El volante del Tottenham, Christian Eriksen, es el talento indiscutible del cuadro danés. Lo han voceado hasta 
en el Barza.
El volante del Tottenham, Christian Eriksen, es el talento indiscutible del cuadro danés. Lo han voceado hasta en el Barza.
Pedro Canelo

En un deporte donde gana siempre, un pequeño país de cinco millones de habitantes se trajo abajo esa inevitable tradición. Días antes de la aparición estelar de en México 86, lo más comentado en la primera fase de ese Mundial fue el arrollador juego de . Los escandinavos le anotaron seis goles a Uruguay y pasaron por encima –triunfo 2-1– del cuadro germano de Rummenigge, Vöeller y Matthaus.

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La revista El Gráfico de Argentina bautizó a este equipo como ‘la naranja mecánica’ de los 80, en alusión a la revolución futbolística de Holanda en 1974. La goleada que recibieron en octavos ante España apagó su instinto de rebelión. Todavía con esa ilusión de debutante, los compatriotas de Hans Christian Andersen vuelven después de ocho años a un Mundial para escribirle un mejor final a su cuento. 

Este equipo danés, primer rival de Perú en Rusia 2018, llega al torneo en un tiempo de recambio en todas sus instancias. Morten Olsen, uno de los líderes en el once de México 86, dejó de ser el entrenador danés después de 15 años. El heredero en el cargo, Age Hareide, ha tratado de mantener ese estilo de presión y juego ofensivo con uno de los mejores sistemas para ejercerlo: el 4-3-3. 

Velocidad, un envidiable estado físico y un jugador en estado de gracia como son las tres armas de Dinamarca para Rusia 2018. En un ránking publicado por la misma FIFA el año pasado, este plantel escandinavo aparecía como el cuarto ‘más alto’ de los 32 clasificados a Rusia, con un promedio de 1,85 metros de estatura. 

Además, uno de los méritos de Hareide como técnico es explotar lo mejor de su estrella Eriksen, quien ha anotado 15 goles en 19 partidos de este proceso. “Vamos a aprovechar la estatura de nuestros jugadores”, dijo el técnico escandinavo al ser consultado sobre el debut ante Perú. No es la primera vez que Dinamarca se sintió gigante en un Mundial. Ocurrió en 1986, y esa vez le tocó irse muy temprano.

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