La caricatura de Mechaín deja sin palabras:
- Muchachos, ya llegó Daniel. Ahora sí que empiece el partido.
La referencia a su voz, a su talento –y la despedida en multitud de niños, padres y abuelos en el Nacional- ha confirmado el hito: Daniel Peredo (1969-2018) ya es uno de los periodistas deportivos más influyentes del país. Hizo prensa, televisión, radio. Entrevistas, crónicas, columnas de opinión. Está al nivel de un Pocho Rospigliosi, un Eduardo San Román, un Veco. Sus frases para pegar en un póster, sus narraciones con Perú en las Eliminatorias, su talento para explicar un partido fueron suficientes para convertirlo en un indiscutido.
Pero no fue el único que marcó para siempre los oídos y la radio en el país. Hoy que se celebra el Día Mundial de la Radio, estas son las voces que marcaron a fuego a los hinchas peruanos que encontraron en el deporte una chance de escuchar buenas noticias.
Augusto Ferrando (1919-1999)
Grandote y de guayaberas, Ferrando debutó como narrador de handicap en radio OAX, en 1934. Pero fue el hípico “Santorín, para todo el mundo” y su futbolero “No nos ganan” en el 2-2 de Perú en la Bombonera del 69, las frases que lo hicieron inmortal. Luego, claro, todos saben lo fue: la leyenda de Trampolín a la Fama, el hombre que sabía lo que le gustaba a la gente.
Óscar Artacho (Falleció en 1986)
Vino al Perú en 1946 para ser futbolista y el azar -una lesión, un amigo- lo llevó a la narración deportiva. Fundó entonces Pregón Deportivo, el padre radial de los locutores locales que luego la rompieron: Humberto Martínez Morosini, Miguel Portanova, Raúl Maraví, entre otros. De todos, el más notable fue Pocho, en sí mismo, la voz del deporte en el Perú.
Humberto Martínez Morosini (1929-2015)
En los 70 y 80, sus metáforas enseñaban a entender el fútbol. Decía “aquí no pasa nada” cuando el partido se moría en un aburrido 0-0. Hablaba de “el rincón de las ánimas”, cuando la pelota alcanzaba un rincón imposible para un arquero. Y llamaba “la gordita” a la vedette de la cancha, la pelota. Suyas fue la voz la tarde de 1981 cuando la Blanquirroja clasificó al Mundial de España 82.
Luis Ángel Pinasco
En el 5 era Martínez Morosini, en el 4 Rulito. Marcó una época con los decibeles a los que llegaba su voz y se hizo marca con la transmisión de 8 mundiales de fútbol entre 1970 y 1998. Quizá los más jóvenes, o los que se resisten a ya no ser jóvenes, recuerden su célebre frase de los años 90. "¡Tremeeeeeeeeeeeendo cañonazo!
Pocho Rospligliosi (1930-1988)
Sabía de música, de fotografía, leía. Escribía, comentaba, contaba y salía en TV. Y no tenía necesariamente LA facha. Si un antecedente hay para entender la importancia de Daniel Peredo en la profesión es Pocho, un hombre influyente durante 2 décadas en el deporte peruano. En YouTube se puede encontrar un enlace telefónico a poco de terminar el Perú 0 Uruguay 0 en 1981 entre Julio César Uribe y Teófilo Cubillas. Tiempos en los que un reportero de cancha se metía hasta las duchas. En octubre se cumplen 32 años de su partida.
Miguel Portanova
De niño -dice- se comunicaba con extraterrestres e incluso inventó un planeta: Serpenty. Recordado por la narración de Orlando Romero vs. Bom Bom Mancini en el Madison Square Garden, su timbre de voz, más hecha para una sala de hospital que para una cancha de fútbol, encajó perfecto en el Perú de los 80. Hoy es un respetadísimo docente universitario.
Luis Yzusqui
Voz de las madrugadas del vóley en los 80, Lucho Yzusqui aportó desde la locución para entender nuestra geografía. Transmitía “a lo largo y ancho del territorio nacional” y era verdad: el Perú total estaba volcado al vóley en Seúl 88. Y se hizo más hincha por Gaby o Cecilia, por Rosa o por Cenaida, pero también un poco por él.
Elejalder Godos
Lo vio a Guadalupe y lo llamó “Expreso de Medianoche”. Cuando el partido terminaba anunciaba los “cuaaaaaaarenta minutos de juego”. Y antes de despedirse, decía: “Hoy le narro a mi patria”. Desde radio Ovación y al lado de Pocho y Micky, ningún partido del torneo local era lo mismo sin su voz. Tengo la suerte de haberlo visto alguna vez narrar en cabina: es un show para aprender.