Una de las cosas que introdujo el estallido de la música punk en los años 70 fue el concepto de “hazlo tú mismo”, que promovía la necesidad de ser lo más independientes posible del gusto de las corporaciones. Si te encantaba escribir, podías sacar un fanzine en lugar de esperar un contrato editorial. Si tenías estilo, te proponía que diseñes tu propia ropa. Y si eras músico, la consigna era: grábate a ti mismo, no esperes a que te “descubran”. Hoy más que nunca, esto último es posible, para envidia de los punks, gracias al abaratamiento de las tecnologías de grabación de audio. Esto ha permitido una revolución en sonido y en estética que está en auge.
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Por poner un ejemplo, la cantante Billie Eilish consiguió un triunfo impensable en la noche de los Grammy 2020, al barrer con los premios principales, entre ellos álbum del año, canción del año, y grabación del año. Lo especial de su disco (“When We All Fall Asleep, Where Do We Go?”) es que lo grabó enteramente en su casa de Highland Park, California; específicamente en el dormitorio de su hermano mayor, Finneas O’Connell (que también se llevó un Grammy esa misma noche, como productor del disco). Su espacio de trabajo era tan pequeño que solo entraban dos personas, una cama, un piano, una computadora y algunos teclados e instrumentos. No necesitaron nada más.
“Hoy día con una tarjeta de sonido y una laptop ya puedes grabar más cosas que las que podían grabar los Beatles en su momento. La tecnología te permite eso y ha sido una revolución”, cuenta José Luis Gonzales, ‘El Alcalde’, guitarrista y productor de la banda peruana Santa Madero. Sin ir muy lejos, su elogiado disco debut, “Ya tengo nostalgia por conversaciones que tuve ayer”, lo grabaron en su dormitorio, poniendo alfombras y llenando con colchas los roperos, para evitar rebotes indeseados de sonido en la habitación. “Cuando tienes medios limitados te pones tan creativo que te inventas maneras para hacer lo que quieres. Nosotros tenemos una canción en Spotify llamada ‘Mía’, que la grabamos solo con un iPhone”, apunta Karina Castillo, cantante y compositora del grupo.
El grupo no empezó produciéndose a sí mismo. Cuando iniciaron el 2018, en Chaclacayo, montaron un estudio en casa de su antigua miembro y manager Aura Buntinx, con la ayuda del productor que grabó sus primeros singles. “Lo que me acuerdo que nos dijo él fue “miren lo que hago, porque esto que les estoy enseñando es para que ya no me necesiten después”. ¿Algún consejo para el músico joven que quiere empezar? Su tecladista y compositor, Dan Joe Salazar, precisa que grabarse de esta forma no significa hacerlo de mala forma o sin pensarlo mucho. Es un trabajo muy detallista, de horas buscando el sonido adecuado. “Yo diría que todo empieza por las canciones. Primero tienes que componer un montón de temas, para que puedas grabar uno”.
Música hecha en casa
Tener al alcance tecnología barata para grabar siempre ha sido un aliciente para la música. El hip hop y la música de baile, como el house de Chicago y el techno de Detroit, se beneficiaron en su momento con las posibilidades que brindaban comprar de remate tornamesas, samplers y, sobre todo, cajas de ritmos (como la Roland) en tiendas de segunda mano. Los músicos se las llevaban a casa y luego explorar con ellas podían hacer grandes cosas por su cuenta. Las grabadoras Portaestudio de cassette también fueron en su tiempo una revelación. La diferencia con estos tiempos es que todas las funciones de los aparatos citados se encuentran ahora en un software de audio típico.
La pandemia fue la oportunidad para que muchos músicos peruanos se volcaran a armar un ‘home studio’ en algún rincón de su casa, ante la imposibilidad de juntarse. Nuria Zapata, de La Zorra Zapata, recuerda que por entonces intentó comprar una interfaz de grabación en una tienda peruana, y era tal la demanda que la pusieron en una lista de espera por dos semanas. “Soy muy mala con las computadoras, pero tuve que aprender a grabar viendo tutoriales de YouTube”, precisa.
El 2021 se fue a vivir a Indonesia, y en la soledad de una cabaña, con su interfaz y computadora como mejores amigas, se dedicó a componer y grabar su disco “Acantilados” (2022), en un pimponeo de ideas compartidas por WeTransfer entre ella y su productor en Lima. “Lo positivo de grabarte a ti misma es que ahora tienes más autonomía y se pierde menos en ese proceso de traducción entre lo que quieres y lo que el productor te entiende. Todos acabamos siendo un poco productores ahora”.
En casa graban hoy desde artistas consagrados como Susana Baca, cuyo disco “A Capella” (2020) lo realizó en el pequeño estudio que tiene al lado de su cocina, hasta artistas emergentes de la nueva escena peruana. Para ellos, la naturaleza de los registros caseros es también un asunto de estética. A ese sonido encantador y de “baja fidelidad”, con los pajaritos de la cuadra sonando al fondo, la crítica le ha puesto ‘bedroom pop’, entre otras etiquetas debatibles.
Un ejemplo de músico orgulloso que se graba en su casa de La Molina es Jean Paul Medroa, que empezó a registrar y publicar canciones en redes solo con su celular, hasta que armó su ‘home studio’ luego de ver un video muy popular del YouTuber, Jaime Altozano. “Todo lo que sale en se video me lo compré y así, en lugar de hacer tareas en el colegio, me ponía a aprender a grabar”, recuerda. Su escuela profesional, como pasa mucho en esta generación, fue YouTube.
Su primer disco, “Canciones para ti”, lo compuso en su dormitorio, inspirado en la chica que le gustaba, en un software gratuito llamado Audacity y de manera enteramente artesanal. Desde entonces ha podido mejorar sus equipos pero nada muy ostentoso. “Grabarse en casa es una gran manera de ahorrar. Hay muchos cursos gratis en Internet. Que nadie te detenga porque ahora todo lo tienes al alcance de la mano”. //
Lo principal es conseguir una interfaz de sonido que comunique los instrumentos musicales con tu computadora. Para las voces, se aconseja usar un micrófono de condensador. Un segundo paso es obtener un software de audio. Estos pueden ser de pago (Ableton, Logic Pro, Pro Tools, Cubase etc.) o gratuitos, como Reaper. Un par de audífonos es básico si eres principiante. Con el tiempo, puedes adquirir parlantes monitores de mejor calidad. Procura que la habitación donde grabes sea silenciosa. Hay tutoriales en YouTube para insonorizar una habitación, con técnicas caseras.