Cuando llegó la pandemia, las esperanzas de hacer temporadas de circo en La Tarumba se cayeron, lo mismo que los conciertos y todos los eventos privados donde Pudy Ballumbrosio solía ser contratado como percusionista. El talentoso músico de El Carmen estudió diseño gráfico como parte de un sueño que albergó desde niño cuando en el hogar dibujaba aviones y zapatillas. Una vez egresado desarrolló la marca de prendas de vestir Habla Cumpa, para difundir frases populares de El Carmen. Sus polos sueñen llevar frases como “Si tumbas tu palo, verás cómo lo cargas” que significa si tú causaste el problema deberás resolverlo.
Entonces surgió la idea de dar clases vía zoom de lettering, el arte de crear letras hermosas. Pudy ya había tenido experiencia dando clases de lettering presenciales y sus años como profesor de música en el colegio Franco Peruano desde el 2003 le dieron un método pedagógico. Es así que en mayo del 2020 comenzó a dar clases a un pequeño grupo de madres con ganas de desestresarse con el arte de escribir bonito. Luego se sumaron grupos de niñas y también de emprendedores que deseaban imprimir un sello elegante a las pizarras de sus negocios y a sus productos personalizados. Hasta la fecha el menor de los Ballumbrosio (junto a su mellizo Roberto) va dando clases a unas cien personas.
MIRA: Empezó con S/500 y hoy tiene 5 marcas de comida por delivery: esta es la historia de La Pastana y los consejos de su creador para triunfar
Miguel Ballumbrosio estudió repostería y panadería en España y trabajó en turismo gastronómico en ese país y en la vecina Francia, donde también aprendió a preparar postres irresistibles. Tenía la fórmula del mejor pan del mundo grabada en la cabeza pero jamás se le ocurrió que se convertiría en un medio de subsistencia. Cuando llegó la pandemia tuvo que cerrar su local que funcionaba como centro cultural sin fines de lucro pero también como sala de conciertos que alquilaban artistas llegados de otras ciudades. Sin ingresos económicos ligados a la música, se le ocurrió probar suerte con los panes artesanales.
Son cada vez más requeridos en los condominios residenciales que rodean a El Carmen. Los grandes bollos de harina y especias de 800 gramos no son productos de la improvisación. Y es que Al inicio sus vecinos de El Carmen no se veían muy acostumbrados a esos panes enormes. Pero ahora sus productos vuelan apenas salen del horno. Incluso con su esposa francesa Sylvie Rouvreau atiende pedidos casi semanales a Lima. La gente pide sobre todo los panes de aceituna, de ajo y cebolla, las pizzas y foccacias.
Lucy Ballumbrosio, unas de las mejores bailarinas y también diseñadoras de modas de Chincha, tuvo que enfrentar la pandemia y la imposibilidad de trabajar en el folklor afroperuano. Y lo hizo de una manera muy práctica. Con los retazos y telas que había guardado de sus anteriores colecciones se puso a coser mascarillas con colores típicos de los países africanos. Fue un boom en El Carmen. Sus hermanos fueron sus principales clientes y modelos. Pero ese éxito desgraciadamente se acabó cuando sus telas importadas de África se acabaron. Intentó usar telas nacionales pero no tenían los mismos diseños y el resultado no fue el mismo.
Entonces Lucy empezó a reparar ropa como una simple costurera. Sin embargo, se dio cuenta que recibir clientes en su casa era un peligro para ella y su familia.
LEE: Christian Meier te cuenta la historia detrás de la creación de “Carreteras Mojadas”, 25 años después
Su siguiente opción fue trabajar en la agricultura. Volver al campo como sus padres y abuelos. Son tiempos duros que la bella Lucy enfrenta con hidalguía y espiritualidad. “Es lo que hay. Nos toca adaptarnos a esta vida y no caer en la desesperación”, dice. Asegura que sus espíritus y ángeles siempre la acompañan cuando sale al campo sea en un transporte, caminando o en bicicleta. “Tengo dos hijos por los cuales luchar. No puedo darme el lujo de quedarme parada”.
En la cosecha ha tenido la oportunidad de encontrarse con otras mujeres que nunca habían hecho ese tipo de trabajo, enfermeras, amas de casa, por ejemplo. Esa experiencia la ha motivado a empezar un proyecto, un libro que recogerá la sabiduría que ha encontrado en ellas y en la gente que trabaja con la tierra.
Maribel Ballumbrosio siempre ha sido vista como una extraordinaria bailarina y directora de conjuntos de danza afroperuana en El Carmen. Una activa mujer y madre que irradia felicidad con su bella sonrisa. Cuando el 2001 su padre, don Amador Ballumbrosio, cayó enfermo a raíz de un accidente cerebrovascular, ella se dedicó a aprender las técnicas básicas para cuidar a un paciente. Quería que su padre recibiera una cariñosa atención en casa. “En El Carmen es muy difícil encontrar atención médica en la madrugada en caso un enfermo se ponga grave”, dice.
El 2014, años después de la muerte de Amador, el párroco del pueblo formó un pequeño grupo de personas solidarias llamado “Pastoral de Salud” que tenía la misión de ayudar a los ancianos llevándoles medicamento, víveres y brindarles compañía en sus hogares.
En esta pandemia, Maribel se ofreció como voluntaria para realizar tareas preventivas en la población, por ejemplo control de la presión arterial a domicilio, con todos los implementos de bioseguridad.
La pandemia la obligó a dejar de ofrecer hospedaje a estudiantes de música, por razones de prevención. Y es que hasta el año pasado aún estaba con vida su madre, doña Adelina Guadalupe, y ella no podía correr el riesgo de contagiarse.
Sin ese ingreso, tuvo que buscar trabajo limpiando casas en los condominios vecinos. “El baile es mi vida”, dice. Pero su misión, terminada la labor diaria, es llevar salud y esperanza a su gente.
Dos de los mayores orgullos de Chebo Ballumbrosio han sido trabajar como profesor en el colegio Los Reyes Rojos y ser el director musical de La Tarumba, dos ocupaciones que se vieron afectadas en estos meses de restricciones y confinamiento. El hijo mayor de don Amador Ballumbrosio y líder de la banda Cimarrones, tuvo que replantear su vida, reflexionar sobre cuál debe ser el papel de un artista en esta pandemia.
“Esta pandemia me ha enseñado a mantener el control sobre qué es vivir y ser un artista. Escribo mucho. También pinto y bailo. He tratado de ordenar varios escritos para publicarlos más adelante”, señala. Y es que los años de La Tarumba le impidieron llevar a cabo este deseo.
El gran violinista, percusionista y zapateador ahora brinda talleres virtuales desde su hermosa casa de Chorrillos, llena de instrumentos musicales y objetos mágicos.
Da clases de zapateo y cajón, pero también habla de las vivencias de un artista, la experiencia de ser un Ballumbrosio. “Enseño un poco a valorar la vida, la libertad, el amor, todas estas cosas que nos hacen mejores seres humanos. Hay limitaciones técnicas pero hay una conexión maravillosa que todavía me permite llevar mi arte a través de la distancia”, dice.
Roberto Ballumbrosio, el mellizo de Pudy, siempre vivió en un ambiente de música y danza que lo convirtió en un músico y zapateador a prueba de todo, pero tener madre, tías y hermanas con buena sazón le permitió aprender los secretos de la buena cocina a fogón.
Su madre, doña Adelina, se mandaba con tremendos potajes, dice Roberto. “Era buena para la comida china; preparaba un excelente saltado de verduras chinas, y su chancho al ostión era tremendo golazo. Lo que me marcó fue verla cocinar seco de raya o seco de pescado. Le quedaba bien rico”, añade.
Pero a doña Adelina le salió competencia. “El rico seco con frejoles, preparado por mis hermanas Maribel y Marcela Ballumbrosio, es el plato favorito de Miki Gonzales”.
MIRA: Mitocondria: la científica influencer que te explica cómo luchar contra las “fake news”
Ahora el entusiasta Roberto Ballumbrosio brinda clases de cocina donde comparte muchos de sus secretos. Puede visitarlo en @chefaproperuano en Instagram.
“Actualmente por la coyuntura ya no estoy tocando ni danzando, trato de salir adelante con este proyecto gastronómico y así reinventarme para ayudar a las personas que no saben cocinar y también a las personas que sí saben pero que quieren conocer más. Sé que pronto se reabrirán los espacios culturales y volveremos con toda la alegría y buen humor”, finaliza.
Camilo es otro de los músicos y zapateadores del clan Ballumbrosio, también de para por la cancelación de proyectos musicales y las funciones en La Tarumba. Pero lo que pocos saben es que Camilo (estrella en el documental ‘Sigo siendo’, de Corcuera), es un gran chef formado en Europa.
Ya radicado en Chincha, atendía su propia cevichería con bastante éxito. Pero la pandemia lo obligó a cerrarla desde marzo del 2020. Durante unos meses se dedicó al trabajo en el campo. Cosechaba frutas que transformaba en postres que los vendía a pedido. Pero hace unos meses tomó la decisión de mudarse a Lima para concretar un proyecto de cocina y delivery. Su plato estrella es la tortilla española o tortilla de papas, un plato que aprendió a elaborar con excelencia en la madre patria.
MIRA TAMBIÉN: Christian Meier te cuenta la historia detrás de la creación de “Carreteras Mojadas”, 25 años después
“En el restaurante donde trabaja me pusieron como misión preparar solamente tortilla española. Hacía cerca de 20 cada día, y los mismos españoles me la elogiaban”, recuerda.
El gigante de los Ballumbrosio también prepara cocina mediterránea y por supuesto comida peruana. Platos que él mismo entrega. Recibe pedidos con un día de anticipación y se da el tiempo para trabajar con la debida tranquilidad y paciencia.
“Este ha sido mi cambio. Atender a mi público en su propia casa”. //
VIDEO RECOMENDADO
Contenido Sugerido
Contenido GEC