La noche del 24 de setiembre el subteniente de bomberos Alejandro Reynaga llegó a cumplir su rutina al cuartel de su compañía, en La Victoria, pero un hecho raro llamó su atención ni bien bajó de la moto: el perro no salió a recibirlo. Ese día no hubo caravanas ni movidas de cola protocolares por parte de Zeus, el perrito de su escuadrón, al que querían como se quiere a la familia, sin condiciones. A una hora para la medianoche, alarmado por la ausencia, Reynaga salió a buscar al animal en su motocicleta. Recorrió durante hora y media las calles del distrito hasta que regresó cansado a su base. A esa hora informó a sus jefes lo que temía: Zeus se había perdido.
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Lo que no sabían los bomberos entonces es que, más que perdido, a Zeus se lo habían robado. Las cámaras de Mi Barrunto, famosa cebichería ubicada justo al frente del local de la compañía, no dejaban espacio para dudas cuando las consultaron al día siguiente: a las 9:35pm un auto Nissan Almera pasó frente a la puerta de la bomba. Entró por el Jr. Cisneros y al cruzar Sebastián Barranca se detuvo. El video no tiene audio pero se puede entender que alguien al interior del auto llama al animal, que descansaba en la puerta. Este se acerca al vehículo y por un momento parece eufórico, como si conociera al tripulante. La puerta de atrás se abre y una mano lo toma por la correa y lo hace entrar. Es la última imagen que los bomberos tienen de su perro.
UN CUARTEL VACÍO
Tres semanas antes de su inexplicable desaparición, Zeus era el animal más feliz de La Victoria. Allí donde otros cuadrúpedos tienen un único humano, que es la medida de su felicidad, nuestro héroe tenía más de cincuenta bomberos que se preocupaban por él, le compraban croquetas finas y lo engreían con una cama flotante de regalo, con soportes de aluminio y felpa hipoalergénica. Era el mejor reemplazo para los trapos sobre los que igual dormía contento, como toda mascota generosa. Era una cama roja y hoy día es el único recuerdo que tienen de él en la estación, el más triste, sin duda, anota Juan Ramos, el comandante de la British Fire Brigade Victoria 8, que así se llamaba la compañía fundada en 1873.
El rincón de Zeus es como una herida abierta en el edificio por el que algunos evitan pasar. “Zeus era la alegría de la compañía y ahora se siente un vacío. A todos nos está afectando”, anota Ramos. Los bomberos, sin descuidar sus tareas habituales y dominando el estrés, han iniciado una cruzada de búsqueda de su perro. Se han paseado por todos los medios pidiendo ayuda, además de repartirse el seguimiento de pistas. Algunos se han ido hasta Comas, otros a Surco, atendiendo a llamadas de personas que creen haberlo avistado. “¿Quién quiere robarse a un perrito, que es cruzado y encima está castrado y no lo pueden usar para reproducción? No lo entendemos”, piensa Ramos. La cosa es tan absurda que nunca se la hubieran planteado ni como posibilidad en el pasado.
EL PERRO QUE AMABA JUGAR CON EL AGUA
Zeus legó a la compañía un 30 de agosto del 2018. La fecha la recuerdan bien porque esa vez se celebraba el Día del Bombero Vitalicio y tomaron su presencia como una señal. En el pasado, la compañía había tenido dos mascotas perrunas, el más antiguo “Fuego” y “Halligan”, el más reciente, que acompañó a los bomberos de La Victoria 8 hace más de diez años. Como suele pasar, a la muerte de la última resolvieron no tener más perros, porque el cariño hacia un animal es irremplazable, como lo están comprobando ahora. Igual Zeus demostró, ni bien llegó, que era especial. Hasta parecía predestinado para estar en ese lugar de apagadores de incendios por la forma tan vehemente con la que jugaba con el agua.
Zeus arribó a La Victoria de la mano de una postulante que lo terminó donando a la institución, aseguran en la compañía, cuando no se pudo hacer cargo de él. En la compañía lo recibieron con felicidad y le pagaron los veterinarios para su desparasitación, para la vez que le salió alergia en la piel y también cuando llegó la hora de esterilizarlo. El perro respondía a esas cuidados con muestras de cariño hacia sus humanos y a los hijos de estos, cuando lo iban a visitar. Hasta el alcalde George Forsyth, bombero honorario del lugar, lo recuerda como un ser juguetón y leal. Él ha sido uno de los preocupados con el destino de Zeus, compartiendo la denuncia de su desaparición en redes sociales.
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“Su presencia era una felicidad para todos nosotros, que muchas veces venimos cansados al turno, pero solo verlo a él acá nos quitaba todas las malas vibras”, recuerda Claudia Reynaga, otra miembro de la compañía que está abatida con la desaparición de su engreído. Su recuerdo favorito con él es de la vez que, junto a otros compañeros bomberos, lo llevaron a que conociera la playa. Ese día Zeus corrió y jugó con el agua, su elemento favorito, hasta quedar agotado.
Cuando Zeus desapareció, algunos en la bomba pensaron que la antigua dueña del animalito podría tener alguna pista sobre su paradero. Lo pensaron porque en el pasado la postulante se llevó al can a su casa sin avisar, afirma el comandante. Aunque negó tenerlo, días después Zeus apareció en su domicilio. De momento, el caso de. can está siendo investigado por la Policía Nacional del Perú y se espera que pronto las investigaciones den frutos.
Los bomberos, mientras tanto, han logrado identificar a la dueña del taxi que se llevó a Zeus. Esta persona se comunicó con ellos para decirles que no tenía nada que ver con el destino de su mascota, que ella solo es la que alquila el vehículo. En manos de la PNP está llegar al desenlace que todos esperan: la ubicación del paradero de Zeus y su retorno a la compañía. Los bomberos de la Victoria 8 siguen recabando indicios y han habilitado las líneas 3245858 y 994538094 para cualquier información que pueda ayudarlos a recuperar a su amigo querido. Todo dato cuenta. //
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