Miss Laurita es profesora de arte y teatro en un colegio de Lima. También dicta talleres de actuación y música para niños. (Fotos: Difusión)
Miss Laurita es profesora de arte y teatro en un colegio de Lima. También dicta talleres de actuación y música para niños. (Fotos: Difusión)

- Miss Laurita, ¿me pasa el color “piel”, por favor? – preguntó una de sus alumnas a la maestra.

- ¿Y qué color es ese? – le contestó ella.

- El rosadito, pues, miss...

- ¿Y tú me pasas el color pelo? ¿Y el color oreja, por favor? No hay un solo color de piel, pequeña. Son muchos y eso hace que la vida sea más linda e interesante. Los seres humanos somos muy distintos entre sí e igual de valiosos. ¿Entiendes lo que quiero decir?

Acompañar a los niños en estos tiempos difíciles a través de la música. Esa es la misión de vocación que la misma educadora se ha planteado.
Acompañar a los niños en estos tiempos difíciles a través de la música. Esa es la misión de vocación que la misma educadora se ha planteado.

Ese diálogo, en un salón de clase, hace varios años, dio origen a que la profesora de educación inicial y actriz Laura del Busto compusiera la canción Qué aburrido. Qué importa si te equivocas, en cambio, fue un tema que concibió inspirada en el caso de una estudiante suya que no tenía paciencia. Habla de la resiliencia, de esperar, de no abandonar las tareas encomendadas. Mientras que El pop del planeta reflexiona sobre el cuidado que debemos tener con el lugar que habitamos y El rap de colegio sobre la transición que se hace del nido a la escuela. La experiencia de tantos años trabajando con niñas y niños, pues, le han valido a la Miss Laurita -como también se le conoce- armar un proyecto musical que reúne estas piezas mediante las cuales ellos puedan tomar conciencia de sus emociones. Un ejercicio tan necesario para la salud mental de los más chiquitos en estos difíciles tiempos. Aquel se llama Patatús.

Patatús es, fundamentalmente, un disco doble que reúne más de 20 canciones creadas para acompañar emocionalmente a los chicos y chicas de acuerdo a distintas temáticas y circunstancias. Pero también es un concierto que doy todos los domingos a las 11.30 am de forma gratuita y virtual del mismo nombre. Esta actividad se llama “La hora Patatús” y en ella cantamos, leemos y escuchamos cuentos, bailamos. En fin, realizamos actividades que distraigan a los chicos encerrados por la cuarentena y que a la par los haga meditar sobre cómo se sienten relacionado a ello y en general”, cuenta Laura a Somos.

La letra, continúa explicando ella, está pensada en los niños, pero los ritmos y las melodías, también en los adultos. “La idea es que papás e hijos canten juntos las canciones, las compartan. Por los comentarios que recibo todo el tiempo, parece que lo estamos consiguiendo”, detalla. Artistas como Marzo Zunino y Miguel Álvarez la han acompañado en la interpretación de algunos temas y en la grabación de sus respectivos videos.


“Mi música no está a la venta, sino al alcance de todos en las plataformas digitales. No quiero generar lucro con esto, en verdad me preocupa por lo que están atravesando los niños con esta coyuntura. Estar guardados en casa, el domingo totalmente encerrados, es muy duro para ellos. Para todos. Si en algo puedo ayudar a que procesen sus emociones, pues lo hago contenta. Me he criado en una familia de educadores, es una cuestión de vocación”, afirma.

En "La hora Patatús", Miss Laurita no solo canta, también cuenta cuentos. Se presenta gratis  todos los domingos a las 11:30 am por el Facebook de Patatús.
En "La hora Patatús", Miss Laurita no solo canta, también cuenta cuentos. Se presenta gratis todos los domingos a las 11:30 am por el Facebook de Patatús.

El primero de los dos discos que forman parte de Patatús está disponible en Spotify y Itunes. . Cada canción consignada en el segundo de ellos se está estrenando los domingos por el streaming. Así que ya sabes, papá, mamá. Arma tu lista y pon la alarma el fin de semana. Una canción de la Miss Laurita puede terminar siendo una gran herramienta para los momentos de incertidumbre. Y, claro, en la vida. //

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