Margareth Velazco. FOTO: Morfi Jiménez
Margareth Velazco. FOTO: Morfi Jiménez
Ana Núñez

Margareth Velazco aprendió a leer a los cuatro años, mientras se colaba en las clases que dictaba su madre a niños mayores que ella, de quienes también aprendió mucho. En casa, aunque no entendía ni pío sobre normas, leyes y conceptos jurídicos, la pequeña disfrutaba escuchar a su padre mientras este leía en voz alta libros referentes a su profesión, el Derecho. Era el año 1999 y en el lejano distrito de Yunguyo (Puno), allá donde el Perú y Bolivia son más vecinos que en ningún otro lado, un joven abogado y una maestra de primaria sentaban las bases de la formación educativa de una pequeña niña que hoy, 20 años después, tras haber pasado por un colegio de alto rendimiento y haber ganado una beca que le permitió estudiar en una universidad a la que los bajos recursos de su familia nunca le habrían permitido tener acceso, continúa con la misma hambre de conocimiento.

Esta es una historia de excelencia académica. Y humana. La historia de una joven que confirma todos aquellos viejos dichos que a veces se dicen de paporreta, pero que son ciertos. El que estudia, triunfa. Pero además es una historia sobre cómo no solo el Estado, sino también la empresa privada pueden contribuir enormemente al desarrollo de las sociedades. Sobre esto, Margareth nos cuenta cuáles son hasta ahora los dos principales puntos de inflección en su vida: el primero, cuando gracias a sus excelentes notas en el colegio Santa Rosa, en Puno, es invitada a postular al Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú, ahora Colegio de Alto Rendimiento-Lima. Ahí no solo recibió una educación con altos estándares de calidad, sino que fue un espacio donde conoció de primera mano “el Perú de todas las sangres”.

El segundo punto de inflexión fue cuando, al terminar el colegio en el primer puesto de su promoción, le dieron la noticia de que se había hecho acreedora de una beca integral de estudios, una iniciativa del programa de Becas BCP que tiene como objetivo facilitar el acceso a una educación superior de calidad a jóvenes talentos de escasos recursos económicos.

“El programa de Becas BCP provee a sus becarios de un acompañamiento psicopedagógico importante para adaptarnos a la vida universitaria, así como una serie de actividades donde podemos establecer contactos con personas que nos ayuden a insertarnos al mercado laboral. A partir de la beca tomé conciencia de que existen muchas oportunidades para cursos, congresos y programas de formación de jóvenes líderes, entre otros, que son financiados y gracias a los cuales pude conocer países como Argentina, Brasil, Colombia, Canadá, España y Francia, entre otros”, comenta.

Actualmente, Margareth elabora su tesis, mientras se involucra en proyectos que buscan que más jóvenes logren sus objetivos académicos. Ella es parte de las 25 mujeres emblemáticas que forman parte de la muestra fotográfica , organizada por El Comercio y patrocinada por Telefónica del Perú, y //

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