Fueron las noticias que leía sobre lo que sucedía en Milán y Nueva York, tras el paso del nuevo coronavirus por esas ciudades en febrero pasado, lo que puso en alerta al doctor en Economía y profesor de la Universidad de California Kristian López Vargas (Cusco, 1978). Ese ‘tsunami’ devastador iba a llegar a América Latina, al Perú, y no podía quedarse sin hacer algo. Entonces dictaba clases de microeconomía y dirigía talleres de economía experimental, actividades que dejó para regresar a Lima a poner manos a la obra, y también a cuidar a sus padres. Aquí contactó a todos los colegas con los que había trabajado en diversas entidades estatales antes de partir con una beca Fulbright a estudiar a los Estados Unidos. Decepcionante fue la sorpresa que se llevó, cuenta, cuando uno a uno comenzaron a informarle de que el Gobierno no tenía claro cómo iba a enfrentar la pandemia. Se dispuso, pues, a ofrecer su ayuda gratuita para apoyar desde algún frente. Hoy, junto a un equipo de más de diez reconocidos científicos peruanos, con formación y experiencia aquí y en el extranjero, trabaja en la concepción de una aplicación que permita el trazado digital de contactos, y así ayudar a contener la emergencia sanitaria. Somos conversó con él sobre el divorcio que existe entre la comunidad científica y el Estado, además del proyecto que codirige y las expectativas de la tan ansiada vacuna.
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