Día del Trabajo | Imagine que ve un anuncio laboral y decide postular. La empresa se comunica con usted. Está con todos los deseos de aportar sus conocimientos a la empresa, pero unas interrogantes lo frenan: ¿Tiene pareja? ¿Tiene hijos? ¿Cómo planea distribuir su tiempo entre su trabajo y su familia? Esas son algunas de las preguntas que las mujeres deben responder en las entrevistas. Si consigue el puesto, probablemente gane menos que sus pares y las cifras así lo demuestran: según un estudio realizado en 2017 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú (INEI), las mujeres perciben un salario inferior en 25% al de los varones, pese a tener el mismo nivel educativo. La lucha por la visibilidad y equidad laboral; sin embargo, viene de décadas atrás.
POLÍTICA
Eran los años 30, cuando aún no teníamos derecho al voto, y una escritora decidió entrar a la política. Su anhelo: convertirse en presidenta. En su plan de gobierno promovía los derechos de la mujer, el apoyo a los sindicatos, la honradez en la administración pública, por mencionar algunos. Sin embargo, la ridiculizaron por su género, por ser madre soltera e indígena. Pasó a la historia de El Salvador como “Prudencia, la Loca”. Sin embargo, Prudencia Ayala es hoy reconocida como la primera mujer en América Latina que aspiró a la presidencia de un país.
El deseo de Prudencia se concretó -indirectamente- tres décadas después, en la remota Sri Lanka cuando Sirimavo Bandaranaike, se convirtió en la primera mujer en el mundo en asumir el cargo de primer ministro de un país. En la actualidad, hay países que tienen a una mujer como su máxima figura política, ya sea como presidenta o como primera ministra. Nombres como Angela Merkel (Alemania), Mette Frederiksen (Dinamarca), Sanna Marin (Finlandia), Halimah Yacob (Singapur) o Jacinda Ardern (Nueva Zelanda) saltan a la mente.
El panorama ha mejorado, sí, pero aún queda mucho por hacer. De acuerdo con la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU del año pasado, el 90% de los Jefes de Estado y de Gobierno son varones, al igual que el 76% de los parlamentarios. “Las mujeres deben demostrar a cada paso que son aptas, capaces, competentes”, agregó la presidenta de la Asamblea General, Maria Fernanda Espinosa.
CIENCIA
Si busca en Google “primer ser humano en el espacio”, en 0.52 segundos aparece el nombre de Yuri Gagarin, quien estuvo a bordo del Vostok 1 en 1961. Lo que no figura -a menos que se percate en la opción “otras personas también buscan”- es que la primera mujer en viajar al espacio lo hizo dos años después del cosmonauta soviético.
La hazaña tuvo lugar el 16 de junio, en plena competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética por “conquistar” el espacio. Fue elegida entre 400 candidatas por el mismo Nikita Kruschev, el máximo líder soviético. La astronauta, ingeniera y política soviética Valentina Tereshkova, de entonces 26 años, marcó un precedente en la historia.
Del espacio pasemos al océano. De la Unión Soviética a Perú. Era 1981 cuando una muchacha emprendió una aventura académica a Europa. Había estudiado biología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, pero ella quería entender el comportamiento de los lobos marinos. Contactó con profesionales de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) y, al año siguiente, inició su Ph. D. en Zoología.
En el ínterin, conoció al doctor Gerald Kooyman y la invitó a participar de la expedición estadounidense en la Antártida. Patricia Majkuf, la ex viceministra de Pesquería y vicepresidencia de Oceana (la mayor organización internacional centrada exclusivamente en la conservación de los océanos) se convirtió en 1983 en la primera peruana en bucear en aguas australes.
DEPORTE
Seria, con el ceño un poco fruncido, analiza desde la esquina del cuadrilátero a su rival. Si este tiene la guardia baja, golpea directamente la cabeza. Si está con los brazos muy abiertos, aprovecha en patear las costillas. Su oponente, claro, responde. Poco –o nada– importa el dolor. Tatiana Mora Espinoza (15) no tiene otra cosa en mente más que el triunfo. En nueve minutos –o menos– necesita ganar dos de tres rings para asegurar su victoria.
Con dos títulos nacionales y un bronce en el campeonato mundial de Tailandia, la mayor de dos hermanas descubrió su pasión por el muay thai gracias a su tío –por parte materna–, que la llevó a entrenar a los siete años a Alto Perú, una ONG que promueve el deporte entre los vecinos de este barrio en Chorrillos. Cuando empezó, admite, en el ambiente abundaba la presencia masculina. “Recibí comentarios negativos, como ‘qué haces practicando este deporte para hombres’ o ‘no voy a pelear contra ti porque eres mujer’”, señala. La mejor forma de demostrar lo contrario, cuenta entre risas pícaras, era en el ring. “He aprendido a callarles la boca peleando contra ellos. Los boto al piso. Peleo más fuerte que nunca”.
Las mujeres hemos estado siempre, en todas las ciencias y en todos los niveles. No las ve porque muchas aún están a la sombra de sus colegas. Es momento de ocupar lugar en la historia. //