BUENOS MUCHACHOS. Teodoro Trujillo Muñoz, Rodolfo Rojas Albujar y José Beraún Lazo, albergados de la primera promoción de la ‘Casa de todos’. (Foto: Omar Lucas)
BUENOS MUCHACHOS. Teodoro Trujillo Muñoz, Rodolfo Rojas Albujar y José Beraún Lazo, albergados de la primera promoción de la ‘Casa de todos’. (Foto: Omar Lucas)
Jorge Chávez Noriega

Antes de que el nuevo nos invadiera, Rodolfo Rojas (67) trabajaba como vendedor en el centro de Lima. Como muchos peruanos, vivía del dinero que podía ganar del día a día. Pero todo cambió para él cuando se decretó el estado de emergencia. “La policía venía a mi esquina y me sacaba. Se me hacía complicado pagar mi cuartito. Felizmente, vi en la televisión que se estaba construyendo la y me vine para acá”, cuenta.

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Así como Rodolfo, más de cien personas sin hogar encontraron un techo donde vivir en estos difíciles días de pandemia. El proyecto fue implementado por la el 31 de marzo, en la plaza de toros de Acho. Nueve meses después, tiempo en el que ha brindado abrigo y protección contra el virus, este espacio busca trasladarse a uno de forma permanente en la urbanización Palomino, en el cercado de Lima.

“La implementación permanente de la Casa de Todos ayudará a rescatar y acoger a 120 personas desamparadas por año. El reto es lograr que, al finalizar la emergencia sanitaria, ninguno de los albergados en la plaza de Acho regrese a las calles”, le cuenta a Somos

A LA OBRA. En la nueva ‘Casa de todos’ se brindarán una serie de talleres a los refugiados. Uno de ellos consiste en aprender a cultivar alimentos que servirán de insumos para la cocina del albergue. (Foto: Omar Lucas)
A LA OBRA. En la nueva ‘Casa de todos’ se brindarán una serie de talleres a los refugiados. Uno de ellos consiste en aprender a cultivar alimentos que servirán de insumos para la cocina del albergue. (Foto: Omar Lucas)

Este nuevo sitio, además de contar con instalaciones para el descanso de los refugiados y áreas comunes para su esparcimiento, brindará talleres que les permitirán reinsertarse en la sociedad. Uno de ellos, por ejemplo, es el taller de cultivo y cuidado de hortalizas, a cargo de la gerencia de Servicios a la Ciudad y Gestión Ambiental de la Municipalidad de Lima, donde aprenderán a cosechar espinacas, zanahorias y rabanitos, entre otros alimentos.

“Se contemplará un programa de entre 10 y 18 meses, de acuerdo con las condiciones físicas y psicológicas de cada albergado. La intención es que después de este periodo de tiempo ellos puedan salir a la calle y nosotros podamos liberar un espacio para que pueda venir una nueva persona”, explica Miguel Ríos, coordinador general de la Casa de Todos, sobre la dinámica de trabajo dentro del albergue.

Por estos días, la construcción de la Casa de Todos de Palomino está a un 60%. Por ese motivo se lanzó hace unos días la campaña “La otra cara de la moneda”, que tiene como meta finalizar con la implementación de todos sus ambientes (sobre cómo ayudar, vea el recuadro). De acuerdo con la Beneficencia, cerca de 3 mil personas se encuentran en situación de desamparo en la ciudad y el 10% de ellos están concentrados en el Centro Histórico de Lima. A pocos días de Navidad, bien haríamos en ponernos una mano en el corazón, la otra en el bolsillo y colaborar. //

¿CÓMO AYUDAR?

La campaña ‘La otra cara de la moneda’ va hasta el 31 de diciembre. Así se puede colaborar.

En Yape (999923007) aparece un botón de la ‘Casa de todos’. Solo hay que darle clic y señalar el monto a donar.

También se pueden hacer donaciones de forma online a través de la plataforma

Fuera del Perú, se pueden hacer transferencias por PayPal. Solo hay que escanear el código QR.

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