Por otro, hay herramientas de las que te tienes que ocupar como las redes sociales. Por trabajo tienes que estar en estas. En la actualidad ya no existe la venta de discos, estos se reproducen en plataformas digitales y se sacan los sencillos uno por uno para estirar la vida de todo el material el mayor tiempo posible. Después del cuarto sencillo, que será en el primer trimestre del 2023, sacaremos el disco físico con algún regalo extra: nuevas canciones, quizá.
—Hace poco escribiste para Somos un artículo por los 25 años de ‘Carreteras mojadas’. Decías que jamás tendrás un hit como ese otra vez. ¿Cuál es la ambición con las canciones nuevas?
Yo creo que lo de ‘Carreteras mojadas’ no va a volver a pasar con nadie. A nivel Perú fue un fenómeno difícil de igualar. Ese es un misterio sin resolver. No tengo una explicación sobre lo que le sigue pasando a esa canción. Es una buena canción, pero no fue ‘Here comes the sun’ (la canción se oye en fondo del café donde conversamos). Estuvo en mi primer disco sí, también fue la cortina de una telenovela que duró cuatro meses, pero que hacía 25 puntos de rating cada día. ¿Por qué la siguen cantando hoy chicos de 25 años?... Eso no volverá a pasar. Mi ambición con las nuevas canciones es que lleguen a todos lo que se pueda y hacer giras de nuevo, que es lo que más me gusta de todo.
—¿Ya te tocan la puerta los promotores?
Sí, ya. Pero primero quiero que la gente se enamore de esto y que se normalice que hago música otra vez. Que no sea raro. Hay muchos jóvenes de 25 años que no lo recuerdan o no lo saben. Mucho más fuera del Perú. Piensan: “¿qué, no era actor? En eso estoy ahora.
—Uno de tus últimos proyectos actorales ha sido la serie ‘Ana’, que se ve ahora por Amazon Prime. Tu personaje es una sátira del galán de novela. ¿Qué tanto tiene este de lo que fuiste 15 o 20 años atrás?
No tiene de mí, pero hay mucho de gente con la que trabajado. Creo que no está muy lejos de la realidad, es de los personajes más reales que he hecho. Me siento muy cómodo en la comedia y me gustaría hacer más. Siempre me visualicé como actor de comedia, pero la vida me dio la oportunidad de ir por otro rumbo por mis características físicas, cosa que aproveché. He tenido pocas oportunidades de hacer la comedia que hubiese querido.
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—¿Qué ha significado, para bien o mal, ser un galán de telenovela por tantos años?
Estoy bastante agradecido por todo lo que me dio: tener siempre trabajo, el que viva con comodidad hoy, el permitirme darles a mis hijos una buena educación y crianza. No sé si haya algo que me trajo en contra… eso sí, tal vez me quedé haciendo eso más tiempo del que debí.
—Radicas en Los Ángeles. ¿Volverías a vivir en el Perú?
Vivo allá sí, pero recién desde el 2019. La gente cree que me fui hace mucho, pero siempre viví en Chorrillos. Pasé aquí prácticamente tres años cuidando a mis hijas. Cuando acabaron el colegio me mudé. En Los Ángeles está mi casa, acá ya no tengo. ¿Volvería? Si tengo trabajo.
—Pasaste la pandemia allá con ellos.
Se fueron a vivir conmigo. Mi hijo tenía un departamento allá, pero se mudó conmigo ese tiempo. Mi segunda hija estaba en Inglaterra y emigró. Y la menor estaba aquí en Perú, pero la quiso pasar allá.
—¿Mantienes esa cercanía ahora?
Sí y no. Stefano está en Lima ahora. Trabajará en una serie, está en dos películas. La del medio vive conmigo y estudia psicología forense en Los Ángeles. Y las más chiquita se fue el mes pasado a seguir diseño de modas en Italia. Estoy inmensamente orgulloso de los tres. En general han tenido una buena educación por parte de papá y mamá. Pero estoy contento porque cada uno está haciendo su propio camino. Son responsables, están sanos, felices. Respeto mucho que sean mayores de edad, también.
—Sobre las redes sociales. Decías que tienes que estar por trabajo. ¿Te obligaste a entrar a Tik Tok?
Me sentí obligado, sí. La biografía decía: “no esperen bailecitos” y terminé haciendo uno para una canción mía (ríe).
—Y estás en Twitter donde te sigue casi un millón de personas…
Sí, fui uno de los primeros peruanos en entrar en el 2009 … esa cantidad la tengo desde entonces y eso es porque no entro todos los días. Antes era más divertido, hoy es un lugar para que la gente se pelee. Me da pena por muchos. Yo posteo y me voy, a menos que pida que me recomienden películas para el fin de semana. Pero no estoy pendiente de las respuestas.
—En esa red compartes de todo, incluyendo, opiniones sobre coyuntura política. En un Perú polarizado, ¿qué te lleva a hacerlo cuando esto podría ser contraproducente para tu carrera?
A veces hablo de eso, sí. Me motiva la libertad de expresión, primero. Y, luego, las ganas de decir las cosas cuando las siento. Pueden pasar dos meses que no entre a Twitter y ni me entero. Hay una gran diferencia entre tuiter y ser tuitero. Yo tuiteo y de vez en cuando. Tengo cosas más importantes que hacer que tuitear. Y no me creo más inteligente que otros o un pensador del Perú porque estoy ahí. Creo que estoy en un punto en mi carrera donde la gente sabe lo que soy y que hago, entonces tal vez no tenga que estar demostrando cosas peleando. Ya sabemos cómo es este gobierno. ¿Un tuit mío lo va a cambiar...? Los peruanos ya estamos bastante grandecitos para que les estemos diciendo que hacer. Finalmente tengo cosas en las que también me tengo que ocupar. No soy abanderado de nada. Creo que la única bandera que tengo es la de las cosas que tengo alrededor: mis hijos, mi carrera, mi futuro.
—Pero sí te interesa lo que ocurre en el país.
Sí, claro, antes de que sucediera lo que está sucediendo puse bien clara mi posición… Desde hace muchos años he dicho que para mí el problema más grande que tiene el Perú es la falta de cultura y que es ahí donde se debe atacar el mal. Lo que tenemos hoy es el resultado de algo que no se ha resuelto. Un país no puede ser gobernado por gente que con las justas sabe leer y escribir. Yo espero que de alguna manera cambie el sistema educativo, con nuevas generaciones que sepan lo que están ocurriendo ahora y lo que ocurrió hace 20 o 30 años. No puede ser que en los textos de historia no se mencionen 25 años de terrorismo o se pongan en un párrafo. Antes teníamos que mirar debajo del asiento en el cine para ver si había una bomba. Cuando se borran esas cosas pasa lo que está pasando.
—¿Cómo tender puentes en un Perú tan dividido?
No se va a poder. Lo único que apaciguará esto es el tiempo. Cuando este pase se podrá pensar: ¿valió la pena votar por esta gente? Creo que predicar con el ejemplo es lo mejor que uno puede hacer. Yo quiero lo mejor para este país. Aquí hice mi carrera. Como tantos, lo único que he hecho en mi vida ha sido trabajar.
—No solo el país está polarizado. El mundo, también.
Así es. Ese es el resultado de las redes sociales. Más allá de la libertad de expresión, creo que estas han sembrado en las personas querer ser el centro de atención de cualquier forma. Alguien puede pronunciarse por una causa justa y siempre va a tener detractores. Así como cualquier artista o persona tienen sus fans, también sus haters. Hay que recordar, eso sí, que primero hay fans antes que haters, no es al revés. No hay que prestarles tanta atención a las redes. Hay que ocuparse más de la vida real. //
Meier dejó de grabar telenovelas en el 2014. La última fue La Madrastra para Televisa. “Para entonces ya estaba haciendo proyectos de forma paralela, incluso con papeles secundarios. Esos me motivan más. Luego, ya con protagónicos, me dediqué a hacer series y películas y es el rumbo en el que pienso seguir”.
Otro de los intereses más grandes del artista, además, de la música, es la dirección de cine, materia que ha estudiado en Los Ángeles. “Me gustaría dirigir mucho más, incluso dejaría de actuar para hacerlo”, confiesa. Tiene en carpeta guiones, pilotos e ideas para concretar en el futuro.
Los videclips de ‘Dejavú’ y ‘Me gustas como antes’ fueron dirigidos por él mismo en Los Ángeles. Una experiencia previa importante que precedió estos trabajos fue el cortometraje ‘Terminal’, el cual ganó en su categoría varios festivales independientes.