Rui Pereira ha reflexionado mucho estos meses de cuarentena. Pensamientos liderados por miedo por saber qué va a pasar con su trabajo y con la industria musical de la que forma parte desde hace casi una década, aparecían recurrentemente. Lo ayudó llevar terapia para tratar su ansiedad y plasmar sus demonios en un papel, cuyos escritos fueron tomando forma de canciones. Un día, vio en Instagram una publicación de una reconocida influencer viajera. En su publicación hubo una frase que captó su atención: el viaje es hacia adentro. Volvió a (re)conectarse con él mismo y encontró algunas respuestas. Se puso, pues, manos a la obra junto con Sandro Labenita y Genko Gutiérrez para que Tourista se adapte a los cambios.
Como sucede en tiempos de aislamiento social, el encuentro con el cantante se dio por videollamada de WhatsApp. Al otro lado de la pantalla, desde su estudio, aparece Rui, que viste un polo negro. Tiene la barba recortada y lleva puestos los lentes negros de siempre. En estos meses, la agrupación nacional lanzó un videclip, ha producido una nueva línea de ropa próxima a anunciarse en sus redes sociales y, el más reciente, regresaron a los escenarios para un concierto virtual que será transmitido este 29 de agosto.
¿Cómo viviste a nivel personal la cuarentena?
Al principio fue difícil. Siempre he sufrido de ansiedad. Lo más saludable es llevar algún tipo de terapia y eso me ha servido mucho. Tuve todo un proceso de autoanálisis: quién soy, qué provoca la ansiedad, cuáles son mis objetivos. Cuando uno empieza a (re)conocerse y presta atención a esos detalles, influyen en una obra artística. Todo este aprendizaje lo estoy trasmitiendo en las canciones del nuevo álbum. Por otro lado, estoy siendo menos condescendiente en algunos aspectos. A veces he caído en eso con la opinión pública. En la medida que aprendo de mí y me siento más seguro de quien soy, no me da tanto miedo de expresarme.
La opinión pública tuvo comentarios polarizados cuando salió Fantasmas (2019) por el hecho de combinar el rock con sonidos urbanos. ¿A qué crees que se deba esa actitud reacia a la fusión?
Somos un país muy conservador. Toda esta cultura de valorar lo antaño o de que el tiempo pasado fue mejor, tiene que ver con el miedo al cambio. Cuando recién aparecimos con Déficit de atención (2012), el EP tenía un sonido fresco para la oferta nacional de ese entonces. Al inicio fue de “qué se creen esos hípsters” [risas]. Con el tiempo, empezaron a aceptarlo. Luego lanzamos un álbum [Colores Paganos, 2016] que fusionaba sonidos peruanos y latinoamericanos. “Uy, ahora quieren ser una banda de cumbia”. Después de varios años, se engancharon. Ahora nos está pasando exactamente lo mismo. La gente se está acostumbrando a la fusión. Eso hace que poco a poco nos vayamos alineando a lo que pasa en el resto de la región como en México, Chile, Argentina o Colombia, pero aún hay una brecha que debemos ir nivelando.
Hace unos días un ‘hacker cultural’ me decía que el purismo ha dañado (y lo sigue haciendo) a la industria. ¿Qué puede hacer el oyente para no caer en eso y nivelar esa brecha que mencionas?
Que no guste algo, todo bien. Hay un tema de libertad. Pero no aceptarlo es intolerancia. El arte busca romper con la intolerancia. Si como oyente me enfrento a algo nuevo, tengo que analizar qué hace que lo rechace de esa manera. Es importante también que los medios de comunicación empoderen la oferta actual. Para que los artistas, que hoy en día están creando contenido, puedan integrarse a este sistema de desarrollo, es importante que las entidades estatales empiecen a entenderlos como creadores de productos que pueden fortalecer la economía. Si el Estado está invirtiendo en el arte, debe haber un retorno con creces para todos. El arte está dentro de los parámetros del desarrollo cultural, sí, y también de lo económico.
Por estos meses debutaste como director musical y desde casa. ¿Qué te animo a hacerlo?
Siempre he querido hacer un video para la banda, pero nunca me atreví. Cuando empezó la cuarentena, conversé con Nico Saba -de Kanaku y el Tigre- que es muy amigo mío y me dijo que estaba haciendo un video para una canción que habían compuesto también en cuarentena, que lo iba a sacar en las redes de la banda y que le pase una grabación. Eso activó esta llamita de hacer mi video. Se lo propuse a Johan [el mánager] y a la banda, y les gustó. Quería transmitir de una manera poética lo que estamos viviendo .
¿Por qué eligieron ‘Este Fuego’?
Es una canción que nos gustaba mucho, pero no era un hit comercial o que -desde el lado promocional- uno tiende a elegir. Cuando la lanzamos, la temática iba por un lado, pero bajo este contexto tomó otro significado y conectó perfecto. Dijimos “este es el contexto ideal para hacer lo que nos da la gana”. Lo disfruté mucho. Sandro y Genko propusieron algunas cosas también y quedó muy bien. El resultado nos gustó mucho.
Los shows por streaming se están imponiendo como la “nueva normalidad” para los músicos. ¿Cómo han tomado este cambio?
Es imposible tener la respuesta del público de festival o concierto a través de un celular o computadora. Extraño muchísimo eso. Pero no hay que ver este cambio con pena, sino como una oportunidad de descubrir una nueva manera de expresarnos; de afinar nuestros skills como artistas; de conectar con el público. Lo que sí me ha pasado es que cuando he hecho lives acústicos en Instagram, me distraen mucho los comentarios. Leo algo que me da risa y corto la canción. Es distinto simplemente. Estamos entusiasmados de ver -cuando haya posibilidad de un concierto presencial- cómo esto que hemos aprendido aporta al show.
Su regreso al escenario debe haber sido bastante emotivo. ¿Se habían visto antes de eso?
Nos juntamos unos días antes para ensayar en casa de Sandro. Armamos un home studio y fue raro vernos. Primero que nada nos conectamos como amigos. Luego ya nos pusimos a ensayar y la pasamos bien. El día del show fue eso amplificado por mil porque nos juntamos con nuestra familia, que no veíamos hace mucho. Ensayamos en formato electroacústico antes de subir al escenario y seguramente se va a notar que la cosa está un poco punk [risas]. Lo chévere fue que la distribución de nosotros en el escenario [sonríe mientras rememora] era como de un triángulo. Nos queremos mucho pero nos jodemos todo el día. Creo que es una oportunidad para que el público nos conozca de una manera más íntima.
El nuevo disco también va a ser bastante íntimo. ¿Qué estilo musical va a primar? ¿Tienen un estimado de cuándo podría estar saliendo?
A nivel sonoro, la cosa está cada vez más difícil de desglosar. Si tuviera que hacer una lista de las referencias que estamos incluyendo: desde el lado rock está un poco más pesado (las guitarras tienen más distorsión y peso); desde el lado electrónico, está alineado al EDM (música de baile electrónica) pop; y por el lado urbano, los sonidos se han estilizado. Me estoy dando la libertad y oportunidad de jugar más con las rimas, la parte más rapeada. Hay momentos cantados también. Puedes encontrar desde una canción que fusiona rock alternativo noventero con una batería trap y una voz que mezcla las dos cosas. Estamos usando samples como tributo a artistas que hemos seguido cuando éramos más chicos. Hay una mezcla de todo [risas]. Está un poco más oscuro, desde el lado melódico hasta las letras. La mayoría de canciones las escribí en esta primera etapa de cuarentena. He plasmado mis propios demonios en el nuevo álbum. Sigo componiendo y ahora son un poquito más luminosas, pero no quiero perder esta línea oscura. Estas nuevas canciones forman parte de una misma actitud. Seguramente para el próximo año vamos a ir sacando single por single cada dos meses. //
DATO
El concierto de Tourista será transmitido el sábado 29 de agosto, a partir de las 7 p.m. como parte de “Musik Shots” a través del Fanpage Dermusikplatz: https://www.facebook.com/dermusikplatz
Creado con la intención de descubrir y apoyar a los nuevos talentos de la música en América Latina, MusikPlatz es un proyecto apoyado por Jägermeister como parte de la iniciativa #SaveTheNight, a través de la cual colabora con artistas, bartenders y creativos del mundo para que se mantengan conectados a través del arte durante esta nueva realidad.