Ilustración: Víctor Aguilar. Textos: Óscar García
Ilustración: Víctor Aguilar. Textos: Óscar García
Oscar García

No todos tenemos recuerdos gratos del colegio. La frase que dio inicio al conversatorio Cero abuso: ¡No al acoso escolar!, organizado por Somos y el Jockey Plaza, resonó fuerte en el actor y director Bruno Ascenzo, presente en el lugar, en primera fila. Él había asistido para dar cuenta de lo que fueron sus días de uniforme, que están lejos de ser esa época mágica de la que muchos presumen. “El colegio fue una de las peores etapas de mi vida. No regresaría de ninguna manera”, aseguró ese día al auditorio que se había dado cita en las instalaciones del espacio comercial. La pesadilla de Ascenzo tenía nombre. Se le conoce como bullying o acoso escolar y es un mal que se cierne sobre miles de escolares peruanos todos los años, los cuales son hostilizados por sus compañeros y terminan siendo afectados en su rendimiento escolar e integridad física. Otro efecto pernicioso del bullying es que lesiona la autoestima. “Yo tuve que acostumbrarme a que me insulten, a que me traten mal, a que me miren o me hablen de una manera despectiva”, rememora el artista.

El evento fue público y transmitido en vivo por El Comercio.pe, como parte de la campaña que Somos y el Jockey Plaza han iniciado para empezar a hablar seriamente, desde la ciencias sociales y las instancias gubernamentales, acerca de qué es lo que está pasando en nuestra escuelas, por qué sucede y, sobre todo, cómo se puede parar.

El panel del conversatorio estuvo integrado por el psicólogo social Jorge Yamamoto, de la Universidad Católica y líder del grupo Bienestar y Productividad, quien expuso los últimos alcances sobre el bullying. Yamamoto recordó que existen cuatro actores principales en el acoso escolar: el acosador dominante, que es aceptado por el grupo; el espectador o miembro promedio; el victimizado y algo que denominó “acosador marginal”, alguien que agrede pero que no es aceptado por el grupo, y que puede tener características como historial de abuso y hasta rasgos psicopáticos.

DENUNCIA EL ACOSO
Yamamoto sostuvo que está convencido de que el bullying, aunque se ampara muchas veces en complejas estructuras sociales de competencia y de jeraquía, puede reducirse en las escuelas de una forma significativa con acciones de prevención básicas como adecuada vigilancia escolar, trabajo en la detección de acosadores marginales y algo mucho más importante: una fluida comunicación entre padres e hijos.

Daniel Anavitarte, cabeza de la Dirección de Calidad de la Gestión Escolar del Ministerio de Educación, por su parte, reveló las últimas cifras sobre violencia en las escuelas que maneja el Minedu, gracias a su plataforma SiSeVe. Esta permite, desde hace cinco años, recoger denuncias de forma anónima y confidencial sobre el tema a través de su portal on line (www.siseve.pe). Anavitarte anunció ese día la inauguración de la línea gratuita 0-800-76888, que permitirá a las víctimas y testigos de bullying poder reportar estos hechos, tanto en castellano como en quechua. Ahí serán atendidos por personal capacitado no solo para tramitar la denuncia, sino para darles apoyo, asesoría y empatía.

La gerente de marketing del Jockey Plaza, Claudia Aller, expuso en su tiempo sobre la campaña Colección: A Prueba de Bullying, una tienda pop up ubicada en el Barrio Jockey, en donde se puede apreciar los productos escolares “que uno nunca quisiera comprar a su hijo”. Por ejemplo, loncheras con candado, audífonos a prueba de insultos, lentes irrompibles etc. El mensaje detrás de la campaña es promover el debate sobre la convivencia en la escuela y qué se puede hacer como padres. //

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