No existe persona a la que el coronavirus no le haya cambiado la vida. Pero no siempre ocurre en la misma medida: a unos les golpea más que a otros. En medio de esa situación, una adolescente lucha por salir adelante y no pierde la esperanza de que las circunstancias cambien. Incluso a pesar de que la muerte toque constantemente su puerta.
La trama de “Aprendiendo a cambiar” bien puede retratar el momento que atraviesan miles de peruanos. Sobre todo de aquellos que han tenido que sobreponerse a la pérdida de un familiar cercano, o los que han tenido que buscar nueva formas de ganarse la vida ante la falta de empleo.
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“Nuestra ficción no intenta esconder ni exagerar lo que nos presenta la realidad. La tragedia es tomada de los hechos actuales que vemos en las noticias y no hacen más que describir lo que se ha vuelto el azote cotidiano de las personas que viven en pobreza”, comenta Miguel Villaseca vía telefónica, uno de los responsables de la creación del proyecto. Y añade: “Pero también se muestra a los personajes como ejemplo de superación ante la adversidad. El objetivo es que adultos, niños y adolescentes aprendan a ponerse en el lugar del otro para entenderlo, sin juzgar”.
“Aprendiendo a cambiar” es un corto animado que utiliza la técnica de stop motion. Mediante sus personajes animados, hechos a base de cerámica en frío y plastilina, se busca generar empatía para entender la difícil situación que aqueja a muchas familias. Detrás del proyecto está un equipo multidisciplinario conformado por Daniel Dillon, Aldo Callegari y Miguel Villaseca.
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“A pesar de las desgracias, se puede salir adelante e iniciar una nueva vida. Es necesario conocer la realidad que estamos viviendo, pero también saber que con fuerza y valor se pueden superar los obstáculos”, añade Miguel sobre la serie de cortometrajes que se pueden ver de forma gratuita a través de YouTube.
ENFOQUE SOCIAL
La producción del proyecto estuvo a cargo del Centro Cultural ESCAPE, una organización social que trabaja desde el “arteducación” y toma como base la diversidad y la importancia de la identidad, contribuyendo al establecimiento de situaciones de equidad, respeto y tolerancia.
“Nuestro Centro Cultural fue beneficiado con el financiamiento de Innóvate Perú, (Unidad del Ministerio de la Producción que ofrece fondos no reembolsables para el desarrollo de innovación por parte de organizaciones privadas) así que, con este recurso económico como parte de una producción, cuyo mayor monto y valor de inversión se encuentra en los recursos humanos que nos brindaron nuestros colaboradores y artistas, es que pudimos emprender la fascinante pero laboriosa y delicada tarea de realizar este producto fílmico que presentamos humildemente ahora, después de cuatro meses de trabajo intenso, al público en general”, explica Miguel Villaseca, director de la organización.
ESCAPE entiende por “arteducación” los procesos artísticos que en sus diversas expresiones y lenguajes se encuentran con una educación centrada en una formación del ser como un individuo con identidad propia y social. En consecuencia, atienden proyectos teórico-prácticos de los que se desprendan experiencias integradoras, creativas y socializadoras.
Esto con el fin de fomentar una conciencia política y así potenciar nuestro sentido crítico, a la vez que nos hace más sensibles y capaces de ver el futuro con optimismo. //