Más de un millón de seguidores la acompañan día a día entre Instagram y TikTok. El Perú, México y Estados Unidos figuran como los países donde más seguidores recauda y en una década se ha convertido en una de las ‘influencers’ más cotizadas del plano local. Natalia Merino (Lima, 1992) tiene muy claro cómo ha evolucionado su vida desde su debut en redes sociales, a partir de la creación de Cinnamon Style —como también la conocen en el medio—, un blog de moda y tendencias que ha sabido diversificarse en el universo digital. El mismo que la ha llevado a concebir festivales multitudinarios, desarrollar su propio ‘merchandising’, tener colaboraciones con marcas, un libro, una revista digital y agendas que se venden incluso fuera de nuestras fronteras. Pero la fama a veces llega con un costo. ¿Cómo es que una ‘influencer’ de moda pasa a ser un personaje de coyuntura, con cámaras de programas de espectáculos locales tras sus pasos, y el interés de millones de usuarios por conocer cada detalle de su vida? Las redes sociales tienen la respuesta.
En los últimos meses, la creadora de contenido y licenciada en Comunicaciones ha aprendido a lidiar con los altibajos y la sobreexposición, en el que bien podría definirse como el momento más álgido de su vida personal y profesional. La polémica de su sonada separación (tras 15 años de relación, ampliamente documentada en sus redes sociales), el salto al ojo público de su vida privada y su primer año como madre: mantener la calma, y el silencio, ha sido fundamental. En diálogo exclusivo con Somos, Merino reflexiona sobre los contenidos que quiere compartir con sus seguidores a partir de ahora, las cosas que la mantienen resiliente ante la adversidad, y la importancia de la empatía en el mundo real... y en el mundo virtual.
—Este 2023, ha sido como una montaña rusa para ti. Por un lado celebras la década de Cinnamon Style, disfrutas tu faceta como madre y continúas emprendiendo proyectos personales. Sin embargo, estás viviendo también un momento complejo, tras tu ruptura amorosa. ¿Qué te animó a compartirlo con tu comunidad y qué sentiste luego de leer sus reacciones?
Tener el apoyo de tantas personas ha sido impresionante. Lo he sentido ahora más que nunca. Ese cariño es el que me sostiene y me ha hecho sacar fuerzas de donde sea, de donde a veces ya no había.
—Has tomado una pausa notoria en redes sociales.
Sí, y agradezco que sigan pendientes a pesar de haberme desaparecido un tiempo para reconectarme. Significa mucho. Me han visto crecer, pasar buenos momentos como también malos, y ahora me van a acompañar en esta nueva etapa de mi vida. Creo que ya estoy lista para ir volviendo poco a poco.
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—¿Cómo sientes que has evolucionado en estos diez años con Cinnamon Style?
Estoy muy orgullosa, la verdad. Desde que empecé, y por mucho tiempo, hubo ocasiones que me hacían querer tirar la toalla. Pensaba: “Ahora sí me voy de las redes sociales”. Pero al final no lo hice, porque es algo que disfruto. Admiro el no haberme rendido. Creo que la Natalia que empezó Cinnamon Style hace diez años estaría muy orgullosa de lo que hemos logrado.
—¿Cuáles fueron esos momentos en los que quisiste tirar la toalla, que mencionas?
Cuando me di cuenta de cuánto podía llegar a afectar mi vida privada. Las he llevado conmigo [a mis seguidoras] en los momentos buenos y malos desde que estaba en la universidad hasta ahora que soy mamá, y las he involucrado tanto en mi día a día que creo que hay personas que se sienten con la autoridad de opinar sobre lo que hago o lo que no. Sobre todo, los episodios de odio que he vivido por mis redes sociales, que han sido fuertes y realmente me han zamaqueado, son los que me hacían cuestionarme si seguir o no.
—También fue muy fuerte enterarte por redes sociales de la existencia de unos videos de tu expareja, que confirmaban la separación entre ustedes. Tu comunidad mostró inmediatamente su apoyo. ¿Cómo afrontaste ese episodio?
Aún sigo en ese proceso de afrontarlo. Estoy trabajando en mí, en estar bien yo, para poder estar bien para Valentina, mi hija.
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—De un momento a otro, tu vida, que estaba en redes sociales, saltó a la televisión nacional, un panorama mucho más grande. ¿Cómo te sentiste con eso?
Vulnerable. Nunca me había pasado que me agarren en la calle de sorpresa y me entrevisten. Fue tan abrumador que literalmente salí de esa entrevista, entré a la cafetería que tenía enfrente y me metí a llorar al baño porque me sentí abrumada. Es algo que no había vivido antes y me sentí muy expuesta.
—Crees que luego de lo vivido en estas últimas semanas, ¿ya no compartirás tanto de tu vida privada en redes?
Voy a ser más cuidadosa con mi vida privada, de todas maneras.
—¿Qué más te sostuvo para reconectar contigo misma en este tiempo?
Mi familia. Ellos siempre han sido mi cable a tierra.
—La gente muchas veces minimiza el trabajo de los ‘influencers’, pero lo cierto es que muchos de ustedes son modelos para sus seguidores y las nuevas generaciones. ¿Te sientes responsable de esto?
Es una responsabilidad al cien por ciento. Creo que tomé conciencia de eso en el Cinnamon Fest [2018], cuando vi que niñas desde los 12 o 13 años me seguían. Obviamente, también somos seres humanos y podemos equivocarnos, pero yo siempre tengo en mente que esas niñas ven lo que hago y procuro ser mi mejor versión.
“365 días para sonreír: 2024” (Penguin Random House) ya se encuentra a la venta en principales tiendas como Ibero Librerías, Crisol, Librería Sur y El Virrey. Manteniendo su diseño minimalista, la agenda de este año se tiñe de rosa y además contiene nuevas páginas para acompañar a las seguidoras de la creadora de contenidos.
Por ejemplo, esta vez contiene un espacio dedicado a la visualización de metas y páginas para ‘rastrear’ pequeños hábitos que mejoran el día a día. Asimismo, como en sus anteriores ediciones, una frase motivadora dará la bienvenida a cada mes.
—¿Y qué opinas de los que aún consideran que los ‘influencers’ ganan dinero fácil?
Creo que la gente piensa eso porque solo ven el resultado en una foto, un video. Pero detrás hay todo un trabajo de planeamiento, que en ocasiones implica la organización de un gran equipo. Además, no construyes comunidad de un día para otro. Eso es algo que se fortalece con el tiempo, y eso es algo que hace tan valioso lo que hacemos y diferente a otro tipo de publicidad.
—¿Cómo le llevas el ritmo a las redes sociales que cambian tan rápido? Empezaste con un blog, luego te adaptaste a YouTube, Instagram y hace poco a TikTok.
Las redes sociales avanzan muy rápido y tienes que ir a su paso si quieres mantenerte vigente. Snapchat, por ejemplo, ya no existe, pero en su momento tuve uno. Ahora está TikTok, y me acuerdo que yo pensé que no podría encajar, porque creí que era solo una app de chicas bailando espectacular y yo no bailo espectacular. La idea fue buscar mi esencia en cada red social y mantenerme genuina en cada una de ellas. Por ejemplo, en TikTok, sé que tengo más tiempo para hablar y explayarme, así que hago ‘storytimes’ y videos de cinco minutos a más. En Instagram, hago más videos de moda, cortos y concisos.
—¿Cuál dirías entonces que es la esencia de Cinnamon Style hoy por hoy?
Creo que es el hecho de que Cinnamon Style no es un personaje. Soy la misma Natalia en redes sociales que en persona, y trato de compartir contenido de calidad que pueda inspirar a los demás, a partir de lo que estoy viviendo en mi día a día.
—¿Qué te llevó a diversificar tu propuesta? Acabas de lanzar tu tercera agenda y has publicado un libro.
Empecé Cinnamon Style con la intención de ser esa hermana mayor que hubiera querido tener. Con consejos para atravesar momentos malos, ‘tips’ para crecer como persona, y más. Ahora, con la agenda 2024, quería que las chicas se sintieran inspiradas y motivadas en su día a día.
—Una etapa que te animaste a compartir en redes fue tu maternidad y todas sus aristas, algunas más felices que otras.
La verdad es que no lo planeé. Dije, voy a esperar a que Valentina nazca para ver cómo me siento y decidir si la quiero exponer o no en redes sociales. Pero cuando nació me animé a hacerlo porque había pasado por tantos momentos difíciles que solo estaba feliz de compartirlo. Y sí, hubo episodios complicados, desde que Valentina no subía de peso, que se le subía la bilirrubina y que estuvo en incubadora.
—Al compartir tu maternidad, también te has expuesto a críticas y estereotipos. De hecho, hace poco lo viviste cuando decidiste hacer un viaje con amigas y muchas personas te criticaron. ¿Cómo te sentiste con los comentarios?
Me dio mucha pena ver cuántas personas, sobre todo mujeres, hacían ese tipo de comentarios. El primer consejo que me dieron fue que si la mamá está bien, el bebe va a estar bien. O sea, es importante que una misma cuide su salud mental, sus espacios como mujer también.
—¿Fue difícil equilibrar esos espacios?
Yo creo que los primeros meses me entregué muchísimo a la maternidad y me pasó que ni siquiera salía al parque. Me perdí un poco como Natalia. Pero poco a poco ya siento que he podido balancear mi vida, y estoy más estable emocionalmente para mi hija. En ese sentido, creo que viajar con tus amigas, si lo necesitas, es totalmente válido. Pero sí me dio pena y me dolió un poco leer esos comentarios.
—¿La empatía sigue siendo escasa en redes sociales?
Los invitaría a ser más empáticos no solo con las personas que ven en redes sociales, sino con todos en general. No hay que juzgar solo por aquello que vemos, porque siempre hay una persona detrás y uno no sabe cuáles son las guerras internas con las que están lidiando. //