De todas las tristezas posibles, a Gunter Rave le ha tocado la más grande, la más cruel. Gunter Rave conoce el cauce de todos los huaycos que destruyen Chaclacayo, las miserias que deja un terremoto en la pobreza, las caras de cientos de terroristas MRTA, SL o NNs; sabe quién es delincuente con corbata o piraña en zapatillas. Sabe porque lo ha visto, lo ha pisado, los ha entrevistado. Conoce el profundo sótano de la angustia. Pero hay algo más doloroso aún que todo eso, tengas 15 minutos en el oficio o casi 30 años como reportero de calle, el caso de este hombre. Todos los días, Gunter Rave sale de su casa, protegido como si fuera astronauta, mete al bolsillo el micrófono inalámbrico de América Noticias y ya no puede ocultar esa tristeza de cuarentena.
Este viernes, en uno de los enésimos enlaces en vivo de sus enésimos rastrillajes por la ciudad, ya no pudo contestarle más a una conductora y se quebró. Solo los obispos y los periodistas se ponen camisa para contar de una muerte. Hace rato deberíamos saberlo.
Así es este trabajo. Y aunque no crean, se elige. Lunes a la mañana o domingo en la noche, Gunter Rave se sube a la unidad móvil y se va sin poder abrazar a su madre, la persona con la que vive. Abrazar podría ser contagiar, abrazar podría ser condenar. Ocho horas después volverá a su departamento tras contarle al Perú cómo se muere Lima por el coronavirus (1), y cerrará la puerta sabiendo por qué. No hay mayor tristeza que esa hoy.
(1) Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el covid-19.
¿POR QUÉ GUNTER RAVE ES TENDENCIA?
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Gunter Rave calza en la idea universitaria que uno tiene del oficio: le gusta estar en la calle, le gusta salir. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad San Antonio Abad y en Lima terminó Comunicación Audiovisual. Entró a Panamericana TV en 1994, donde llegó a ser conductor en el matutino más visto de los 80, Buenos Días, Perú (2003-2007). Le ha pasado de todo: ha sido felicitado alguna vez por Unicef, lo han confundido en el Emporio de Gamarra con el alcalde George Forsyth, ha viajado con el presidente Alejandro Toledo por todo el mundo. Ha sido protagonista de El Buho, la columna más leída de país en el diario Trome, ha confundido un olluco por una papa en un mercado, ha subido a Ticlio Chico -y sus 5 grados en invierno- vestido solo con su casaca John Holden decenas de veces. Una vez le pidió a una viuda, con esa cortesía virreynal que conserva, las fotos familiares del difunto para graficar su nota, práctica usual. Al día siguiente, él mismo se las devolvió. “En 1996 trabajaba en Red Global -le dijo hace unos días al diario Trome- y tenía que entrevistar a Jorge Santistevan de Noriega, defensor del Pueblo. Lo buscamos en la Embajada de Japón y justo cuando íbamos a hablar explotó una bomba”. Sabe quechua pues nació en el Cusco. No sabe enamorar por whatsapp. Es de la cuadrilla veinte del Señor de los Milagros y tiene el honor de guardarlo todos los años. Usaba unas muy discutibles camisas celestes con corbatas de tonos amarillos en su tiempo de conductor pero como no se sentía cómodo, volvió a la calle con polos camiseros y jeans.
Así han pasado ya, exactamente, 26 años. Lo único extraño es que a veces lo llaman Gunter y otras, Gunther.
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Alvina Ruiz es presentadora de TV en canal 4 y conoce a Gunter hace 20 años, cuando menos, desde la época en que ella salía corriendo de las clases del Taller de Periodismo de TV en la USMP, ese viejo edificio en la avenida Brasil. Le he escrito tarde a la noche por whatsapp, preguntándole por Gunter. No por el hombre que es tendencia, al contrario: por el que nadie ve cuando enseña. “Cuando empecé como practicante Gunter ya era un reportero con experiencia. Siempre amable, de un humor envidiable, nos hicimos buenos compañeros porque además, él cusqueño, yo juanjuina, conjugaba cierta complicidad”.
Antes de usar sastre y pasar por la maquilladora, Alvina fue (es) reportera de enlaces en vivo, de esas que sube cerros como alpinista más que periodista. Como Gunter. Y como los periodistas se conocen en la calle y allí se hacen cómplices de todos sus secretos, acaso el más entrañable que recuerda con Rave es el huarique de los almuerzos al paso. “Compartíamos un menú en esa época y la cocinera siempre me encargaba darle saludos al joven ‘Bunker’. Yo no entendía hasta que la capté. El joven Gunter era el joven ‘Bunker’. Por mucho tiempo lo llamamos El Gran Bunker. Te imaginas, yo era asistente por ese tiempo de Gunter, cada cosa que me decía la absorbía cual esponja. Aun en la peor época de Panamericana TV seguíamos saliendo a cubrir notas con la misma fuerza y buen humor”.
Veinteseis años de secretos hay en ese Gran Bunker.
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Hizo deportes una década y rápido se distinguió entre los colegas de su promoción por dos cosas: 1) Su facilidad para conseguir un teléfono imposible. Y 2) Un guión para sus reportajes que cruzaban la ironía, el suspenso y una voz que le sale del diafragma y se distorsiona en la garganta. Fernando Llanos es reportero de América TV y conductor del matinal del mismo canal los domingos. Él recuerda un episodio que define mejor lo que las redes sociales gritan, casi siempre sin saber. "El día del terremoto de Pisco, en 2007, Gunter era conductor del noticiero de la mañana en canal 5. El sismo fue por la tarde. Pocos minutos después, él se apareció en el canal, un canal que estaba en su peor crisis, donde faltaba todo pero eso sí, nos sobraba carácter. Llego, fue a buscar a Alejandro Guerrero -director de noticias en esos años- y como buen soldado, le dijo: “Aquí estoy”.
En ese canal y en esos años, los periodistas no cobraban, no había equipos, pero cada día sus reporteros salían a cubrir una noticia como si se tratara de la BBC.
Un año después, aún en Panamericana y en el cruce de Arenales y Mariano Carranza, Gunter Rave disimuló estoico la sorpresiva irrupción de uno de esos soldados impagos que le puso un cartel a su microondas, gritando: “Genaro, págame lo que me debes”.
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Como Batman y Robin, como Bonnie and Clyde, los reporteros que salen delante de cámaras tiene su guardaespaldas, su 911: su camarógrafo. El hombre que se sube a cualquier techo para encontrar la toma ideal, o convence al portero del juzgado para que deje entreabierta la puerta y grabar al sospechoso. César Romero ha sido compañero de Gunter Rave por años y ahora, cuando una amiga periodista le escribe preguntándole por él, por sus años de sociedad, responde contando una historia de las miles de historias.
“Una vez estuvimos grabando la caída de los huaycos en Chosica y por encontrar la mejor toma, no me percaté de algo: el caudal venía muy fuerte que iba a llevarme. Quien sí lo vio es Gunter, que me jaló con fuerza y me salvó la vida”.
Es eso nomás este oficio, hasta que dure: un día salvas, otro día te va a salvar a ti.
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¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el covid-19.
En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.
¿Qué es la covid-19?
La covid-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.
El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.